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·6 de septiembre de 2018

Rafael Santos Borré: "De chico, mi papá me teñía el flequillo como Palermo"

Imagen del artículo:Rafael Santos Borré: "De chico, mi papá me teñía el flequillo como Palermo"

Cuando Lionel Messi decidió teñirse el pelo de rubio platinado, en julio de 2016, miles de nenes, nenas, jóvenes (y muchos adultos) corrieron a las peluquerías a pedir el mismo look de La Pulga. Muchos años antes, Ronaldo sorprendía a todos en la semifinal del Mundial Corea/Japón 2002 con un extravagante flequillo oscuro en su cabeza pelada y rompía con todas las reglas estéticas de la época. Por supuesto, cientos de fanáticos -los más valientes- imitaron al crack brasileño.  Antes, en 1995, Diego Maradona salía a la cancha con una franja amarillla en el costado de la cabeza y revolucionaba los peinados de montones de pibes.

En 1999, mientras un Rafael Santos Borré de apenas cuatro años corría tras una pelota en Santo Domingo de Guzmán, Barranquilla, la Selección Colombia goleaba a la de Argentina por 3-0 en un partido que quedará para la historia para Martín Palermo por sus tres penales fallados. Ese día, el arquero del conjunto cafetero fue Óscar Córdoba, quien se transformó en uno de los ídolos de Borré, que años más tarde, en su honor, se probaría en ese puesto. Ese día, Palermo llevaba un flequilo amarillo que también marcó tendencia entre los amantes del fútbol y que quedó grabado para Ismael Borré, quien años después decidiría hacérselo a su hijo, también delantero y admirador del Titán.


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"Lo seguía mucho a Martín porque era un goleador increíble, un delantero que marcaba muchas diferencias. Algunos lo criticaban porque por ahí no era un jugador muy técnico, muy hábil con el balón, pero tenía algo que siempre estaba en el lugar adecuado y lo terminó demostrando hasta el final de su carrera", le cuenta Rafael Santos a GOAL, y admite que su parecido físico -en ese entonces- con el goleador de Boca llevaron a su padre a recrear el mítico look: "Mi padre me pintaba el copete de rubio y como que mucha gente me comparaba y me decía 'Martín' por lo que él se hacía en el cabello".

-Por características, no se parecen.

-No, claro. Tengo muy pocas cosas de Palermo, pero cuando eres niño sientes que puedes llegar a ser como esos jugadores. Siempre me llamó mucho la atención por cómo era como jugador, por cómo estaba posicionado. Nunca llegué a querer ser hincha de Boca o a querer ser llamado por Boca, pero soy mucho de estar pendiente de otros 9, de seguirlos, y ese jugador, sus movimientos en el área y cómo se desmarcaba me llamaba mucho la atención. Martín es un delantero increíble al que admiro, que hizo muchas cosas lindas no sólo por Boca sino también como jugador de la Selección. Pero hoy en día, sin demeritar lo que hizo, creo que estoy muy contento por cómo soy yo como jugador, por las características que tengo y las cualidades que tengo.

-¿Cuáles son esas cualidades?

-Soy un jugador muy inteligente a la hora de jugar, un jugador muy rápido que sabe encontrar espacios, que sabe estar perfilado a la hora de recibir, sabe en qué momento hacer los movimientos y que tiene movimientos importantes para romper a la defensa rival.

Todas esas características que menciona el colombiano no fueron suficientes para que el Cholo Simeone le diera una chance en Atlético de Madrid, equipo que le compró su pase a Deportivo Cali en 2015 pero que decidió dejarlo allí hasta 2016 y, cuando regresó a Madrid, decidió volver a darlo a préstamo -esta vez a Villarreal- durante una temporada hasta que apareció River para comprar el 50% de su ficha (agosto 2017). En el Millonario, el camino del colombiano fue de menor a mayor no sólo en minutos de juego, sino también en su rendimiento dentro de la cancha.

-¿Qué cambió para que pases a ser una de las primeras opciones para Gallardo?

-Creo que se basa más que nada en la continuidad que ha tenido el entrenador conmigo, la confianza que me ha ido dando el grupo. Sabemos que Nacho (Scocco) y Rodri (Mora) tuvieron sus lesiones y eso me dio la oportunidad de poder estar jugando, pero es un equipo en el cual todos tenemos que estar preparados para jugar porque en el momento que te toque tienes que dar el máximo y estar preparado para hacerlo bien. Es importante que el equipo tenga el mismo rendimiento así sean los jugadores que estén.

-¿Tuviste que adaptarte al fútbol argentino?

-El fútbol argentino para nosotros que somos colombianos tiene una intensidad diferente al fútbol de Colombia. El fútbol de Colombia es un fútbol que apuesta mucho a los pases, a la capacidad individual, a generar mucho con la asociación. Pero el fútbol argentino es un fútbol totalmente diferente, es un fútbol más físico, un fútbol más friccionado en el cual los árbitros también dejan seguir un poco más el juego para que se genere ese ritmo tan alto, y eso por ahí lleva un tiempo de adaptación.

-¿Y el fútbol español?

-Es un fútbol más técnico en el sentido de que se le apuesta mucho a la táctica y a la calidad técnica de los pases. Es un fútbol que es más asociativo, el equipo rival también trata de ser más ordenado, no te presionan tanto como acá, se basan mucho en recuperar y poder hacer daño mediante la asociación.

-¿Por qué creés que no pudiste jugar en Atlético Madrid?

-Creo que se basó mucho en el momento en el que llegaba. Llegaba de una liga como la colombiana, con un ritmo diferente y con una pasividad diferente, y creo que no era el momento para llegar a una liga competitiva y de elite como es la española, que es una liga que te exige estar bien preparado y con confianza.

-¿Creés que no siempre Europa es la mejor opción?

-A veces muchos jugadores tenemos la mentalidad de que irnos a Europa es lo más importante para nuestra carrera en ese momento. Es importante llegar a Europa, uno siempre quiere jugar en los equipos de elite del mundo, pero también pienso que los jóvenes deberíamos analizar el momento en el que se llega a Europa: si se tiene la experiencia necesaria, si se han jugado los partidos necesarios o si has competido a un nivel necesario para llegar a una exigencia tan alta, porque teniendo otro tipo de experiencias te das cuenta si estás o no preparado para enfrentar eso.

-¿Qué le dirías hoy a Exequiel Palacios, por ejemplo, uno de futbolistas revelación de River?

-Más que nada le diría que se fije cuántos minutos podría tener en Europa y cuánta continuidad acá en River. Si llegaría con el suficiente peso como para llegar y ser un jugador indiscutible en el equipo que llegue, le diría que fuera de inmediato porque es un equipo que le va a dar continuidad. Pero si es un equipo al que tiene que llegar a hacerse un proceso, a ir escalando de a poco, creo que en River puede seguir haciendo eso y llegar con mucha más fuerza y consolidado al fútbol europeo.

-¿Volverías al Atleti a pesar de que ahí no tuviste oportunidades?

-Es un club que me gusta, que tuve una experiencia personal muy linda. Es un equipo al que volvería pero siempre teniendo en cuenta que pueda tener la continuidad que quiero tener.

El 15 de septiembre de 1995 nació en Santo Domingo, Barranquilla, el segundo hijo de Deisy del Carmen e Ismael, Rafael Santos. Su nombre se debe a la canción compuesta por Diomedes Díaz, famoso cantante colombiano, para su hijo Rafael Santos, "Mi Muchacho". Santos, como se puede observar, no es un apellido, algo que Rafael tiene que explicar a menudo. Sin ir más lejos, su primera camiseta de River lleva estampado "Santos B." en la espalda. "Desde que empecé a jugar en Colombia mucha gente pensaba que Santos era mi apellido y, cuando empecé a marcar diferencia y a poder ser titular en Deportivo Cali, se ponían “Santos” en la camiseta y no se ponían nunca Borré", se ríe el futbolista que, antes de ser goleador se probó como arquero y también se lució jugando al béisbol.

"Comencé siendo portero porque en ese tiempo me gustaba mucho Óscar Córdoba, que estaba en la Selección y marcaba la diferencia", recuerda. Y su papá, que se mudó con Rafael a Valledupar a sus cuatro años cuando se divorció de su madre, corrió a comprarle los guantes y el buzo de la figura colombiana. Pero el arco no era para él. "Era muy buen arquero porque me gustaba tirarme a todo, pero a medida que te van fundamentando y comienzan las caídas empieza a complicarse. Así que fui escalando y empecé a ser central, luego volante y terminé de delantero. Ojo, si me dicen, yo podría ir al arco, aunque la estatura no me ayudaría mucho para salir a cortar un centro", se ofrece. Pero el Muñeco no lo necesita bajo los tres palos sino arriba, en el frente de ataque, donde puede jugar sólo o con una referencia de área.

-¿Cómo te sentís más cómodo: con un típico nueve o sin?

-Trato siempre de adaptarme a lo que el equipo pide. Con un 9 que cumpla esa función de aguantar y de chocar me siento bien, pero acá en River he ido aprendiendo a que lo puedo hacer y lo puedo mejorar. Se basa en eso, tratar de ir aprendiendo día a día cosas nuevas y en eso también estoy agradecido a River porque he aprendido cosas que por ahí sentía que no podía agregarle a mi fútbol.

-¿Qué te da Pratto?

-Pratto me da un poco de eso, de roce con el rival, de aguantar la pelota darle ese respiro al equipo que el equipo necesita y tener esa pausa para aguantar el balón.

-¿Cómo maneja Gallardo el hecho de tener cuatro delanteros de jerarquía?

-Es un entrenador que se basa en el que esté mejor, en el que él sienta que está mejor para ese partido es el jugador que va a jugar.

-¿Pero nunca te sentiste el mejor y el técnico no te puso?

-A veces uno se siente en el momento que dice “si juego la puedo romper” pero es muy importante para él (Gallardo) analizar el rival, qué condiciones se puede encontrar y qué jugador le puede ayudar a romper ese estilo de juego que te ofrece el rival.

-¿Es un gran estratega Gallardo?

-Sí. Me encanta el fútbol, trato de verlo de todos los ángulos y analizar todo tipo de jugadas, y creo que Marcelo me ha dejado muchas enseñanzas porque he visto que ha resuelto partidos y ha hecho algunos detalles que me llamaron mucho la atención. Hasta he llegado a pensar "se está equivocando o está haciendo algo mal", sin embargo, después me demuestra que sí tenía resultado y que sí era lo que él buscaba. Me marcó mucho en el partido contra Jorge Wilstermann; veníamos de haber perdido 3-0 y es muy raro que juguemos con línea de tres en el fondo, pero Marcelo ese día decide salir a jugarle con línea de tres y salir a colmarle la mitad de la cancha al rival, sabiendo que era un equipo que se iba a hacer fuerte ahí y que si le ganábamos esa mitad de la cancha luego íbamos a tener muchas opciones. Y vér cómo resultó el partido y cómo él lo pensó en su cabeza te lleva a admirarlo mucho.

Si de admiración se trata, el delantero reconoce que su compatriota Juan Fernando Quintero es un jugador distinto, pero que a él no lo sorprendió. "Siempre ha marcado mucha diferencia en Colombia y a donde ha ido. Es un jugador que por ahí no ha tenido la confianza o el respaldo para poder demostrar lo que él es en el fútbol europeo porque no tuvo esa continuidad que hubiera querido, pero en Colombia sabemos que es un jugador que tiene mucha calidad y te puede ofrecer cosas diferentes", dijo sobre el Nalgón, y advirtió: "Juan Fer es un jugador muy diferente. Acá en Argentina se han sorprendido de la calidad que tiene pero es eso y mucho más: está al nivel de muchos jugadores de elite del mundo".