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La Galerna

·22 de noviembre de 2021

Real Madrid femenino, 1 - Deportivo Alavés, 1

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Un Real sin fortuna no pasa del empate ante el Alavés

El Real Madrid femenino no consiguió pasar del empate (1-1) ante el Deportivo Alavés en la undécima jornada de Primera Iberdrola. Alba Aznar adelantó al conjunto vasco con un gol tempranero y Nahikari García consiguió igualar la contienda durante la primera mitad, pero el marcador no se movió a pesar de las numerosas ocasiones blancas.

Si la lógica y la estadística fuesen de aplicación precisa al fútbol, el Real Madrid femenino habría ganado su duelo liguero en Valdebebas ante el Deportivo Alavés. Y es que, de repetirse el guion en cien ocasiones, las de David Aznar habrían celebrado más de un gol en setenta de los escenarios. Sin embargo, bien es sabido que los parámetros en los que se mueve este deporte son casi siempre indescifrables; si no es tu día, el balón no entrará.


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El partido transcurrió vivo y alegre desde el pitido inicial, con espacios en todo el campo y acercamientos de peligro constantes, casi siempre en el área visitante. Fue el Alavés, eso sí, el equipo que golpeó primero. El Madrid se había plantado en el campo con su tridente de centrocampistas de calidad —Maite Oroz, Teresa Abelleira y Claudia Zornoza— e inexplicablemente entre ellas nació la ocasión rival. Abelleira falló primero un control en la salida de balón, Lice Chamorro profundizó por banda hasta centrar y, ya en el área pequeña, Oroz intentó sin éxito despejar de espuela el balón. La mala decisión se tradujo automáticamente en un gol regalado a la capitana Alba Aznar.

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Si bien el shock, conocidos los antecedentes en lo que va de campaña, pudo haber atenazado al Madrid, pronto empezarían a brotar las oportunidades blancas. Abrió la veda Esther González en el 18, y desde ese momento supieron las locales que la portería rival era terreno conquistable. El principal lastre para el Real, de inicio a fin, sería la pesadez de piernas y el exceso de errores no forzados con balón, quizás fruto del mes maratoniano tras combinar liga y Champions.

A la media hora de partido llegó el empate, que nació de un córner servido en corto. Claudia Zornoza buscó el primer palo con su envío y por aquella rendija entró Nahikari para enlazar dos jornadas consecutivas anotando. Al igual que frente al Betis, la guipuzcoana metió la cabeza y dirigió el cuero a gol estando de espaldas, demostrando que sus habilidades como delantera siguen funcionando tan bien como siempre.

De repetirse el guion en cien ocasiones, las de David Aznar habrían celebrado más de un gol en setenta de los escenarios. Sin embargo, bien es sabido que los parámetros en los que se mueve este deporte son casi siempre indescifrables

En cuanto el Real consiguió la igualada, soltando lastre y respirando, vinieron los minutos de mayor producción ofensiva. De inmediato, Maite Oroz se plantó sola frente a la guardameta Cris en el punto de penalti tras un robo. El 2-1, los tres puntos y quizás la plácida goleada estaban ahí, pero su disparo voló fuera por poco. En ese momento, la oportunidad perdida no era sino una de las muchas previstas; pero visto en retrospectiva, el fallo anunciaba lo que estaba por llegar. Y es que, aun antes del descanso, tanto Olga Carmona como Esther pudieron marcar en sendas ocasiones disparando a pocos metros de la línea de gol.

Como ocurre en el cine, el volumen de la música —la claridad de las acciones— fue subiendo poco a poco, en sintonía con la tensión del momento. David Aznar optó por mover pronto el banquillo, el Alavés se conformó con esperar al error blanco para lanzarse al contragolpe y el partido pasó a jugarse sobre el alambre.

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En el 75’ estalló el travesaño de las vitorianas por primera vez. Sirvió Oroz en profundidad por banda derecha, donde atacaba el espacio la recién ingresada Kenti Robles para centrar de primeras, y de vuelta al área Esther cabeceó al larguero en posición franca. Era imposible acercarse más al 2-1 sin conseguirlo. O casi.

Llegaría un segundo encuentro con la madera, pero sólo tras una doble ocasión de las blanquiazules en el área de Misa Rodríguez. Entonces fue Athenea del Castillo quien probó fortuna desde el costado izquierdo. Su disparo con parábola buscó la escuadra larga, allí donde la portera nada tenía que hacer, pero el fútbol dijo no. El acta no recogería más goles, y ya podrían seguir intentándolo las atacantes madridistas dos horas más: nada cambiaría, Alavés y Real Madrid tuvieron que repartirse los puntos.

Fotografías @realmadridfem

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