Se va Nacho, uno más di noi que noi | OneFootball

Ya es oficial. Lo ha anunciado la web del club, que para comunicados de esta índole cobra a veces inusitada pasión. La web del club te ventila en tres frases la contratación de Mbappé, después de siete años de cábalas al respecto por parte de la opinión pública, pero cuando se trata de decir adiós a uno de los nuestros (o a uno di noi, como reza el italianismo de las redes sociales) deja a un lado el laconismo, abandona la parquedad, y abre los poros de las frases para que una somera emoción se cuele entre los renglones.

Se va Nacho, uno di noi.

En realidad se va uno más di noi que noi, como macarranizando la lengua de Dante y exacerbando el sentimiento podríamos llegar a proclamar. Me sopla el hallazgo mi sobrino Gonzalo, economista eximio y fan de Nacho, que es una cosa (lo de fan de Nacho) que debe ser toda persona de orden. Como con orgullo glosa el comunicado, el alcalaíno ha pasado 23 temporadas en el club, desde que era un niño de 10 años, y 12 en el primer equipo. A lo largo de estos últimos 12 ha ganado muchas cosas, de manera muy destacada 6 Champions, lo que le sitúa junto a Gento, Kroos, Carvajal y Modric en el exclusivísimo grupo de quienes compiten no con otros jugadores, sino con los mejores clubes de Europa en materia de palmarés. Nacho: 12 años, 6 Champions, o sea, factura Champions a razón de un año sí, uno no. Hay clubes considerados grandes que las ganan a razón de una década sí, una no, con predilección por las que no.

Nacho no ha sido titular de manera sistemática en todos estos logros, pero sí en muchos de ellos y especialmente en los últimos, lo que deja un sabor de boca todavía más inmejorable. En la 13 ya cuenta mucho sustituyendo a Carvajal, lesionado, en la final de Kiev. En la 14 sostiene defensivamente al equipo en partidos que están tranquilamente en el Top10 de los mejores que jamás se han visto en el Bernabéu, como la inenarrable vuelta ante el City. En la 15 es titular absoluto, y con protagonismo esencial, en otra buena relación de partidos históricos, con el penalti convertido en la tanda del Etihad y la maniobra del segundo gol de Joselu ante el Bayern como momentos cumbre destacados. Es imposible irse más en lo alto de una trayectoria marcada además por el compromiso y la seriedad.

Nacho era —acostumbrémonos al uso del tiempo pretérito, aunque duela— siempre la solvencia. La pulcritud. Habrá habido otros más dotados física o técnicamente, pero el que se hacía cargo de nuestros miedos, y neutralizaba los peligros a punta de colocación e inteligencia, era Nacho. Dice Ancelotti que es el defensa pesimista, y dice la gente que un pesimista es un optimista bien informado. Nadie ha estado mejor informado que Nacho sobre nuestros monstruos en el armario, y nadie ha echado la llave con tanta determinación para impedir que afloraran y turbaran nuestro sueño.

Buen viaje, capitán. Te esperamos en casa.

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