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En un momento dado

·28 de agosto de 2024

Pedri y Olmo cerca de Lamine

Imagen del artículo:Pedri y Olmo cerca de Lamine

A Marc Bernal le habían bastado tres titularidades para tranquilizar al Barça a propósito de su mediocentro. Por delante de cualquier otra solución o parche, era la opción elegida por Hansi Flick para ocupar un vacío que durante la temporada pasada nunca estuvo cubierto del todo. Puntual en la disputa, generoso en la cobertura, preciso en el pase y ágil en la lectura del juego. Inteligente en la disputa, inteligente en la cobertura, inteligente en el pase e inteligente en la lectura del juego. Su paso al frente ante el Rayo Vallecano le sirvió al Barça para virar una mala dinámica inicial, producto de las dificultades culers para presionar a un rival que no construía en corto, y para girar las líneas de un cuadro local que podía robar mirando hacia delante.

Vallecas es un campo particular, en el que los espacios se venden más caros de lo habitual. En él, valen dos atajos: sobresalir en las distancias cortas o ser capaz de agrandarlas. Lo primero no pudo hacerlo el conjunto azulgrana durante la primera media hora de juego salvo cuando el esférico estaba al cuidado de Lamine. Raphinha, Ferran y Lewandowski, por dentro, no alcanzaron la precisión necesaria para hacer reposar los ataques en campo rival, y la esperada pausa de Pedri quedaba demasiado lejos de la frontal. A lo largo de este tramo, sin embargo, el Barça sí encontró en el canario un camino para llegar hasta Lamine, atrayendo con el centrocampista sobre el sector izquierdo del mediocampo, haciendo que el balón sumara segundos en sus pies para que la zaga rayista basculara y se generaran espacios en la zona del extremo derecho.


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Si seguro se mostró el balón en las botas de Pedri, seguro estuvo también en las de un Lamine superior en su duelo particular ante Espino, pero a quien le faltaron apoyos desde el pico del área para poder diversificar los ataques. Raphinha, el interior más próximo, buscaba el área demasiado pronto, de modo que, tras superar a su par, el extremo culer sólo podía centrar o buscar la jugada individual, pero no descargar hacia la frontal para alargar la jugada. Como se señalaba al inicio del artículo, esto cambió tras la pausa de hidratación. Marc Bernal asumió más responsabilidades en la gestión de la base de la jugada, erigiéndose en principal referencia ofensiva por delante de los centrales, lo que a su vez permitió a Pedri adelantar varios metros su juego y ser el apoyo cerca del área que hasta entonces Lamine no había encontrado.

Por lo que respecta al segundo atajo, al de estirar el campo, a la primera parte del Barça le faltó un costado, pues Ferran se movió principalmente por dentro y Gerard Martín no tuvo la presencia por banda que habitualmente tiene Balde. Con Álvaro García y Jorge de Frutos aguardando para castigar su espalda, los laterales azulgranas asumieron un posicionamiento ofensivo más prudente, un hecho que si bien en la derecha quedó compensado por la presencia de Lamine, en la izquierda restó al equipo posibilidades de ensanchar el campo.

Tal y como había sucedido en las dos primeras jornadas, el descanso mejoró a los de Flick, esta vez mediante la entrada al campo del debutante Dani Olmo en sustitución de Ferran Torres. El técnico alemán había detectado las dos carencias de su equipo durante el primer tiempo, y con un sólo cambio actuó sobre ambas. Por lo que respecta al juego en espacios reducidos, optó por situar a Dani Olmo en el interior derecho, cerca de Lamine, para que el ex del Leipzig trabajara el pico del área rival que tan pocos apoyos le había ofrecido a Yamal durante el primer tiempo. Dicho y hecho. Lo de Olmo fue un torrente de juego desde el primer momento. Controlando, girando, arrastrando y verticalizando por dentro, generando espacios en las alas a partir de su atracción, y permitiendo al extremo una solución para no precipitar el ataque ni tener que culminar la jugada con una acción individual.

Olmo, Pedri y Bernal dieron forma a un triángulo interior demasiado preciso y con demasiados recursos conservando el balón para el sistema defensivo del Rayo, que se agitaba cada vez que uno de los medios culers recibía entre líneas o cortaba por dentro con una conducción. Marc servía el esférico para Dani y Pedri, que lo aprovechaban para atacar a los mediocentros y a los centrales locales y así liberar a sus compañeros de ataque. Lamine por la derecha, Lewandowski en el centro y Raphinha reubicado en banda izquierdo para juntarse con Balde y darle al Barça la amplitud por el carril zurdo que no había tenido antes. Atacando hacia fuera y hacia arriba cada vez que las apariciones de Olmo y Pedri hacían salir y juntarse en el centro a la zaga rayista. Flick tiene interiores, pero se ha quedado sin mediocentro.

– Foto: Denis Doyle/Getty Images

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