Tiralíneas Madrid
·1 de septiembre de 2024
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Madridistas y béticos se verán las caras en la cuarta jornada de LaLiga antes de marcharse al parón de selecciones
Esta cuarta jornada de la competición nos está dejando auténticos partidazos y alguna que otra sorpresa, pero hay un factor que determina, y mucho, el partido de mañana y es que ni Barça ni Atleti han pinchado en sus respectivos encuentros. Por tanto, el Real Madrid, tras observar en el día de ayer cómo el FC Barcelona endosaba un aplastante 7-0 al Valladolid y Correa acudía al rescate del Atlético de Madrid para sumar de tres en San Mamés, se sabe en la obligación de volver a la senda del triunfo y dejar a un lado su mala dinámica en este comienzo liguero.
Por su parte, el Betis, hasta el momento, y habiendo disputado una jornada menos que el resto, cuenta sus partidos por empates. Los de Pellegrini han firmado tablas tanto con el Girona en su estreno en liga y haciendo lo propio ante un Alavés que acabó el encuentro en inferioridad numérica. Asimismo, ha de destacar que los andaluces han estado eliminatorias intersemanales para clasificarse definitivamente a la Conference League, razón por la cual se aplazó su choque en la segunda jornada.
Lejos de las expectativas que generaba el Real Madrid antes del comienzo de temporada, la realidad es que los blancos, lejos de mejorar sus registros con respecto al año pasado, ni siquiera han sido capaces de desarrollar un fútbol identificativo y vistoso. El balance, hasta el momento, es de dos empates y una sola victoria. Pero, sin duda, lo peor de todo ello es que prácticamente lo mejor del conjunto madridista son los resultados, ya que, visto lo visto sobre el verde, podrían ser bastante peores.
El gran galáctico que tanto tiempo ha esperado la parroquia merengue aún no ha brillado como se le presupone y, teniendo en cuenta que hablamos de la afición más exigente del planeta, su paciencia podría acabarse en cualquier momento. Además, las críticas de la prensa y cierto sector del propio madridismo hacia el de siempre, hacia Vini Jr; sumadas al runrún que se apodera últimamente del Santiago Bernabéu, conscientes de que la retirada de Kroos está siendo ciertamente compleja de suplir, han provocado que el Real Madrid atraviese una situación límite que necesita abordarse cuanto antes.
En el lado opuesto, hallamos a un Betis que, sin haber podido completar a última hora el regreso de Dani Ceballos a la que siempre será su casa, tratará de no pagar los platos rotos de los muchachos de Ancelotti en lo que llevamos de liga y, sobre todo, aprovechar la mala dinámica que atraviesa el club de Chamartín para rascar algo positivo del templo blanco.
Tal vez, la clave para los béticos, más allá de lo futbolístico, resida en saber manejar los tiempos del encuentro. Quien juega en casa, quien atraviesa un momento más complejo y, sobre todo, quien está obligado a ganar es el Real Madrid. Por tanto, si los visitantes logran resistir a los primeros arreones madridistas y mantener el empate en el luminoso hasta el último tramo del choque o, incluso, sorprender a los blancos poniéndose por delante, esto provocaría los nervios y el aumento de la tensión en el vigente campeón de la competición.