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·5 de junio de 2018
Sparwasser, la estrella de la Alemania socialista que desertó al bloque capitalista

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·5 de junio de 2018
Los lectores más veteranos recordarán que no hace tantos años existía un muro que rodeaba el sector occidental de la capital de Alemania. El país vivía partido en dos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945 pero era en Berlín, situada en pleno bloque oriental, donde el Telón de Acero dejaba de ser otra manera de definir la Guerra Fría para convertirse en 'die mauer', una pared que desde su construcción en 1961 hasta su caída, a finales de 1989, aisló el oeste de la capital. La rivalidad entre los dos estados alemanes también salpicó al fútbol y alcanzó su punto máximo en el Mundial de 1974, cuando las dos selecciones se vieron las caras por única vez en la fase final de una Copa del Mundo.
Alemania Federal, la que pertenecía al bloque capitalista, jugaba en casa. Había organizado el Mundial y contaba con un equipo plagado de estrellas en el que destacaban Franz Beckenbauer, Gerd Müller, Paul Breitner y Sepp Maier, entre muchos otros. Eran claros candidatos al título con respecto a la selección de Alemania Democrática, la que formaba parte del bloque comunista, que apenas se estrenaba en la fase final del Mundial. Ambas quedaron emparejadas en el mismo grupo y cruzaron espadas en el Volkspark de Hamburgo en el partido que cerró la primera fase. Después de que la RFA derrotara a Chile y Australia y de que la RDA liquidara al combinado oceánico y empatara con la selección americana, el choque decidiría qué Alemania sería primera de grupo.
Esas cosas que tiene el fútbol, fue la RDA la que consiguió la victoria después de un gol de Jürgen Sparwasser en el minuto 77 que le convirtió en un héroe para el régimen de su país. No había para menos pues poco después la RFA sería capaz de derrotar a la Naranja Mecánica de Johan Cruyff en la final y apenas encajó cuatro goles en una competición que jugó en su propio territorio. Solo Suecia -dos veces-, la Holanda subcampeona y la Alemania socialista habían conseguido marcarle un gol a Maier y su Alemania Federal y solo un equipo había cantado la victoria frente a ellos. Sin embargo, Sparwasser no vivió el gol con la misma pasión que los aficionados, especialmente después de concluir el Mundial. Aquel tanto le dio fama y reconocimiento, en efecto, pero según ha admitido con el paso de los años "no es cierto que fuera ricamente recompensado". Fue su única participación en una Copa del Mundo.
Siguió jugando para la selección de la Alemania Democrática hasta el año 1977 pero jamás aceptó convertirse en parte de la maquinaria propagandística socialista y en 1988 aprovechó un amistoso de veteranos más allá del muro para no regresar al país al que había dado una de las mayores alegrías de su historia futbolística. El héroe acabó desertando aunque pudo regresar a la que había sido su casa al cabo de poco tiempo porque el 9 de noviembre de 1989 la ciudadanía berlinesa derribó el muro y a los pocos meses se confirmó la desintegración de la RDA y la anexión de su territorio a la RFA, ya en 1990. Poco después también implosionó la Unión Soviética y el mundo de los bloques llegó a su fin. O no.