Revista MadridistaReal
·26 de agosto de 2025
Opinión | Vinicius y las lecturas equivocadas de su suplencia en Oviedo

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·26 de agosto de 2025
El brasileño, envuelto en polémica por su no entrada al once en el Tartiere, recuperó protagonismo en lo deportivo y aprovechó para enviar un mensaje
Desde aquella fatídica gala del Balón de Oro, nada volvió a ser igual. Es comprensible y, al mismo tiempo, doloroso. En Vinicius se quebró algo; una fractura invisible que derivó en un desplome descomunal de su nivel futbolístico.
En los últimos meses, el ‘número siete’ del Real Madrid apenas ha logrado ser diferencial. Resultaba difícil de imaginar un año atrás, pero lo cierto es que sus continuas apariciones sobre el campo no terminaban de traducirse en grandes frutos. Las críticas empezaron a pesar más de la cuenta; las provocaciones, a frustrarlo; y la confianza, poco a poco, se fue resquebrajando.
Fue en la noche del domingo, con su primera suplencia como ‘toque de atención’, lo que le hizo volver a ser el temido y reconocido Vinicius Júnior. Se vistió de corto para jugar la última media hora de partido, en la que dio el pase del 2-0 y puso la guinda al gran encuentro de su Real Madrid con el 3-0 en la última jugada.
Mientras era ‘víctima’ de todo tipo de falsos rumores, reivindicación y mensaje claro al banquillo.
Cuando una estrella del calibre de Vinicius se queda en el banquillo sin previo aviso, las especulaciones se disparan en todas direcciones. En la tarde de ayer, las teorías comenzaron a multiplicarse tanto en las tertulias deportivas como en las redes sociales, ganando fuerza a medida que pasaban las horas.
La teoría más repetida —y, a la vez, la más alejada de la realidad— sostenía que el extremo carioca había perdido su puesto en el once por una supuesta ‘traición’ en torno a su renovación. Según varias fuentes, antes del Mundial de Clubes Vinicius había dado su palabra al presidente y a la directiva para firmar una ampliación de contrato tras el torneo internacional disputado en Estados Unidos el pasado mes de junio. De acuerdo con esas mismas versiones, su sorprendente negativa a cumplir lo pactado habría provocado que iniciara el encuentro desde el banquillo.
Otra vertiente hablaba sobre la mala relación entre Xabi Alonso y el propio jugador. «No se entienden», «no van en la misma sintonía», «el tolosarra no acepta los comportamientos del futbolista», se señalaba. De nuevo, teorías sin fundamento.
La verdadera decisión del entrenador blanco responde a un planteamiento mucho más lógico y normal: Vinicius no estaba rindiendo a su mejor nivel, mientras que Rodrygo —quien habría pedido expresamente jugar por la izquierda— apenas encontraba oportunidades en la derecha debido a la feroz competencia. Por ello, Xabi optó inteligentemente por ‘activar’ la competencia en el costado izquierdo, buscando tanto recuperar la mejor versión de Vinicius como ofrecer a Rodrygo un escenario propicio para relanzarse. Parece que ha salido a la perfección.
Vinicius es muy de ‘enviar mensajes’. Nadie puede negar que el chico sea expresivo. Es -cuando la canaliza correctamente- esa tensión, esa ‘rabia’ interna la que le saca ese ‘plus’ que lo hace ser un distinto. El domingo se acumularon varias de ellas.
Primero de todo, claramente, su reemplazo entre ‘los elegidos’. Segundo, las continuas provocaciones y faltas de respeto de un campo que nunca antes había tenido un mínimo encuentro con el brasileño. Ese ‘mix’ de sucesos fue la clave para que, una bomba al borde del estallo, explotara con toda su fuerza.
Asistencia, gol, beso al escudo y mensaje en redes sociales: «yo soy así». Está de vuelta.