River Plate consiguió un agónico empate ante Talleres y volvió a cumplir un flojo desempeño | OneFootball

River Plate y Talleres igualaron 1-1, en el estadio Monumental, por la decimotercera fecha de la Zona B del Torneo Apertura. El Millonario, que reiteró su bajo nivel, lleva cuatro empates consecutivos en el certamen y marcha en el cuarto lugar, con 22 puntos, detrás de Independiente (28), Rosario Central y San Lorenzo (ambos con 25), ya clasificados a los octavos de final.

A pesar de su plantel de grandes figuras, el River Plate de Marcelo Gallardo continúa sin alcanzar brillo. Ni siquiera un nivel acorde a sus integrantes. Esa pálida imagen se reiteró esta noche y por eso se entienden los silbidos y los cantos pidiendo movimiento y actitud de los decepcionados hinchas locales.

Algunos destellos individuales, como Franco Mastantuono, nuevamente figura y desequilibrante, le dieron alguna esperanza a este River Plate desangelado. El pibe de 17 años aportó su habitual talento y también personalidad para hacerse cargo y ponerse el equipo al hombro, además de elaborar dos situaciones cargadas de amenaza en el segundo tiempo, con Talleres arriba 1 a 0.

Dos espectaculares enganches, para un lado y para el otro, dentro del área, siguieron con el zurdazo de Mastantuono que Guido Herrera rechazó abajo junto a un palo. Y más tarde un derechazo de Mastantuono pegó en el travesaño. River no encontraba el camino, pero el juvenil delantero hallaba atajos para pensar en el empate. Antes, cerca del final del primer tiempo, Mastantuno había maravillado tirando un exquisito taco seguido de un caño a Blas Riveros.

Talleres, con algunas ausencias por lesiones (Matías Catalán, Tomás Cardona, Matías Galarza, Ruben Botta, Juan Portillo, Juan Rodríguez y el brasileño Rick) y el interinato de Pablo Cholo Guiñazú como técnico (en su tercer partido, luego del triunfo en el Apertura ante Gimnasia y Esgrima y la derrota ante Libertad por la Copa Libertadores) tras la salida de Alexander Cacique Medina, cumplió una meritoria actuación en el Monumental. Mostró orden táctico, compromiso y solidaridad.

Un mano a mano que Guido Herrera le atajó a Facundo Colidio, habilitado por Sebastián Druissi, signficó una buena ocasión para River en el primer tiempo. Talleres no tuvo una acción similar, sin embargo tenía bastante controlado al ataque rival.

Un cambio realizado en el entretiempo le permitió al equipo cordobés festejar enseguida. Ulises Ortegoza le dio el pase al recién ingresado Valentín Depietri, quien se largó en una veloz carrera, cruzó la línea central, hizo una diagonal, y al llegar frente a Franco Armani lo superó con un remate que pasó entre las piernas del experimentado arquero. Iban apenas 4 minutos de la segunda etapa.

Con mucho tiempo por delante, River continuó sin encontrar soluciones y Talleres se plantó firme. Ante la impericia de los ataques locales, salvo la excepción mencionada de Mastantuono, la T intentó presionar e interrumpir el armado rival en el mediocampo y si esa zona era atravesada, dos líneas de cuatro se juntaban y comprimían los espacios. Y en la otra mitad de la cancha, Talleres no desaprovechaba los amplios espacios a su favor para intentar dar otro golpe.

El descontento de los hinchas se hacía sentir, los minutos pasaban. Hasta que en el minuto 42, Ignacio Nacho Fernández, uno de los ingresados, envió un pase filtrado a la punta derecha para Gonzalo Montiel, quien mandó el centro al medio del área. Allí se impuso Miguel Borja, uno de los más silbados, perfilando un cabezazo para ratificar su costumbre goleadora.

Así, el equipo del Muñeco Gallardo salvó, al menos, un punto, y mantiene, tranquilo, la chance de avanzar a los playoffs. Pero la producción futbolística sigue estando muy alejada del potencial de sus rutilantes apellidos.