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Informa Betis

·15 de enero de 2024

Opinión| Crisis en Lilliput

Imagen del artículo:Opinión| Crisis en Lilliput

Lo confieso, a menudo tengo que “morderme los dedos” para no teclear una barbaridad que hiciera que mi compañero y jefe en InformaBetis me leyera la cartilla y llamara al orden y al decoro. Pero es que ni los años que llevo monitoreando a nuestra prensa deportiva sevillana, ni la escasa capacidad de sorpresa que me queda con ellos, me sirven para templar los ánimos cuando observo mantras repetidos de forma machacona y argumentos manipulados torticeramente para conseguir dividir a la fiel hinchada bética y, por ende, perjudicar al Real Betis Balompié.

Desde estas líneas se ha comentado algo que me parece irrebatible: el juego del Betis no es brillante. Dejó de serlo en la segunda vuelta de la temporada pasada y este año no ha conseguido volver a serlo. Es muy probable que jamás vuelva a ser como el de la temporada 21/22, más que nada porque esa temporada se realizó el mejor fútbol que han visto estos ojos que se acercan a la cincuentena. Pero es que comparar cualquier año con el mejor, ya supone un principio de injusticia, y a la misma vez, un punto a favor del año que se compara.


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Nuestra prensa, no obstante, no se cansa de vendernos crisis: El Betis tiene una crisis de juego, una crisis económica, una crisis institucional, una crisis goleadora, una crisis en defensa, una crisis de confianza en el míster, y lo que no nos dicen es que también tenemos una tremenda crisis mediática, provocada por unos medios sesgados, paniaguados y arrastrapechos. ¡Eh! Que nadie se enfade por estos términos, que son los mismos que usan los periodistas que nos malinforman en Sevilla.

Todo esto pasa en Lilliput, ya saben, ese lugar en el que cierto juntaletras irresponsable e irrespetuoso situó al Real Betis para denunciar de forma sesgada, tuerta y usando la mofa, que el Betis ganaba a los equipos de final de tabla, pero no a los del principio, olvidando, por lo que sea, que donde realmente pasa eso es en ese otro equipo de la ciudad, que lleva años y años, decenas de partidos, sin dar la cara ante los grandes.

En Llliput estamos en crisis porque hemos perdido dos partidos seguidos. Uno en Copa del Rey que nos manda para casa hasta el año que viene, y otro en liga, en Balaídos, ante un equipo que juega para eludir el descenso. Que nadie entienda estas letras como una justificación de nada. Las derrotas son dolorosas siempre, y hay que hacer autocrítica (es decir, deben hacerla los profesionales del club) para ponerles remedio. Vamos, lo que se viene haciendo desde siempre. Pero una cosa es que las derrotas sean dolorosas, decepcionantes y desmoralizantes, y otra cosa es que el equipo esté en crisis.

“Equipo caído”, llegó a escuchar este humilde opinador que les habla. Lo de siempre. En el Betis no hay derrotas, hay debacles, y no hay victorias, hay milagros. La mesura en nuestros medios pasa por la puerta, mira para adentro, y sigue su camino. Hoy leo un titular que dice “¿Dudas con Pellegrini?”… Hace poco, en la radio dijeron impunemente que es el Betis quién ha puesto “la maquinaria” a trabajar para criticar al entrenador. Hay que ser malnacido para decir semejante barbaridad y quedarse tan pancho… Y en otro programa, tras la eliminación de Copa, se lanzaron a decir que la cara del entrenador en esa rueda de prensa demostraba que, oh cielos, otra vez, se estaba cansando del club. Y eso porque salió triste de un partido en el que su equipo queda eliminado. ¿Se imaginan qué hubieran dicho si hubiera salido con otro talante? De pasota a poco ambicioso o conformista. Es lo que ocurre cuando el único criterio es el de criticar lo que sea, ya sea por una cosa o por su contraria.

Siguiendo con las desmesura: Planes no se va porque le ofrecen una “morterá”, no. Se va porque Haro y Catalán no le dejan trabajar. Guardado no se equivocó discutiendo con Pellegrini, a Guardado no hay que permitirle que vuelva a vestir la verdiblanca. La situación económica y financiera no la ha provocado el Covid y el parón subsiguiente del mercado, la provoca la mala gestión de los dirigentes. El Betis no juega peor porque tiene muchas bajas y nuevos jugadores que deben entrar en dinámica y automatismos, el Betis juega peor porque la planificación es malísima, los jugadores son malos y el club lleva años empeorando la plantilla. Luego resulta que uno hace una búsqueda de cinco minutos y descubre que cada año dicen lo mismo, y cada año el equipo alcanza objetivos o incluso los supera ganando un título. Por eso los golpes de pecho de algún periodista que tiende a desaparecer tras las victorias mientras que lanza tuits desde lo alto de su alminar tras las derrotas, como si de aceite hirviendo se tratara, resultan tan jocosos. Es como ver a un reloj parado sacando pecho porque dos veces al día da la hora correcta.

Curiosamente, en el otro barrio no hablan de crisis. En ningún sentido. La palabra crisis es muy jodida, permítanme la expresión. Implica que algo va rematadamente mal, y que hay pocos visos de que mejore. No es casualidad que no se haya escuchado o leído nunca en referencia al Sevilla. Allí llevan años sin que las cuentas se aprueben en Junta de Accionistas, tienen al club judicializado, Del Nido senior apenas puede ocultar su alegría con cada derrota de su equipo, se hace una pantomima (¿otra vez? sí, otra vez) para escenificar un cambio en la presidencia y que nada cambie, la directiva interfiere en las intenciones de fichajes del director deportivo (¿Hola? a Sergio Ramos lo ficha Junior tras una impresentable presión mediática pagada a base de croquetas), el club acaba de fichar a su tercer entrenador del curso y deportivamente no levanta cabeza, estando a un punto del descenso. Pero la palabra crisis se usa con el Betis. En el Sevilla no hay crisis, se hacen cosas mal y se trabaja para solucionarlas. Pero la crisis solo está instalada en el club de la ciudad que pelea por plaza europea. La lucha por evitar el descenso, por segundo año consecutivo, por si fuera poco, y teniendo ni más menos que el cuarto presupuesto de la liga, es algo circunstancial, temporal, transitorio. Lo importante es que pueden aun ganar la Copa del Rey, una competición mucho más interesante que la Conference League europea, esa competición que al fin y al cabo solo han ganado equipillos como la Roma y el West Ham, que no los conoce ni Dios. No como al Dnipro, por ejemplo.

Por supuesto que el Betis tiene problemas, es absurdo negarlo. Deportivamente se juega peor, institucionalmente la salida del director deportivo es un palo (que alguien sujete a Jordán, no vaya a marearse), y económicamente andamos a trancas y barrancas. Pero una lectura mesurada y analítica de la situación, algo que brilla por su ausencia en la prensa sevillana, arroja datos interesantes y motivos para el optimismo:

Por ejemplo, el Betis iguala en la jornada 20 su segunda mejor puntuación de la última década, y suma menos derrotas que nunca a estas alturas. Nunca. En la historia. Repito, nunca. Estos datos los dio ayer Pepe Elías, que también aportó otro muy curioso: Si miramos los últimos seis partidos el Betis estaría el doce, pero solo a tres puntos del quinto. Mirando los últimos ocho, estaríamos novenos, a tres puntos del quinto. Pero es que si mirásemos los últimos diez partidos, estaríamos sextos, a tres puntos del cuarto. Es decir, cuanto más grande se empeñan en hacer la crisis en la prensa, menos razón tienen. Utilizan la suma de partidos sin ganar para atizar, pero resulta que, con datos en la mano, la situación no solo no es mala, sino buena. Ojalá todas las crisis que protagonice nuestro equipo, de aquí a mi muerte, se produzcan con el equipo séptimo, a un punto del sexto y con solo tres derrotas en 20 partidos en liga. Además, los problemas internos que se intentan magnificar para provocar disensión en grada e incluso plantilla, los resuelve Pellegrini dándole galones a su capitán, y este le responde haciendo un gran partido.

Institucionalmente, la salida de Planes es mala, más por el momento que por el hecho. En la prensa hay una absurda creencia en que si hay muchos movimientos, es que se ha trabajado mejor, algo en lo que tiendo a dudar. Será mejor o peor según se den los resultados, y creo que este año son algo peores que los anteriores. Lo que sí es verdad es que, si en ventas el señor Planes ha estado muy bien, en compras aún queda liga para ver el rendimiento de sus apuestas. Aunque parece claro que lo de Isco, Roca y Chadi son operaciones exitosas.

Y económicamente, tanto la directiva como el accionariado ha apostado por una ampliación de capital que, sumada a la revitalización del mercado y las ventas de este último año, deberían conseguir el saneamiento del club. Conste que este que escribe se posicionó en contra de la ampliación, pero eso no quita que sepa ver las bonanzas que debe traer.

En definitiva, que uno se cansa de leer y escuchar (y lo que es peor, de ver que muchos béticos aun le compran esos argumentos a periodistas mediocres) que, en lo que al Betis se refiere, de lo bueno se señala siempre lo peor, y que de lo malo se hagan caballos de batalla desmesurados y armas arrojadizas buscando que el capital humano del club, sus balas de cañón, se vuelva contra los dirigentes, y provocar así una zozobra que hunda el barco.

Cuidado con los medios de prensa de Sevilla. No nos quieren informar, nos quieren separar.

PD: El titular que he estado a punto de poner pero me he contenido es: “¿Crisis?… mis coj…”

Foto vía: Real Betis Balompié @RealBetis

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