Primera parte loca: expulsión de Arujo y goles de Raphinha y Dembélé (1-1) | OneFootball

Barça y PSG han ofrecido una primera parte frenética en su duelo de la vuelta de los cuartos de final de la Champions League en Montjuic.

El PSG ha empezado el partido metiendo el miedo en el cuerpo a los jugadores barcelonistas, empujando y echando al Barça para atrás, pero sin ver puerta. El Barça ha respondido y en su primera llegada ha anotado el primer gol del partido. Ha sido en el minuto 11 a través de una jugada magistral de Lamine Yamal, yéndose de su par, internándose hasta la línea de fondo y lanzando un centro envenenado que Raphinha ha convertido en gol tal como le venía dejando en evidencia a Aschar Hakimi y a Donnarumma.

El partido se le ponía bien al Barça. Y en el minuto 20 Lewandowski ha tenido el 2-0 en sus botas, pero su potente remate salió alto por muy poco. El Barça tenía controlado el partido y el PSG no ha disparado a puerta hasta el minuto 27, cuando Ter Stegen ha respondido con un paradón un remate de Mabppé. El rechace lo recogió el mismo Mbappé para cabecear a puerta, pero Koundé salvó la situación.

La expulsión de Araujo cambia el partido

Y en el minuto 29 ha llegado la jugada clave que ha cambiado el rumbo del partido. Barcola se va hacia la portería de Ter Stegen y Araujo le derriba con una carga con el hombro al borde del área. El árbitro señaló la falta y, además, enseñó la roja a Araujo, por entender que era el último defensor.

Xavi tuvo que recomponer sus líneas. Sacó del campo a Lamine Yamal, que estaba generando mucho peligro y puso en su lugar a Íñigo Martínez para suplir al expulsado Araujo. Y el PSG supo aprovechar la situación, lanzándose con furia sobre la portería de Ter Stegen mientras el Barça parecía groggy tratando de asimilar su inferioridad numérica.

Y en el minuto 39 llegó el gol de Dembélé aprovechando un centro desde la izquierda que se paseó ante la portería de Ter Stegen sin que ningún defensor despejara. Dembélé, que era el último y espoeraba en el segundo palo, fusiló a Ter Stegen el tanto del empate.

El propio Dembélé, que empezó muy nervioso tuvo el 1-2 en sus botas en el tiempo de prolongación.

Partido incierto por la inferioridad numérica del Barça, que tendrá que recurrir a la épica para contener las previsibles acometidas de los franceses, que van de menos a más. Los jugadores de Xavi deberán ponerse el mono de trabajo para resistir.