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leocabrera·26 de mayo de 2021
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leocabrera·26 de mayo de 2021
Con cinco casos de Covid-19 en el plantel (Walter Gargano, Agustín Álvarez Wallace, Agustín Dávila, Máximo Alonso y Carlos Rodríguez), Peñarol busca romper una maldición de diez años sin superar fases de grupos de competencias internacionales.
Para ello necesita cualquiera de esta combinación de resultados: 1) Ganar. 2) Empatar (en ese caso, River Plate de Paraguay debería ganarle por 12 goles a Corinthians). 3) Si pierde, pero River Plate no gana, igual se clasificará el carbonero.
La ausencia de Gargano tiene connotaciones profundas en el juego de Peñarol. Se ha vuelto un latiguillo que guarda algo de verdad la frase «si Gargano juega bien, Peñarol juega bien». ¿Y qué pasa entonces cuando Gargano no está? Su socio habitual, Jesús Trindade, ocupará el eje del mediocampo. Más adelante aparecerá Damián Musto y Ceppelini será el enlace con Canobbio, Torres y Álvarez Martínez. Es el argentino quien debe aparecer especialmente esta noche, para que la hinchada no extrañe tanto al Mota.
Damián Musto (33 años) llegó a Peñarol proveniente del Inter de Porto Alegre cuando había sonado como posible refuerzo para equipos como Independiente de Avellaneda y el River de Marcelo Gallardo. Luego de haber sido titular en el empate 0-0 ante Fénix, sin demasiado brillo en una tarde por lo demás opaca, ante Sport Huancayo será el responsable de recuperar junto a Trindade y de dar ese primer pase criterioso, ser a la vez termómetro y motor del mediocampo, una tarea que por lo general asume Gargano.
La alineación de Mauricio Larriera (que todavía está en proceso de asumir la pérdida de Terans) muy probablemente sea la que sigue: Dawson; González, Formiliano, Kagelmacher, Piquerez; Trindade y Musto; Canobbio, Ceppelini, Torres; Álvarez Martínez.
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