Pablo Iglesias contra Bartomeu | OneFootball

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La Galerna

·18 de septiembre de 2020

Pablo Iglesias contra Bartomeu

Imagen del artículo:Pablo Iglesias contra Bartomeu

Buenos días. Os habrá tal vez extrañado el título del portanálisis de hoy. Tiene una explicación, como todo lo que sucede en La Galerna con la posible excepción de los artículos de Fred Gwynne. Lo vais a entender en cuanto os fijéis como Dios manda en la portada de As, que sobre el título “El incendio continúa” nos detalla que la oposición a Bartomeu en el Barça ha alcanzado la cifra de 20.687 firmas, suficientes para plantear al mandatario culé un voto de censura.

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Sí, amigos. Bartomeu está en el abismo. Conociendo como conocemos la (justificada) irá que el soci culé medio siente hacia su presidente, la noticia nos extraña lo justo. Lo que sí nos extraña, y hasta nos conmociona un poco, es la relación de opositores que en la foto celebran el logro de tan elevado número de cifras contra la gestión de Barto. El uso de mascarillas que trae consigo el Covid nos impide muchas veces reconocer a los portadores de las mismas, y no pocas veces puede movernos a error, pero fijaos bien. ¿No es el antiBarto de la derecha del todo el mismísimo vicepresidente del Gobierno de España, Pablo Iglesias?


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Insistimos: nos podemos equivocar. La mascarilla es lo que tiene. Pero ha sido Alberto Cosín quien, en el fragor del consejo de redacción nocturno de La Galerna (La Galerna vela mientras vosotros dormís, como Becker -no Beckham- en el poema aquel) ha puesto a todo el mundo sobre aviso. -Un momento, chicos. Esa coleta... Ese puño en alto al más puro estilo comunista... Solo falta el correspondiente Camacho en la parte de la axila, pero casi me llegan las notas de la Internacional que indudablemente hace vibrar la mascarilla desde dentro. Solo puede ser él.

Estamos de acuerdo con Alberto. Solo puede ser él. El parecido es demasiado marcado.

Ahora bien. ¿Qué diantres hace el vicepresidente del Gobierno, por conocida que sea su tendencia a oponerse (incluso a los gobiernos de los que forma parte), oponiéndose a Bartomeu? Solo se nos ocurre una posible respuesta. Veamos.

En la antesala de la Final de Milán, que desembocaría en la Undécima Champions para el Real Madrid, Pablo Iglesias manifestó su preferencia por una victoria del Atleti que simbolizara la caída de los ricos a manos de los humildes. Su partido ha atacado en más de una ocasión, frontalmente, al presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. Ambos detalles abonan la posibilidad de un destacado antimadridismo en Iglesias, antimadridismo que solo vendría a refrendar que realmente es el de la foto, por mucha mascarilla con la que pretenda ir de incógnito. Solo desde el más profundo antimadridismo se puede desear la caída de Josep María Bartomeu como máximo mandatario culé.

Todo cuadra, pues.

Aún no repuestos del todo de la presencia de Pablo Iglesias entre los partidarios del voto de censura en Can Barça, nos fijamos en otros detalles de la portada, y nos reímos (porque hay que reírse, o acaso extasiarse ante las cimas de poesía que está alcanzando la gestión de Barto) ante algo de lo que ya os veníamos advirtiendo: “Setién reclama cuatro millones y anuncia que llevará al Barça a los tribunales”. Dicho así no se explica lo divertido que realmente es. Si queréis valorar en su justa medida la genialidad del asunto, simplemente leed el comunicado de Setién y los miembros de su equipo, hecho público ayer. Es mucho más cachondo que todos los portanálisis de la historia de La Galerna puestos en fila.

Leed, regocijaos y volved a leer.

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¿Es o no es algo maravilloso? Koeman no se puede sentar en el banquillo porque el Barça aún no ha despedido legalmente a su exentrenador, aunque legalmente, un mes después, hay que seguir llamándolo entrenador todavía. Y la razón para no despedirle es que no tiene dinero para hacerlo. Mejor dicho, según notifica Setién en el comunicado, acaban de comunicarle (por fin y por burofax, ¡por burofax!) su despido, pero le ponen en un limbo (el limbo de la falta de recursos suficientes hasta para echar a tu gente) de cara a una “futura reubicación”. Pasmoso y genial, digno de la comedia del estupor que cultiva gente como Leo Bassi.

Son tiempos de reubicación, amigos. Tiempos difíciles en los que, a veces, solo nos resta reinventarnos. Debemos acostumbrarnos a cosas así.

Si el mismísimo vicepresidente del Gobierno ha sido reubicado como opositor culé, no debe extrañarnos que Quique Setién ejerza a partir de ahora de utillero, jefe de seguridad o proveedor de leche y derivados lácteos para el desayuno de las futuras estrellas de La Masía, posible nueva ocupación que el destino le ha puesto en bandeja a través de su privilegiada relación con el mundo bovino. Las “futuras reubicaciones” hay que llevarlas a cabo teniendo en cuenta el currículum del interesado. La nueva remuneración, una vez llevada a cabo la reubicación, tampoco importa demasiado. Al fin y al cabo, no hay en las arcas dinero para pagar la nueva función de Setién, lo mismo si le convierten en mileurista que si pasa a ser el sueldo más alto del organigrama. Una cosa sí sabemos: sea cual sea el nuevo puesto de Setién, que es carne de ERTE ni se cotiza en las casas de apuestas.

Comprenderéis que tanta y tan impactante novedad nos haya dejado exangües a la hora de comentar el resto de portadas, pero os las dejamos por si queréis verlas.

Pasad un buen día, ay, qué risa y qué sofoco.

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