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·19 de enero de 2019
Rubén Uría: "Si caigo, combato y me levanto"

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·19 de enero de 2019
Un clásico. Si caigo, combato y me levanto. Se estrelló sin remisión el Atleti en la Copa y levantó el vuelo en Liga. "Made in Atleti". Sabiendo que, como canta Estopa, el infierno solo te quema si el fuego nunca te ha quemado. Y habiendo ardido en tantas ocasiones, este equipo sabe que ya no le hacen falta mantos. Si a los atléticos, por doler, les dolió hasta el aliento después del bajonazo ante el Girona y el resto de la semana ha transcurrido de lesión en lesión y de susto en susto, los más viejos del lugar pensaban que El Alcoraz era un buen sitio para volver a hincar la rodilla y dejar escapar, en sólo siete días, el tren de la Copa y el de la Liga. Fundamento no le falta a la teoría: el Atleti llegaba tocado emocionalmente, con la enfermería a rebosar, con apenas once juagdores de campo y dos porteros, así que Simeone tuvo que tirar de la guardería para completar la elimiantoria. Y encima, algún atlético creyó que, como en los tebeos de Astérix, el cielo se desplomaría sobre sus cabezas al ver los primeros quince minutos de partido, con un remate al poste de Gallego y la enésima aparición de "San Oblak". Pero no, el Atleti no cayó. Lejos de eso, no se desmoronó, compitió con lo justo y acabó imponiéndose como suele hacerlo, a golpe de esforzado piolet.
Percutió Lucas para anotar un gol de oro, hizo otro Koke en su efeméride del partido 400, se vio una buena versión de Lemar, y Rodri estuvo, como casi siempre, fiable. De propina, Santi Arias, el colombiano, firmó un golazo de museo, de esos que no se olvidan a lo largo de toda una carrera. De menos a más, el Atleti salió adelante, ganó 0-3 al colista y se recompuso de la puñalada tan inesperada que fue su eliminación copera. Simeone tiene motivos para estar feliz. Entre lesión y lesión, debió pensar en convocarse a sí mismo. Al final, sus chicos volvieron a mostrar que este equipo, gane o pierda, conquiste o no títulos, siempre responde. No es noticia que Oblak dejase su meta, de nuevo, a cero. En cambio, sí es noticia que el Atleti, por segundo partido consecutivo, anotase tres tantos. Y por cierto, ninguno de Antoine Griezmann. Esa, sin duda, es la mejor noticia para el grupo, porque el día que este equipo tenga gol, será candidato a todo. Lo necesita como el comer y su entrenador lo reclama a gritos. Si el mercado y la economía lo permiten, el club va a complacer a Simeone. Pide pegada y la necesita. ¿Será Morata la pieza definitiva que le falta al Atlético de Madrid para dar realmente el gran paso que el Cholo exige? La respuesta tiene dos letras, pero la palabra es una sola. Al Cholo, que a este año le ha pedido energía y paciencia para aguantar lo que no está en los escritos, le darán una alegría. Después, sólo faltará tener once tipos sanos. Igual no es mucho pedir. Lo que nadie puede dudar es que, después de un duro fracaso, siempre nace una gran oportunidad. Si uno cae, combate y se levanta.
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