Rinson López cuenta TODA SU HISTORIA: «Ya cuando me descubrieron, me quité un peso de encima» | OneFootball

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·3 de mayo de 2024

Rinson López cuenta TODA SU HISTORIA: «Ya cuando me descubrieron, me quité un peso de encima»

Imagen del artículo:Rinson López cuenta TODA SU HISTORIA: «Ya cuando me descubrieron, me quité un peso de encima»

Rinson López, futbolista que estuvo en el balompíe ecuatoriano con identificación falsa, reveló por todo lo que pasó antes de representar a varios equipos del torneo local. En diálogo con Pepe Mera para UN TOQUE DE FÚTBOL, contó todos los detalles.

Para empezar, relató lo difícil de su infancia. «Mi papá está en prisión, como en consumidor le encontraron sustancias más de lo normal. Está en un proceso en Colombia. A pesar de ser así, él siempre fue bueno conmigo y mis hermanos. De hecho me llevaba a ver fútbol. A pesar de su condición, siempre estaba pendiente de mí, veía qué podía regalarme».


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«En el fútbol me fui formando en las calles, pero eso fue algo perverso, como decimos nosotros. Cuando me fui a probar al Cali, me hice pasar como era de menos categoría. De joven, no tener quién te guíe, pues te llevaba a esto. Y bueno, ahí no volví, porque se dieron cuenta. Igual yo estudiaba. La decisión de jugar al fútbol fue porque mi abuela me dijo ‘el fútbol o el ejército’. Y ahí empezó todo», sumó.

«Ahí fue que vine a Ecuador, acá se dieron las cosas del fútbol. Estamos en un equipo que se llamaba Real Madrid de Cali. Y desde ahí nos dijeron que iba a existir la posibilidad de trabajar en Ecuador. Me daban garantías, pero fueron puras mentiras. Yendo allá, nos tocó buscar trabajo. Eso fue por el 2005 o 2007», contó.

Luego, agregó: «Nos dijeron que tendríamos trabjo, nos pintaron pajaritos en el aire. Nos pusieron a todos en un apartamento y poco a poco la gente se iba. Cada uno comenzó a ver cómo se regresaba. Algunos papás sí mandaron dinero, otros tuvieron que trabajar en Ecuador. Para los que nos quedamos, fue mucho más duro. No teníamos un guía. Estábamos solos contra el mundo. De 30 jugadores, como 3 o 4 nos quedamos en la lucha».

«Algunos conseguimos amigos. Yo encontré a otro señor que nos ayudó muchísimo. Empecé trabajando en una panadería. Creo que ganaba el básico, pero con eso me ayudaba para los pasajes y ya tenía mi mujer y mi niña en Ecuador. Y ahí estuve hasta que salió poco a poco lo del fútbol», relató.

También, contó: «Nosotro sin saber nada, hicimos todo como si fuéramos ecuatorianos. De los jóvenes que quedamos en Ecuador, escuchábamos que se podía sacar la documentación. Yo no tenía plata. Un compañero me prestó y que podía sacar la cédula. Conseguimos testigos y sacamos. Y creo que moví un año. Y se puso como que no tenía padres. Pero no cambié los nombres».

«Con eso ya me empecé a mover con más confianza y me dieron equipo. Mis otros compañeros que sacaron, ellos ya no están en el fútbol. Estábamos en el proceso, pero ellos ni alcanzaron para estar en el fútbol ecuatoriano. Fueron a probarse, pero ninguno quedó. Solo yo insistí para seguir jugando», manifestó.

«Yo nunca tuve problemas. Supuestamente, me investigaba El Nacional. Pero de ahí, yo nunca tuve problemas. Estaba como un ecuatoriano más cuando estuve en Aucas, en Macará. También estuve en Pelileo, en el Espoli. A Juventud Independiente también fui. Tampoco tuve problemas», señaló.

«Una vez jugábamos contra River (ahora es Guayaquil City). Y se me salió un grito que se notaba que era colombiano. Entonces hubo un compañero que sí me molestaba. Es que fue un acento caleño que se notó. Pero después no tuve mucho problema. Sinceramente pasaba el tiempo y yo no me preocupaba por eso. Estaba metido en el cuento. Cuando todo se descubrió, sí sentí que me quité un peso de encima. Pero sí hablé muchas veces tranquilo con mis compañeros», expresó.

«El Nacional siempre me gustó, creo que por el nombre. Allá fui 3 veces a probarme en el tiempo que estuve allá. La cuarta fue la vencida. Esperé unos días a que me llamaron y firmé. Influyó el profesor Octavio Zambrano. Fui a la oficina y él me dijo que firme, que ahí estaría bien. Iba a jugar casi que cobrando nada al inicio, pero por mis condiciones sabía que podía pelear más. Empecé con 1.500 y luego ya fue subiendo a 1.800 y 1.900. Y así», dijo.

Respecto a cuando lo descubren, dijo: «El profe Favaro me dijo que algo pasaba conmigo después de un partido con Emelec en el Atahualpa. Y yo estaba sano. Pero ahí me dijo que me estaban investigando. Luego, la FEF sí me citó, me presenté. Y resulta que a FEF disque llegaron documentos y tenía que estar atentos. Si confesaba todo, me suspendían 6 meses. Si mentía, era de 2 a 5 años de suspensión».

«Yo ya me imaginaba que era para eso, no me iba a esconder más, pero se dio. Alguien llevó mis documentos a FEF y ahí se complicó todo. Estoy seguro que gente, por la envidia, fue y entregó eso. La última vez que me vi con una persona, fue cuando pasó todo eso. Detalles de nombre no puedo decir, porque obviamente necesito pruebas. Pero era alguien que era de mi barrio y conocía a mi papá. Ahí sospeché bastante. Pero ya no vale la pena. Mucha gente vivía de mí y esa persona dañó a toda una familia. Pero pensé en todo, sé que no estaba haciendo las cosas bien, pero nunca quise hacer daño a nadie. Yo hacía lo que me gustaba, jugar al fútbol», sentenció López.

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