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·23 de noviembre de 2024
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El tobillo izquierdo del francés progresa a buen ritmo y apura sus opciones para Liverpool. Rodrygo también acelera y recortará plazos.
No llega a Butarque, pero no se rinde para Anfield. El tobillo izquierdo de Tchouameni dijo basta ante el Milan. Una entrada mediada la primera parte le lastró y tras el descanso Camavinga ocupó su lugar. El diagnóstico, esguince. Un mes, a priori, de baja. Aunque la evolución del mismo y el estado de urgencia máxima no descartan su participación contra el Liverpool. En lugar de 30 días serían 22. No es un hecho, pero sí una posibilidad. El de Rouen, aunque aún no se ha ejercitado con sus compañeros y ha seguido haciendo trabajo específico, se está encontrando bien y no baja los brazos. Tchouameni intentará llegar.
Lo necesita Carletto. Ya no para la sala de máquinas, sino para su nuevo rol en el centro de la zaga. El francés será el número dos de Rüdiger, su escudero, para volver a hacer de la necesidad virtud. Ya lo anunció el técnico tras confirmarse la desgracia de Militao: “Tenemos recursos. Los jóvenes son muy buenos, como Asencio, y como emergencia tenemos a Tchouameni”. Anfield entra en ese paisaje. Ganar, tras las derrotas contra Lille y Milan, es una emergencia. Mayúscula.
Aurélien ya no será experimento como central, sino realidad. El contexto obliga a ello y con un Madrid reticente a la hora de acudir al mercado invernal, es el plan A. Asencio será importante y el canterano tendrá otra oportunidad de seguir aprobando exámenes en Butarque, pero cuando el 14 esté de vuelta, la idea es que el cerrojo lo echen Rüdiger y Tchouameni. La temporada pasada fueron sus primeros coletazos en una demarcación que no le emociona, al contrario que a Ancelotti. Ya son 12 partidos en el centro de la zaga, los dos últimos contra el Espanyol y el Villarreal en el curso presente. Carletto espera que el número 13 sea Anfield.
No sería un refuerzo único, pues Rodrygo también acelera. De hecho, el brasileño va en cabeza y ya ha tocado balón. Pensar en Butarque es incluso una posibilidad. Remota, pero ligeramente existente. Porque su lesión en el recto anterior izquierdo sufrida ante Osasuna progresa a gran velocidad. Se llegó a hablar de cinco o seis semanas. En dos podría estar operativo. Y si no contra el Leganés, sí crecen sus opciones para Liverpool y se disparan para el duelo ante el Getafe. Tampoco es una certeza, pero el de Osasco ha comprado, con sus horas extra, papeletas para su regreso milagroso. Serían, de cara a Liverpool, dos alegrías por el precio de una para un Ancelotti necesitado de ellas. Sea como fuere, se espera que ambos recorten plazos.
Y el técnico tiene más razones para sacar una media sonrisa. Por un lado, por el buen rumbo de las recuperaciones. Lucas Vázquez también camina dentro de los plazos marcados y mira al Getafe con ilusión y Courtois volverá a ser el guardián en Butarque tras perderse los varapalos del Clásico y el Milan y el triunfo ante Osasuna. Por otro, el parón de selecciones no ha tenido carga vírica. Todos los internacionales han regresado sin sobresaltos, listos para la acción. Los últimos, Vinicius, Güler, Rüdiger y Valverde. El brasileño y el uruguayo, más cargados por el kilometraje de su viaje, pero no peligran para el domingo. Vini será la punta de lanza junto a Mbappé y un Brahim revitalizado con Marruecos… y el Halcón volará en el carril del dos como lateral de emergencia. Para Ancelotti será una alineación ‘más sencilla’. Porque un puzle sin piezas es más fácil de completar.
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