Real Madrid, 1- Valladolid, 0: Sufrir y sumar | OneFootball

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La Galerna

·30 de septiembre de 2020

Real Madrid, 1- Valladolid, 0: Sufrir y sumar

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De un tiempo a esta parte, este humilde cronista galernauta sospecha que la razón última de la inquina periodística contemporánea contra Zinedine Zidane obedece a su incapacidad para acertar ningún once del Real Madrid, ni rascar ningún scoop de un vestuario blanco hermético.

Decían que hoy sería la noche de las dos perlas brasileñas, advertían que sería difícil volver a ver a Luka Jovic sobre el césped de Valdebebas… ni qué decir tiene la alineación, tanto tiempo después, del easonense Odriozola. Profetas de salón. Tampoco pudieron nadie adivinar la nueva disposición táctica diseñada por el técnico franco-argelino; un rombo que por momentos recordó demasiado al aciago cuadrado mágico de Wanderley Luxemburgo.


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Dice Zizou que el Madrid puede utilizar varios esquemas lo cual constituye una indudable ventaja táctica. El problema de utilizar uno distinto por partido en esta pseudo pretemporada, donde los puntos son trágicamente reales, puede producir cierta confusión mental en los propios jugadores. El Real Valladolid, acreedor de su reciente merecida fama como rey del empate, supo aprovecharse de ello durante unos primeros 45 minutos donde, paradójicamente, el gélido Jovic fue el futbolista blanco más incisivo sobre el verde.

Los pucelanos, un equipo tosco, disciplinado e incómodo, frenaron las acometidas de un Real Madrid que se fue diluyendo hasta llegar al túnel de vestuarios. Apenas una arrancada de Jovic, que posibilitó un malintencionado disparo de Valverde a la que respondió el veterano Roberto con maestría, una penetración por banda del propio Pajarito que enviaría fuera por poco el propio Jovic, así como alguna filigrana inofensiva de Modric y Marcelo engrosaron el escaso bagaje madridista durante el primer tiempo.

Por el contrario, con el paso de los minutos y ante creciente ofuscación madridista personificada en un Isco absolutamente intrascendente, el Valladolid comenzó a aproximarse con aviesas intenciones al balcón del área de Courtois.

Curiosamente, quien más necesitaba pasar por el diván del vestuario era el campeón de Liga.

Pudo cambiar pronto la dinámica del partido al poco tiempo de reiniciarse el partido. De nuevo Jovic, quién lo diría, puso a prueba a Roberto con un fenomenal testarazo a la salida de un córner. El portero vallisoletano respondió con una estirada felina, pero dejo el balón suelto en el área para Casemiro. El brasileño, gris durante todo el encuentro, falló con todo a su favor. El esférico golpeó con violencia en el larguero.

El susto no pareció afectar al Valladolid que no dejó en ningún momento de amenazar a Courtois y superar líneas del Madrid con relativa facilidad. Tan es así que el arquero belga correspondió a su colega visitante y despejo a córner un latigazo seco del hebreo Weissman en una jugada defendida con tanta alegría como ligereza por Marcelo.

Y de repente, un triple cambio. Carvajal, Vinicius y Asensio en detrimento de un desdichado Odriozola, un Isco lamentable y Jovic, que hasta el momento había sido el jugador blanco más peligroso sobre el campo. El rombo era historia. El Real Madrid apostaba por la velocidad como arma para desarbolar el armazón defensivo violeta.

Y cierto es que el nuevo trio que dispuso Zidane sobre el verde aportó la verticalidad y el dinamismo necesario para dañar al Valladolid y mellar la confianza en su fútbol exhibida hasta entonces. Así, a los 64 minutos, una doble pifia de Bruno provocada por la optimista porfía de Vinicius en el balcón del área permitió al joven brasileño batir con comodidad a Roberto desde dentro del área pequeña.

El gol insufló energía al Madrid lo que no impidió que el Valladolid, de tanto en cuanto, siguiera llegando al área local. Lo hizo poco después del tanto de Vinicius su lateral, Carnero, que no vio a Weissman sólo en el área y probó fortuna con un disparo duro, pero sin ángulo, al que respondió seguro Courtois.

Mientras tanto, Vinicius siguió a lo suyo; atormentar defensas, crear zozobra y electrificar el ataque del campeón de Liga. Waldo, al tiempo, lo intentaba desde lejos y en el consiguiente córner un desafortunado Bruno enviaba fuera de cabeza tras superar en el salto a Casemiro. Respondía Benzema desde la frontal con un disparo enroscado que despejó de nuevo Roberto.

El Real Madrid sumía el partido en el descontrol confiado en su poder ofensivo, el Valladolid asimismo se estiraba en busca del empate, convirtiendo ambos el encuentro en un correcalles. A falta de un cuarto de hora pudo sentenciar Vinicius en un contraataque conducido y malogrado por Asensio y Benzema. Asimismo, a diez minutos del final, Modric estrelló en el palo una sorprendente asistencia del arquero blanquivioleta.

El Madrid no cerró el partido hasta el pitido final. El campeón de Liga no encuentra ritmo ni demasiado fútbol en esta dramática pretemporada oficial.

Algo si ha demostrado, no obstante. Capacidad de sufrir para sumar. Sufrir y sumar.

No ha dejado de hacerlo en la Liga desde que el coronavirus irrumpió en nuestras vidas.

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