Fondo Segunda
·7 de octubre de 2024
In partnership with
Yahoo sportsFondo Segunda
·7 de octubre de 2024
Las victorias ante Zaragoza y Eibar demuestran que el mecanismo de este Real Sporting comandado por el entrenador gallego Rubén Albés ha empezado a funcionar
El fútbol le está dando la razón a Rubén Albés. Las primeras jornadas de liga no convencieron y muchos afirmaban que el derbi ante el Real Oviedo había sido un espejismo. Pero la contundencia del equipo rojiblanco en Ipurúa sentó un precedente muy significativo. El Eibar cayó derrotado en su feudo por primera vez esta temporada. Enfrente tuvieron a un Sporting que les dio escasas oportunidades y supo controlar su ventaja a la perfección. Todo se puso cuesta arriba con el gol de Bautista, pero el equipo asturiano demostró personalidad y valentía para acabar llevándose el gato al agua.
Más allá de los puntos, las sensaciones son muy diferentes. En la victoria ante el Zaragoza se apreció una notable mejoría. Pero la inferioridad numérica facilitó el trabajo y no acabó siendo un partido redondo. La historia en Ipurúa fue muy diferente. Además de jugar lejos de El Molinón, tuvieron que remontar y defender una ventaja con el equipo armero volcado en ataque. El rendimiento sorprendió a todos. Y, muchas de las asignaturas pendientes de los gijoneses durante años, quedaron solventadas con una brillante actuación en todos los sentidos.
La afición rojiblanca ya se sabe el once de memoria. Pero, muchas veces, cuando se llega a los centrocampistas hay que pararse a pensar. Afortunadamente para Albés, las dudas en estas tres demarcaciones llegan por el excelso rendimiento de varios de los jugadores. Jesús Bernal es un claro recambio. Y Lander Olaetxea es el elemento que compacta al equipo.
Pero Nacho Martín es el elemento que genera discordia. Cada vez que sale al campo, el «6» demuestra que pasa por un gran momento de forma. Además va destapando registros, como el disparo o la conducción, que hasta ahora no se le había visto. Da la sensación que su presencia aporta verticalidad y velocidad al equipo.
Nacho Méndez es capitán general para Rubén Albés. Desde el primer día en Gijón le ha apoyado. Con el paso de las semanas el luanquín le está dando la razón. Su partido en Ipurúa fue un despliegue táctico y físico. El último en discordia es César Gelabert. Su magia enamoró a la mareona contra el Zaragoza. Y este sábado se puso el mono de trabajo para ayudar al equipo. Esa mezcla de sacrificio y calidad gusta mucho en Gijón. Se antoja complicado verle fuera del once.
Quizás el próximo once sea el más complicado. Una opción era mover a Gelabert a banda izquierda. Pero los minutos de Gaspar dejaron claro que ha vuelto de la lesión con más fuerza que nunca. Parece que Albés tendrá que elegir entre los «Nachos». No obstante, juegue quién juegue, todos los que están saliendo del banquillo están aportando mucho en los segundos tiempos.
Muchos tenían miedo de que Nikola Maras debutase en un partido tan complicado. Sin duda, el zaguero serbio demostró estar preparado para batallas de este calado. Resolvió bien todas sus disputas y no se complicó en salida de balón. Su buen nivel es una gran noticia para Lander Olaetxea. El vasco ya no tendrá que estar tan presente en el centro de la zaga y volverá a sus funciones habituales.
Cabe destacar que el debut de Maras fue, prácticamente, una obligación. Con Diego Sánchez y Curbelo fuera de combate había que probarle en competición. El balcánico llegó con la liga iniciada y no había debutado. Pero parece que su actuación le valdrá para revalidar titularidad ante el Castellón.
Dubasin sigue sumando estadísticas y, pese a su pasado azul, es uno de los más queridos entre la afición rojiblanca. Cuatro aportaciones de gol en este arranque de liga, unidos a un sacrificio en la presión impropio de un jugador ofensivo, hacen que se esté ganando el cariño a pulso. «El pingüino» está disipando las dudas sobre su rendimiento con creces. Evidentemente, Albés ha sido un pilar fundamental para esta adaptación exprés. Duba reconoció al final del partido que cada vez está más cerca de su mejor versión, cómo él mismo dijo: «Cuando llegué, dije que quería recuperar mi mejor versión».