Nico Paz, íntimo: por qué decidió jugar para Argentina, el último consejo de Messi y su sueño con la Selección | OneFootball

Poco a poco, Nico Paz empieza a despegarse de la tonada española. No solo porque transita sus días en Italia, donde defiende la camiseta del Como de Cesc Fábregas, sino porque quiere parecerse a un argentino cualquiera. Ya arrastra algunas palabras y no dice “míster”, sino “entrenador”. Es que, más allá de haber nacido en Santa Cruz de Tenerife hace 20 años, él tiene sangre albiceleste.

Por su padre Pablo, exdefensor de Newell’s, Banfield e Independiente que forjó casi toda su carrera en tierras ibéricas, fue medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 y disputó el Mundial 1998 con la Selección Argentina. Esa misma camiseta utilizó días atrás para hacer su debut con la Mayor. Saltó desde el banco en el segundo tiempo ante Bolivia por las Eliminatorias y disputó un puñado de minutos en un Monumental repleto que quedó boquiabierto por su fútbol de pausa y precisión.

Se dio el gusto de desparramar rivales a pura gambeta y tirar paredes con Lionel Messi, a quien asistió en el 6-0 definitivo. Una noche que recordará toda su vida. El ídolo de su infancia, tal como confesó en un ping pong con La Gazzetta dello Sport, se acercó luego del encuentro y le brindó unas palabras claves: “Es el momento más lindo de mi vida. Ha sido un sueño. Nada más acabar le di la camiseta a mi viejo, estaba más ilusionado que yo. Es una sensación increíble, me sentí muy cómodo, con toda esta gente, animando como animaba. Scaloni me felicitó luego del partido. Y Leo (Messi) me ayudó con los consejos, a colocarme en el campo. Le estoy agradecido”.

Días después de su estreno soñado, volvió a aflorar la misma pregunta que suelen a hacerle a Alejandro Garnacho: ¿por qué decidió representar a Argentina si nació en España? La respuesta, como un pase entre líneas, no tardó en llegar: “Por la pasión por el fútbol”.

Jugar con las tres estrellas bordadas por encima del escudo es un orgullo para el talentoso volante, que se ilusiona con dejar su propia huella en la Scaloneta en los próximos años: “¿Un sueño? Ganar un Mundial”.