Real Zaragoza y Guiliano Simeone, tal cuál para cuál: así es su influencia en el equipo | OneFootball

Apenas 20 años, primer año en la élite y ya despunta. Garra, valentía, pundonor y, aunque a veces falle lo inexplicable, gol. Esas, entre otras, son las cualidades que más destacan en el hijo pequeño de Simeone, cuyo afición actual grita su nombre hasta quedarse sin voz cuando es sustituido. Ese, señoras y señores, es Guiliano Simeone.

Puede parecer algo cómico, pero en los dos primeros partidos de la temporada Carcedo lo relegó al banquillo. Sin embargo, su rápida adaptación y compromiso a lo largo de la temporada lo han colocado en un inamovible del once titular. De hecho, en la tercera jornada ya partió desde el inicio como titular. Esto siguió sucediendo en todas las jornadas, siendo la cuarta la más especial de todas. Pese a que elencuentro acabó en derrota, Guiliano celebró con la grada su primer gol como blanquillo, algo que repetiría en la siguiente fecha con la Ponferradina por partida doble. Eso sí, aunque por la mínima, el Real Zaragoza se llevó los tres puntos esta vez.

Sequía goleadora

A raíz del último compromiso citado, Guiliano se cegó de cara a puerta. No le entraba nada de nada y, por más empeño que le ponía, seguía sin obtener la recompensa del gol. Así estuvo durante diez jornadas, siendo el Málaga su salvavidas. Anteriormente, contra el Oviedo, Granada y Andorra el VAR le anuló tres goles que hubieran valido un total de tres puntos. Sumado a ello, envió dos disparos al póster ante el CD Tenerife y el club malagueño, con el que pudo haber firmado su segundo doblete.

En los próximos cinco encuentros, vio puerta en dos de ellos, además de manera de manera consecutiva. La SD Huesca y el CD Leganés fueron sus víctimas.

Nueva desventura con el gol

Otra vez. Otra vez se estaba repitiendo la misma historia. Ni de chilena ni de cabeza ni con la portería vacía, tal y como le ocurrió recientemente en La Rosaleda y el Anxo Carro. Aún así, era quién más peligro generaba, quién más presencia ofensiva tenía en campo rival y quién más ímpetu le ponía. Eso le sirvió para ayudar a Bebé, a quién le filtró un pase maravilloso, para marcar su primer gol con el club maño en Andorra.

Insistir, persistir y nunca desistir, así le funciona la mentalidad a este joven depredador. Y, justamente por eso, consigue lo que se propone. Esta vez, el encargado de romper su segunda hambruna fue el club que ya le vio marcar por última vez, el CD Leganés. Con una jugada, digamos, maradoniana, aprovechó un rebote, controló el cuero, se lo perfiló a su pie bueno y regateó a toda la defensa pepinera. Para finalizar, definió con un toque propio del canto de los ángeles, adentrando así el balón en el fondo de las mallas. En la celebración, se pudo ver su júbilo, rabia y alegría por hacer cantar a La Romareda otro gol suyo.

Si tan solo hubiera metido todas las que ha tenido…

…estaríamos hablando de un `killer´ en su máxima excelencia. Sin embargo, sea por falta de puntería o por falta de concentración, no ha podido transformar todos las oportunidades innumerables que ha generado. Pero, si tenemos en cuenta los tiros al palo comentados anteriormente, así como las ocasiones erradas ante malagueños y lucenses, podríamos ver un crecimiento sideral en relación a sus cifras goleadoras.

A día de hoy acumularía entre siete y nueve goles más. Esto, traducido a puntos, supondría una mejoría notoria en la posición para el Real Zaragoza, que se colocaría con, al menos, siete puntos más.