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·14 de junio de 2019
¿Quién es Takefusa Kubo, el Messi japonés, que ha fichado el Real Madrid pero que aprendió en el Barcelona?

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·14 de junio de 2019
Takefusa Kubo acaba de cumplir 18 años y su sueño es jugar en Europa. El Real Madrid está a punto de cumplir sus deseos, ya que, según Marca, está muy cerca de cerrar su contratación y pagaría 2 millones de euros al FC Tokyo para reclutar a este prometedor atacante.
Los blancos se anticiparían con esta operación a otros grandes del Viejo Continente como el PSG o el propio Barcelona, que también quería recuperarlo, pero el salario de 1 millón de euros por temporada que le ofrecen los merengues puede decantar la balanza para que se mude a Madrid. Primero para seguir formándose en Valdebebas y después para intentar dar el salto al primer equipo, un fichaje de futuro que recuerda a los de Odegaard, Vinicius o Rodrygo.
En su caso no sería su primera experiencia en Europa ni en España porque ya formó parte de la cantera del Barcelona cuando era aún más joven. La sanción de la FIFA a los azulgrana le hizo retornar a Japón y, desde allí, ahora planea su vuelta, porque ambición no le falta. Hace unas semanas, el jugador contó su historia en exclusiva a Goal.
"Un día vi un folleto de un campamento que decía que si era el mejor jugaría un partido con el Barcelona, y lo intenté", explica Kubo a Goal. "Jugué ese partido, y creía que ese era el final, pero me dijeron que hiciese otra prueba, porque todo estaba yendo muy bien", explica el joven, que actualmente milita en el FC Tokyo. Tenía solo 10 años e iba a cambiar de continente para desarrollar todo su fútbol.
"Yo no tenía miedo, me daban la opción de jugar al fútbol", dice el jugador, que ahora aspira a volver a Europa y jugar en las cuatro ligas más prestigiosas. Su adaptación fue rápida, porque era joven, aunque el salto es importante.
"Los japoneses entienden mejor las estrategias y las siguen estrictamente, los españoles tienen un amplio repertorio que no va dictado", explica para narrar las diferencias que se encontró.
Jugó la Mediterranean Cup, un prestigioso torneo, pero llegó la sanción. Dejó de jugar en 2015 y eso le arrebató parte de su felicidad. "Veía ganar a mis compañeros, pero yo no podía estar totalmente alegre", recuerda Kubo, que se vio en la necesidad de volver a su país sin querer hacerlo. Readaptarse no fue difícil, aunque los entrenamientos sean muy diferentes, más formativos en el país asiáticos, más estratégicos.
En 2017 ya sonó para volver al Barcelona pero ya el Real Madrid seguía sus pasos y desde entonces ha comenzado una carrera por seducirle y contar con sus servicios.
Ahora, con el tiempo, y ya en las selecciones inferiores niponas y tras debutar en el primer equipo del Tokyo con sólo 15 años, sueña con jugar un Mundial y triunfar -finalmente- en Europa, probablemente volviendo a España pero cambiando el blaugrana por el merengue.