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·27 de junio de 2025
Ni Tchouaméni ni Camavinga, el fichaje de los 24 millones toma el mando: 'Es el mejor'

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En medio del bullicio del Mundial de Clubes en Estados Unidos, ha surgido un nombre que, hasta hace poco, parecía olvidado: Arda Güler. El joven turco, fichado por 24 millones de euros, ha pasado de ser una promesa silenciada a un futbolista determinante. En cuestión de días, ha transformado su rol en el Real Madrid.
Tuvo minutos frente a Al-Hilal y fue titular ante Pachuca, donde además marcó. Güler no solo jugó: mandó. Y lo hizo en un contexto nuevo, bajo una dirección nueva y con una confianza renovada.
La llegada de Xabi Alonso al banquillo del Madrid ha sido determinante. El técnico vasco ha visto en Güler algo que otros no supieron leer. Bastaron un par de charlas para que el turco entendiera qué se esperaba de él.
El gran momento de Arda Güler | Getty Images
"Si juego de ‘6’ o de ‘8’, tengo que ir profundo y controlar el juego, si juego de ‘10’, debo crear entre líneas", explicó Güler. Claridad táctica y confianza emocional. Xabi no solo le dio instrucciones, le dio importancia.
"Me habla mucho, me pide pases cortos, controlar el ritmo. Me ve como centrocampista y eso me favorece", añadió el jugador.
Güler ha sido reubicado como pivote ofensivo en fase de construcción. Desde ahí ordena, conecta, y también amenaza. Tiene la pausa de Modric y la visión de un jugador que entiende el juego como pocos.
En los dos partidos disputados, es el centrocampista con mejor porcentaje de acierto en el pase. Además, es el jugador ofensivo que más juega hacia adelante. No es un pasador plano: busca romper líneas y acercarse al gol.
Xabi lo ha soltado por el centro, donde más daño hace. Y Güler, sin ruido, está empezando a marcar territorio.
No lleva tatuajes llamativos, no hace gestos estrafalarios. No lidera desde el grito. Güler lo hace desde el pase, desde el control, desde la lectura, su perfil es bajo, pero su techo, alto.
La llegada del joven Mastantuono no le preocupa. El argentino aún debe recorrer un camino que Güler ya ha empezado a dominar. El turco juega por dentro, en un rol más cerebral y menos explosivo.
Aún es pronto para coronarlo, pero su impacto ya se siente. El próximo partido ante Salzburgo será una nueva prueba, pero si algo ha demostrado es que con minutos y confianza, responde.
Ni Tchouaméni ni Camavinga están llevando la batuta en este torneo. Hoy, el que toma el mando es el chico de 24 millones y lo hace con fútbol, no con ruido. Xabi ya lo ha dejado claro: "Es el mejor".
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