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Daniel Cadena Jordan·28 de agosto de 2018

✍️ Schweinsteiger, de Jefecito a histórico

Imagen del artículo:✍️ Schweinsteiger, de Jefecito a histórico

Apareció para el resurgir del fútbol alemán, y se retiró campeón de todo. Bastian Schweinsteiger vive una noche de despedidas en Múnich.

En posiblemente el peor momento de la historia del fútbol alemán, tras dos Mundiales sin alcanzar las semifinales y dos eliminaciones consecutivas en la fase de grupos de la Euro, la necesidad por el recambio generacional en la Mannschaft solo se hacía más evidente.


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Además del eventual capitán Philipp Lahm, y de quien sería el Jugador Joven del Mundial 2006, Lukas Podolski, aparecía un rubio que hacía algo impensable hace 14 años en las filas blanquinegras de Alemania: un juvenil aficionado a las gambetas, los piques y pisar la bola.

Bastian Schweinsteiger, un joven bávaro que poco a poco se abría espacio en el Bayern Múnich, decoraba un mediocampo que comenzaba a renacer.

Con el paso de los años, el extremo izquierdo fue dejando a un lado el vértigo de jugar por los costados y de decolorarse el cabello. Gracias en buena medida a Louis van Gaal y su paso por el banquillo del Allianz Arena, Schweini fue asumiendo su eventual posición de conductor de juego que lo haría campeón del mundo.

No fue una carrera sin tropiezos, siendo sus rodillas principales piedras de traba. Pero superadas las dolencias, el cielo fue el límite para a quien empezaban a apodar como el Jefecito; primero refiriéndose a él de forma peyorativa, luego asumiendo el apodo como quien sabe callar bocas con acciones.

Su paso como futbolista del Bayern devino, eventualmente, en 500 partidos exactos, 100 asistencias y 68 goles, algo que se traduciría en 8 Bundesligas, 7 Copas Alemanas, una Champions League, dos Supercopas Alemanas, dos Copas de la Liga Alemana, así como un Mundial de Clubes. Un palmarés nutrido que sería consagrado con un último trofeo.

En el 2014, en pleno clímax de esta nueva Alemania, a la que acostumbramos a ver hoy en día como uno de esos principales equipos que sorprende cuando no gana, Bastian Schweinsteiger se convirtió en el líder de la Selección. Asumió el mediocampo como suyo, y lideró lo que ha sido una de las selecciones más vistosas en ganar un Mundial.

Hoy, de 34 años, y tras haber probado suerte con el Manchester United y su actual club Chicago Fire, el Fussballgott (Dios del Fútbol, como actualmente le apodan por Alemania), vestirá una última vez la camiseta del Bayern en lo que es un partido de despedida anticipada.

Se extrañará el liderazgo, carisma y entrega de un jugador rara vez repetido. De esos que saben qué es el éxito y cómo se obtiene.