Afición Central
·30 de mayo de 2023
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Tras decepcionar en sus respectivos campeonatos, Sevilla y Roma se enfrentarán el miércoles en el Puskas Arena de Budapest por el título de la Europa League, que vendrá acompañado sobre todo por un billete para la próxima Liga de Campeones.
Sevillistas y romanistas han tenido caminos paralelos esta temporada: mal en LaLiga y la Serie A al punto de tener muy escasas opciones de jugar en Europa la próxima temporada, esperan salvar el curso con un título que no solo les dará pedigrí, sino que permitirá al vencedor jugar la Champions, la competición más prestigiosa y lucrativa del fútbol europeo.
El equipo andaluz pretende seguir con el idilio que mantiene con esta competición, que ya ha conquistado en seis ocasiones en el siglo XXI, un récord (2006, 2007, 2014, 2015, 2016 y 2020).
Pese a tener que pelear por la permanencia hasta hace apenas dos meses, el Sevilla nunca renunció al sueño europeo y se planta en la final tras eliminar a dos pesos pesados del fútbol continental en las últimas rondas (Manchester United en cuartos y Juventus en semifinales).
Dos derrotas en 15 partidos La llegada al banquillo del veterano José Luis Mendilibar (más habituado a lidiar con los descensos que ha luchar por títulos) fue clave en la "resurrección" hispalense tras el mal comienzo de temporada con Julen Lopetegui (tras sumar solo 5 puntos de 21 posibles) y la tormentosa etapa de Jorge Sampaoli, destituido a finales de marzo cuando el equipo estaba a solo dos puntos del descenso.
Con solo dos derrotas en los 15 partidos que ha dirigido al Sevilla, Mendilibar ha impuesto "orden y sencillez" en el juego y a recuperado la mejor versión de jugadores que estaban llamados a liderar el proyecto hispalense, como Ocampos, Rakitic o En-Nesyri.
"Si alguien quiere hacer la película de lo que es una temporada larga y difícil, podría coger la nuestra", resumió Rakitic el lunes antes de viajar a la capital húngara, destacando que ahora el equipo se encuentra "con confianza" y dispuesto a luchar "para traer la copa de nuevo a casa".
La única mala noticia para el Sevilla será la ausencia del argentino Marcos Acuña en el carril izquierdo después de su absurda expulsión en la prórroga contra la Juventus y será sustituido por el brasileño Alex Telles.
Si el Sevilla mantiene un idilio con la Europa League, la historia de la Roma con las competiciones europeas era de odio... hasta la pasada temporada. Dos finales y otras tantas derrotas, una de ellas especialmente dramática, la de la Copa de Europa de 1984 en los penales frente al Liverpool... en el Estadio Olímpico romano.
La duda de Dybala Una tragedia que atormentó a la entidad durante años, al punto que el capitán de aquella final, Agostino di Bartolomei se suicidó el mismo día que se cumplía el décimo aniversario de la final, cuyo trauma nunca llegó a superar.
La llegada de José Mourinho cambió la historia el año pasado cuando la Roma ganó su primer título continental, la recién creada Conference League.
Una victoria en Budapest podría colocar a la Roma en el mapa del fútbol europeo y permitiría a Mourinho, además, ser el primer entrenador en ganar esta competición con tras equipos diferentes, después de hacerlo con el Oporto (2003) y el Manchester United (2017).
"Hacer dos finales europeas consecutivas es ya de gran club", defiende el portugués, que no piensa en logros personales: "Solo pienso en hacer felices a los 'tifosi' de la Roma".
Mourinho está pendiente de la evolución de la lesión de tobillo del argentino Paulo Dybala, pieza básica en su esquema 3-4-2-1 como nexo de unión entre la medular y el único punta, el inglés Tammy Abraham.
Otro punto de semejanza de ambos equipos esta temporada es que a este partido llegan sin que ninguno de los dos entrenadores tenga asegurada su continuidad el próximo curso... Y la decisión puede estar determinada por lo que ocurra en el Puskas Arena.