Táctica y psicología: cómo Gallardo le cambió la cara y la cabeza a River | OneFootball

"Tuve que hablar dos palabras con el técnico para saber si iba a tener minutos en cancha. Duró un minuto la charla con Marcelo. A partir de mañana hay que ganarse el puesto de nuevo". La frase salió de la boca de Bruno Zuculini, unos minutos después del triunfo por 4-0 sobre Unión, el segundo como titular para el volante que estuvo a punto de no viajar a Orlando y de pasar a la Serie B de Italia, solamente para encontrar la continuidad que creía perdida. Esas palabras no hicieron más que sintetizar una idea que Gallardo sabe muy bien: el fútbol se juega con los pies pero se domina con la mente.

En los últimos siete días, River jugó tres partidos: Argentinos Juniors en la vuelta de los octavos de la Copa Libertadores, Unión y Lanús. Tres victorias, nueve goles a favor, cero en contra. Tres partidos iniciados con los mismos once y un dibujo de 4-4-2, después del dubitativo inicio ante el Bicho en la ida (esquema 4-3-3) y la caída con suplentes ante Colón (parado 3-6-1).

Esta mini racha de imbatibilidad tiene mucho que ver con esta nueva disposición dentro de la cancha, ya explicada por la función de Zuculini para liberar de ciertas funciones que implican desgaste físico a Enzo Pérez, permitir que los dos mediapuntas se muevan por todos los espacios libres y que los delanteros sean delanteros. Y, a diferencia de aquellos partidos de superioridad abrumadora en tenencia y chances, pero alarmante falta de gol, las jugadas ya no terminan con un centro cruzado de Montiel o Angileri a la cabeza de un defensor. Hoy, como en los mejores momentos de la era del Muñe, no se sabe desde dónde sacará el golpe.

Pero no todo es táctica, en la vida y en el juego. Aquello que sintetizó Zucu sobre la charla con el DT es lo que hoy evidencian sus compañeros en la zona media: en el primer semestre, De La Cruz había bajado estrepitosamente su nivel, mientras que Carrascal no terminaba de abandonar aquello conocido como "fulbito", sin demasiado compromiso con el juego. Esta noche, el ex-Racing y Manchester City metió el primero y asistió a DLC para el segundo, quien a su vez en el tercero completó una sensacional jugada de Carrasca, imparable para la defensa Granate.

River volvió al modo máquina, de cara al Superclásico de la Copa Argentina ante Boca y muy cerca de la serie de cuartos de final de la Libertadores ante Atlético Mineiro. Todo con un simple movimiento táctico y las siempre necesarias charlas para buscar lo mejor de cada uno.