Marcos Llorente y aquellos maravillosos pactos | OneFootball

Se viene rumoreando en las últimas horas sobre la posibilidad de que Marcos Llorente fiche por el Atlético de Madrid este mismo verano. Lo primero que se me vino a la cabeza al leer esto fue el pacto de no agresión que parecían tener 'firmado' Real Madrid y Atleti. Siempre pensé que ese pacto sólo beneficiaba a los colchoneros, ya que se aseguraban que su vecino, cuyo potencial económico y deportivo era -y es- mayor, no se lanzaría a por las estrellas de la plantilla.

De la noche a la mañana, ese pacto ya ni siquiera se intuye, puesto que es el Atlético de Madrid el que puede llevarse a un futbolista merengue. Me sorprende el silencio del club -suena a cómplice, y eso no me gusta- y la naturalidad con la que se toman el asunto muchos madridistas. Que Zidane no cuente con Llorente me resulta un error importante -fue de los mejores la temporada pasada cuando tuvo la oportunidad de jugar-, pero que el propio Real Madrid acepte la posibilidad de que el chico refuerce a un rival directo añade gravedad a la situación.

Espero y deseo que todas las informaciones vertidas desde este viernes se queden en rumores hacia ninguna parte. Y lo espero porque todavía recuerdo cuando Florentino Pérez no quiso meterse en líos por Agüero o cuando ciertos jugadores del Atlético de Madrid no podían ser tocados por el Real Madrid para así no dañar las relaciones (¡!) entre clubes. La única opción que suavizaría el golpe de ver a Llorente de rojiblanco sería que nuestra respuesta, tal y como deslizó Emil Sorel en Twitter, fuera traernos a Rodrigo, que no parece encajar en la idea de Simeone.

En resumen, este no es un artículo como el que hace varias semanas escribí sobre el propio Marcos Llorente. En aquel decía que había que retener sí o también al futbolista. Sigo pensando lo mismo. Sin embargo, y visto que la corriente ya es demasiado fuerte, si finalmente Llorente acaba saliendo del Santiago Bernabéu, espero que su destino no sea el Wanda Metropolitano. Para error histórico ya tenemos el de Mbappé, herida que sangra casi cada semana. No es necesario que añadamos más capítulos al libro, y menos con futbolistas que ya visten la blanca.

Zidane, recapacita y quédate a Llorente. Florentino, intenta que Zidane recapacite. Que el desenlace no sea rojiblanco, por favor.