Top Siete
·16 de marzo de 2023
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·16 de marzo de 2023
El Manchester City pasó por encima del RB Leipzig, con un resultado de 7-0, tras un humilde empate a uno que dejó un mal sabor de boca al conjunto citizen en el partido de ida, ayer arrollaron en el duelo de vuelta al conjunto alemán.
El resultado de 1-1 dejaba opciones al Leipzig, pero desde el principio del partido, el Manchester City se mostró mucho más ambicioso, pesado, constante y amenazante que su rival, el noruego llegó a rematar un disparo largo de Aké, que atrapó Blaswich, para llegar a retrasar el 1-0 inicial, además, Akanji llegó a tener 4 o 5 ocasiones claras de gol en el área chica.
El portero del RB Leipzig quiso pausar un poco el ritmo y se entretuvo a la hora de jugar el balón. Cuando quiso reaccionar, la presión ya era más que peligrosa y regaló un córner en el que todo empezó a cambiar. Rodri remató de cabeza para asistir a Akanji, que tuvo dos remates más que peligrosos, pero había pasado algo entre medias. Henrichs, de espaldas, rozó muy ligeramente el balón con el brazo, extendido, y el VAR le cazó.
Ahí empezó el recital de Haaland, quien, hasta antes del choque, ‘solo’ llevaba tres goles en los últimos nueve partidos. El noruego transformó el penalti pese a la buena adivinación de Blaswich en el 22′. Y en el 24′, llegó el doblete. Él presionó, él se la cedió de cabeza a De Bruyne y él, con la testa, recogió el rechace del larguerazo del belga para hacer el 2-0.
El ‘hat trick’ acabaría llegando casi sin querer justo antes del descanso, pero ya avisó en el 31′ con un disparo que sacó el meta visitante. En el añadido del primer tiempo, llegó el triplete de Haaland. Rúben Dias remató un saque de esquina y mandó la pelota al poste. El balón se paseó por la línea de gol y, al intentar despejarla un defensa, apareció el ex del Borussia para que le diera la pelota en la pierna y cerrar un primer periodo de ensueño.
Enseguida llegó el cuarto, Gündogan jugó con Grealish, que se la devolvió en la frontal del área para que el alemán disparase a puerta con un tiro raso que superó al meta del RB Leipzig. Pareció darle cierto celo a Haaland eso de que el marcador del Etihad Stadium registrase goles sin su sello ni su permiso.
Y se puso manos a la obra para volver a poner su nombre en el luminoso. En el 53′, llegó su cuarto tanto, una diana llena de insistencia y fe. Remató en el área chica un córner, la sacó el portero; Akanji quiso impulsarla de nuevo, pero, otra vez, apareció el meta para meter la mano; y, por último, el noruego remachó para alcanzar su cuarto tanto.
¿Pero quién se iba a conformar con cuatro pudiendo hacer cinco? Él, no. En el 57′, Akanji, de nuevo, apareció en el área chica para toparse con Blaswich, que despejó como pudo. Y para sorpresa de absolutamente nadie, apareció Haaland para, con la derecha, mandar la pelota al poste contrario y poner el 6-0.
La eliminatoria se había acabado en el primer tiempo. Y el partido, justo aquí. Guardiola y Rose aprovecharon para repartir minutos y Haaland se fue. Las gradas se pusieron de pie y ovacionaron al crack de la noche. El resto del partido, sinceramente, tuvo poco interés. El RB Leipzig intentó maquillar, el City respiró. Pero, sin embargo, fueron los locales los que cerrarían la goleada con un séptimo tanto.
De Bruyne puso el sello de oro con un golazo desde la frontal que se coló cerca de la escuadra de la meta visitante. El 7-0, 8-1 en el global, no hace más que asustar a unos rivales que ya saben qué nivel de hambre y de locura, de la buena, manejan Haaland y este Manchester City en la Champions League.