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·20 de mayo de 2020
Solo para elegidos: los argentinos que son ídolos en clubes de Europa

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·20 de mayo de 2020
Históricamente, el fútbol argentino fue la cuna de grandes talentos que trascendieron sus fronteras, llegaron al poderoso fútbol europeo y dejaron una huella imborrable, al punto de estar entre los máximos ídolos de algunas de las instituciones más importantes del Viejo Continente.
Goal repasa a los jugadores nacidos en Argentina que se transformaron en grandes ídolos en clubes de Europa, algunos de ellos en el primer puesto de los ránkings de los aficionados e historiadores.
La Saeta Rubia cambió la historia Merengue para siempre con su controversial llegada y debut en 1953, al punto tal que aquella época es conocida como la del "Madrid de Di Stéfano", líder de un equipo maravilloso que dominó España y Europa, tras ganar las primeras cinco ediciones de la Copa de Campeones de Europa de manera consecutiva, con al menos un gol del argentino en cada una de ellas. Supo ser máximo goleador histórico hasta que lo superó primero Raúl y luego Cristiano Ronaldo, elegido en el cuarto lugar entre los mejores jugadores del Siglo XX, Super Balón de Oro y declarado Presidente Honorario en el año 2000, hasta su fallecimiento en 2014, por el cual hubo una multitudinaria despedida.
Aún en actividad, la Pulga pulverizó todos los registros del club, condujo con su magia a ganar tres veces la UEFA Champions League, está cerca de triplicar la cantidad de goles que acumulaba César Rodríguez, máximo anotador histórico con 232 hasta la aparición de Leo, quien acumula ya 627. También va camino a superar a Xavi en presencias, ganó seis el premio a mejor jugador del mundo y en total suma 34 títulos desde su estreno en 2004.
El Cholo había dejado un gran recuerdo de su paso como jugador, al ser pieza clave y líder del "doblete" conseguido en la temporada 1995-96, cuando el Colchonero ganó La Liga y la Copa del Rey. Pero su nombre se transformaría en una marca registrada del club a partir del 23 de diciembre del 2011, cuando fue contratado para suceder a Gregorio Manzano como entrenador. En ese rol logró dos veces la Europa League, dos veces la Supercopa, una Liga histórica al empatar 1-1 con Barcelona en la fecha decisiva y estuvo dos veces a un paso de la primera Champions League del club, en ambas ocasiones ante Real Madrid: en 2014 perdió en la prórroga, tras el empate agónico de Sergio Ramos, mientras que en 2016 cayó por penales. Lleva más de ocho años en el cargo e instituyó el "cholismo", que ya no es solo un estilo futbolístico sino de vida para los rojiblancos.
Elegido por los propios hinchas como el mejor jugador de la historia Ché, el Matador llegó al fútbol español en 1976, dos años antes de ser campeón del mundo con la Selección argentina. En siete temporadas en Mestalla ganó la Copa del Rey en 1979, la Recopa de Europa en 1980 y la Supercopa del mismo año, fue dos veces Pichichi y figura como tercer máximo goleador histórico del club. Se desempeña además como Embajador Mundial del club.
Diego merece una salvedad: para los napolitanos es Dios, no solamente un ídolo de carne y hueso. El héroe mitológico del club del sur italiano comenzó su camino en 1984 y siete años después, cuando su primer doping positivo lo obligó a dejar Italia, se marchó con dos Serie A, una Copa de la UEFA, 116 goles y la devoción de un pueblo.
El Pupi construyó lentamente un legado en Inter que lo llevó a ser actualmente el Vicepresidente del club y que la camiseta número 4 sea retirada. Para ello debió llegar en 1995, hacerse con la capitanía en 1999 y mantenerse activo como Neroazzurro hasta 2014, para ser el futbolista con más presencias de la historia y el tercero en la historia de la Serie A. En el medio disputó 857 partidos, ganó 14 títulos y, en 2010, se sacó la espina de la Champions League, jugando su partido 700 en el club en la final ante Bayern Munich.
10 millones de pesos argentinos era una verdadera fortuna en los años 50. Tanto que, con esa transferencia, River construyó la tribuna que lleva el nombre del Cabezón. La Vecchia Signora pagó esa suma por el delantero que integró el Trío Mágico y ganó tres Scudetto y dos Coppa Italia. Obtuvo además el Balón de Oro en 1961, tras nacionalizarse italiano. Si bien no alcanza el status de su compañero Giampiero Boniperti, Michel Platini o Alessandro Del Piero, es considerado una leyenda y aparece entre los mejores de la historia del club.
Miembro del Salón de la Fama del club, segundo máximo goleador histórico con 207 tantos y figura principal del resurgimiento Viola en los 90, Bati es una pieza clave en la historia del club de Firenze. Encabezó el título de la Serie B en 1994 y, al regreso a la máxima categoría, fue Capo Cannonieri en la temporada siguiente, además de ganar la Coppa Italia y la Supercopa. Jugó 333 partidos en nueve años, hasta que decidió pasar a Roma.
Convertir el gol más importante de un club es un pasaje directo a la inmortalidad. Y el Kun lo hizo en 2012, cuando anotó el 3-2 contra Queens Park Ranger que cortó cuatro décadas sin títulos para los Ciudadanos, que conquistaron la Premier League en el minuto 94 de la última fecha. A partir de allí, el ex-Independiente repitió al ganar otros tres títulos de lig,a una FA Cup, cinco Copa de la Liga y tres Community Shield, pero aún no puede con la Champions League. Además, el Kun es por amplia diferencia el máximo goleador histórico con 254 tantos y el mayor goleador extranjero de la Premier.
La de Ossie es una historia atravesada por la Guerra de Malvinas, que lo motivó a dejar el fútbol inglés en 1982, pero volvió a los seis meses para aumentar su legado en White Hart Lane, que no se trata solamente de títulos sino del fútbol desplegado entre fines de los 70 y principios de los 80 junto a su compatriota Julio Ricardo Villa. Fue técnico, actualmente es embajador, pero todo se resume en una bandera: "Argentinos, pueden quedarse con las Malvinas, nosotros nos quedamos con Ossie", cuando estallaba el conflicto bélico y Ardiles era silbado por su nacionalidad.
Una tribuna con su nombre resume lo que sienten en Núremberg por el actual defensor de River, al que esperan con los brazos abiertos para que se retire como futbolista o se desempeñe como dirigente deportivo. Fueron 10 años los que pasó en el equipo alemán, con descensos y ascensos incluidos, una Copa de Alemania en 2007, más de 400 partidos y el sacrificio dejado en la cancha en cada partido los que llevaron a calificarlo como leyenda.