[OPINIÓN] Carta abierta a los «mudistas» | OneFootball

Si ya era chico, la llegada de Papu Gómez a Sevilla minimiza el margen de entrada al Franco Vázquez. El «Mudo» cumplirá 32 años este mes de febrero. Le quedan un par de años en Europa si así lo quisiera.

Es verdaderamente triste como Franco Damián «Mudo» Vázquez Bianconi (1989, Argentina) va a terminar sus días por Nervión, relegado a jugar muy pocos minutos estas dos últimas campañas.

Desde su llegada en 2016, su rendimiento en el césped siempre ha sido motivo de debate entre la afición. Desde algunos sectores se le considera, aparentemente, un futbolista apático. Nada más lejos de la realidad, cuando él ha estado en el campo han sucedido cosas.

Como bien dijo Monchi en su día: «Ha tenido 6 entrenadores (Sampaoli, Berizzo, Montella, Machín, Caparrós y Lopetegui) y con los seis ha jugado. Ese es el mejor ejemplo para saber si un jugador es importante».

Su forma de jugar, tan criticado por unos y aplaudido por otros

Él es un sudamericano puro en su juego, «que corran otros», como decía aquél filósofo del pensar. Necesita un partido tranquilo, no un correcalles; la hierba alta, que el balón se aplaste y no bote; gente lenta con la cabeza no mirándose los pies; el balón nunca al pie, siempre al hueco. Su colocación en el área es casi perfecta, por eso ha dado bastantes goles de cabeza. El que mejor otea el horizonte. Una verdadera gozada, para mí, ver al «Mudo» no hablar y sí jugar.

La gente no ve al «Mudo» como un revulsivo porque consideran que el que entra, debe ser alguien rápido y caótico que se aproveche de la decadencia táctica del rival con el paso de los minutos; ese no es el único significado de «revulsivo» en el fútbol, también lo es un tipo como él, capaz de temporizar el juego, de darte ese ‘plus’ para amarrar un partido en el que sufres y de aportarte el derroche físico que tanto ha demostrado.

Porque así como en la música no permito que nadie me imponga qué debo escuchar y qué no; en el fútbol no voy a permitir que nadie me diga qué es lo que debo disfrutar viendo y qué no. Y contigo disfruto, «Mudo»