Pasar a Barcelona, la mejor opción de Lautaro para recibir la antorcha de Messi en Argentina | OneFootball

El mundo se encuentra paralizado desde hace prácticamente un mes por la pandemia de coronavirus y el fútbol no solo no es la excepción, sino que es una de las actividades más perjudicadas a nivel económico, por las grandes pérdidas que genera la falta de competencia. Sin embargo, al mismo tiempo que los clubes debaten internamente la idea de recortar salarios, ya se habla del próximo mercado de pases en el cual Lautaro Martínez será una de las grandes vedettes.

Si bien Inter no quiere liberarlo de ninguna forma, ya que lo considera imprescindible para construir el futuro del club, son varios los clubes que no dudarían en invertir los 110 millones de euros que equivalen a su cláusula de rescisión. Y entre esas opciones que tiene el bahiense, entre las que sobresalen Manchester City, Real Madrid y Barcelona, esta última parece sin duda la más atractiva, poniendo el foco en la Selección argentina, en la cual está destinado a ser el abanderado que suceda a Lionel Messi, justamente su posible compañero blaugrana.

Aunque Leo sigue firme como capitán y 10 de la Albiceleste, desde hace años que en su país le buscan sucesor, especialmente después de su breve renuncia tras perder la final de la Copa América Centenario en 2016. El primero en cargarse esa mochila fue Paulo Dybala y, hasta ahora, es un rotundo fracaso ya que nunca pudo hacerse siquiera con la titularidad de forma indiscutida. Pero la historia de Lautaro fue otra totalmente distinta.

Aunque formó parte de la última gira de la Albiceleste antes del Mundial de Rusia, no pasó el corte y Jorge Sampaoli finalmente no lo incluyó en la nómina de 23 convocados. Más allá de la frustración por los modos del DT, reconoció la desventaja de los jugadores del fútbol argentino en relación a los 'europeos' (todavía estaba en Racing) y, aún con 20 años, eligió seguir peleando por su lugar, que llegó en la segunda citación de Lionel Scaloni (estaba lesionado en los amistosos de septiembre), con gol ante Irak en el primero de los partidos de esa gira que luego incluyó el duelo ante Brasil, en el que fue suplente e ingresó a los 58 minutos.

Sus números en la Albiceleste en apenas un año y medio asustan: 17 partidos y nueve goles, dos de ellos en la Copa América y los restantes en los distintos amistosos que sirivieron para apuntalar en el cargo a Scaloni, responsable principal de que el Toro tenga destino de referente. Porque, a nivel Selección, es comparable con todos y a su vez con ninguno de sus antecesores: tiene la potencia del mejor Batistuta, el juego de Crespo, la explosión del Kun y el arco entre ceja y ceja como Higuaín.

Pero hay algo que sobresale más que sus números o su estilo de juego, ya sea en el equipo nacional o en Inter: su profesionalismo, su perfil bajo en tiempos de futbolistas millenials y centennials con adicción a las redes sociales y los escándalos, su deseo de autosuperación constante.

Son estas cualidades, y no solo la cantidad de goles, las que lo pusieron en el centro de la escena europea y especialmente en Barcelona, que necesita un delantero que empiece a ocupar el lugar de Luis Suárez y, tal vez en algunos años, el de Lionel Messi como "ganador de partidos". Y lo mismo ocurre en la Selección argentina, que indefectiblemente debe pensar en el post Leo y nada mejor que tenerlo apadrinando a quien se impone para tomar la posta y llevar la antorcha durante la próxima década.