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·14 de febrero de 2025

Ourense, un fútbol atrapado en el pasado

Imagen del artículo:Ourense, un fútbol atrapado en el pasado

La Copa del Rey siempre nos regala sorpresas y anécdotas que perduran en el recuerdo. Jugadores desconocidos que aparecen de la nada para dignificar una competición única, estadios míticos del fútbol español que vuelven a rugir después de años deambulando por el desierto o clubes no profesionales maniatando en su campo a conjuntos repletos de estrellas. Una de las revelaciones de esta edición ha sido el Ourense Club de Fútbol, que se deshizo de Guijuelo, Deportivo de La Coruña y Valladolid, antes de caer en octavos de final contra el Valencia. Sin embargo, el brillante papel de los gallegos quedó descolorido por el estado de las gradas en el encuentro ante los pucelanos. De los 5.500 asientos disponibles en O Couto, solo se ocuparon 2.500. Una imagen deslucida que llamó la atención de aquellos seguidores que desconocen la historia futbolera de Ourense, una ciudad que sigue presa de su pasado.

Para entender el desapego de la localidad con el cuadro ‘azulón’ hay que remontarse a 2014, cuando el mítico Club Deportivo Ourense desapareció. El conjunto orensano, fundado en 1952, disputó 13 temporadas en Segunda División, rozando en varias ocasiones el ascenso a la máxima categoría, sobre todo entre 1959 y 1964, cuando no bajó de las primeras diez plazas de la tabla. Su última campaña en el fútbol profesional fue la 98-99, y un año más tarde, ya como participante de la extinta Segunda B, se quedó a las puertas de dar la campanada en Copa contra el Barça. En O Couto ganaron los catalanes por 1-2, pero en la vuelta, en el Camp Nou, el partido terminó en empate a cero.


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Fue el último episodio esperanzador de un club que dejó de latir al término de la 13-14. Pese a que lograron la salvación en la categoría de bronce del fútbol español, el CD Ourense descendió por impagos y, unos meses más tarde, se confirmó su desaparición. Los socios, en un intento a la desesperada, crearon la plataforma ‘SOS CD Ourense’ para recaudar fondos, pero fue insuficiente. Sin tiempo que perder, estos hinchas se reunieron en asambleas dentro del estadio con la intención de construir un nuevo club que compitiera la siguiente temporada en la Tercera Regional, y fundaron la Unión Deportiva Ourense. “La afición es nuestro principal activo, esa rebeldía de todas las personas que no entendíamos que nos quitaran algo tan nuestro como el Ourense”, señaló entonces Fernando Currás, presidente de la Unión Deportiva.

Cuando desapareció el CD Ourense, el Ponte pasó a llamarse Ourense CF y se trasladó a O Couto, donde jugaba el mítico club. Se entendió como una traición

Sin embargo, este club, que conmemora la historia del CD Ourense, chocó desde el principio con el Ponte Ourense, conjunto que ya llevaba décadas afincado en la ciudad, aunque siempre a la sombra. Fundado en 1977 en el barrio de A Ponte, el equipo ‘rojillo’ cambió de denominación en 2014, justo después de la muerte del CD Ourense, para llamarse Ourense CF. Además, se mudó de su estadio, el Campo Municipal de Oira, para hospedarse en O Couto. “El equipo de la provincia era el CD Ourense, pero, con su desaparición, el Ponte Ourense cambió de nombre y se trasladó a O Couto, donde jugaba el histórico club. Para los aficionados del CD fue como una afrenta, como si quisieran apropiarse de su historia e identidad”, explicó el periodista Luis Martín a Relevo. No obstante, el presidente del conjunto ‘azulón’, Camilo Díaz, que a su vez es socio de la Unión Deportiva, siempre ha asegurado que este cambio de denominación fue para potenciar el crecimiento del club. “El Ourense CF jamás se ha querido apropiar de la historia e identidad del referente futbolístico de nuestra provincia”, aseveró. Diez años después, el dirigente ha conseguido, a medias, su objetivo.

Por un lado, la entidad ha crecido profesionalmente, ya que actualmente compite en Primera RFEF, la categoría más alta en la que ha jugado nunca. Por otro lado, la ciudad apoya mayormente a la UD Ourense, a pesar de que se encuentra en Tercera RFEF, porque la consideran el relevo natural del CD Ourense. “La gente y la afición siempre han sido bastante frías con el equipo”, apuntó Javier Caldas, delegado del Ourense CF, en una entrevista a Flashscore. El poco afecto de los hinchas con el equipo ‘azulón’ también se justifica en la poca responsabilidad que tienen los socios en la toma de decisiones, pues el Ourense CF es una sociedad anónima deportiva, a diferencia de la UD Ourense, que es de accionariado popular en la modalidad de ‘un socio, un voto’.

El alcalde de la ciudad quiso unificar las dos entidades, pero los socios de la UD Ourense no aceptaron formar parte de una Sociedad Anónima Deportiva

En los últimos años, el alcalde de la ciudad, Gonzalo Pérez, ha ejercido de mediador entre ambas instituciones para crear un club conjunto que represente a toda la localidad bajo el nombre del desaparecido CD Ourense. El presidente del Ourense CF aceptó la propuesta, pero los aficionados de la UD Ourense rechazaron la unificación en 2020. “Intentamos fusionarnos, pero varias personas del antiguo CD Ourense no estaban de acuerdo con el modelo de la Sociedad Anónima Deportiva”, detalló Camilo Díaz. “Con el sistema de ‘un socio, un voto’, en un estadio de 5.000 localidades, ¡imagínate lo que habría tenido que pagar un socio para que el club existiera! Era inviable. Por eso decidimos tomar caminos distintos, con dos modelos y dos filosofías diferentes”, prosiguió.

Tras una década de disputas y un intento de unión de por medio, la rivalidad entre clubes continúa vigente, a pesar de que compiten en distintas categorías. Aunque los ciudadanos se decantan por la UD Ourense, pues según ellos representa los valores y la historia del desaparecido CD Ourense, la hazaña del otro club orensano en la Copa del Rey ha puesto de nuevo en el mapa a una localidad que, hace no demasiado, veía como su equipo paseaba el nombre de la ciudad por los campos de Segunda División. Ahora, en cambio, los dos clubes del municipio, opuestos entre sí, luchan por construir un futuro que se asemeje al pasado.

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