Luis Suárez y la llave del 4-3-3 en el Atlético | OneFootball

Con el fichaje de Luis Suárez, el Atlético tiene las herramientas necesarias para dar un paso adelante en su juego con el 4-3-3.

Los grandes fichajes de los últimos dos veranos del Atlético de Madrid denotan que quieren dar un paso adelante, no solo a nivel deportivo e institucional, sino también en el propio juego del equipo. El club quiere ir hacia adelante, y por ende el juego del equipo quiere ir hacia adelante. El sistema base del Atlético de Simeone siempre ha sido el 4-4-2, aunque yo creo que últimamente más bien un 4-2-3-1. En las últimas temporadas Simeone ha intentado introducir el 4-3-3 en el repertorio de sistemas del equipo, pero por A o por Z nunca le ha llegado de convencer del todo. El Cholo tenia las herramientas para recorrer exitosamente el camino con el 4-3-3, pero cuando llegaba a la puerta del éxito o del volver a intentar, le faltaba las llaves. Pues bien, quizás Luis Suárez tenga esas llaves para dar ese paso hacia adelante.

Históricamente, el 4-4-2 se asocia con equipos defensivos. Mientras que el 4-3-3 se relaciona a equipos ofensivos. Pero la cuestión no es ser defensivos u ofensivos porque sí, sino porque hay que adaptarse en función de las herramientas que tengas a disposición. Los equipos que juegan con el 4-3-3 tienen los jugadores necesarios para jugar así, pero muchos de ellos se la acaban pegando por su fragilidad defensiva. El 4-3-3 es ofensivo, pero solo efectivo si eres completo en todos los aspectos. El Atlético es el equipo que mejor sabe defender de España y Europa. El Atlético tiene jugadores para explotar el 4-3-3. Entonces, si los jugadores tienen mentalizado el trabajo defensivo y a su vez son ofensivos, ¿Por qué no utilizar el 4-3-3? Y más teniendo en cuenta la falencia goleadora de la última temporada y unos rivales cada vez más encerrados.

El Atlético de Madrid es el colectivo, pero ese gran colectivo parte del potenciamiento de las individualidades. Y aquí me quiero detener en Luis Suárez y Joao Félix. Hay que buscar el contexto ideal para potenciar las virtudes de estos referentes deportivos en pro del equipo. A Suárez ya lo conocemos, y el mejor Suárez ha sido el del 4-3-3 del Barcelona de Luis Enrique. Único punta, referencia, inteligente, con movilidad, que él solo fija a los centrales y que mediante paredes, descargas y movimientos sin balón conecta y hace conectar a los extremos en el área. El Suárez del Atlético puede ser el Suárez del Barcelona, pero más completo, pues Simeone le inculcará desde el primer día el trabajo defensivo. Y con el 4-3-3 no correría tanto metros hacia atrás, algo que ya le estaba costando, sino hacia adelante y con sentido para no desgastarse.

Y si Suárez puede ser el del Barcelona, Joao Félix puede ser el Messi del Atlético, pero más completo en el sentido de ser ofensivo pero al mismo tiempo con mentalidad defensiva. Joao no va a dejar de defender porque sabe que si no lo hace, a Simeone no le cuesta nada mandarlo al banquillo. El portugués flotaría por 3/4 partes del campo, pero partiendo de banda e incidiendo tanto en pasillo exterior como sobre todo pasillo interior. El luso tiene 1vs1, maneja ambas piernas, supera al rival tanto parado como al espacio, y arma disparo con facilidad. Y puede partir desde cualquier banda, evidentemente con preferencia por banda izquierda porque le facilita el disparo rápido, pero también a pierna natural pues Suárez es un magnifico 9 a la hora de apoyar a los extremos con paredes que dejan al compañero en posición de definición. Un extremo mentiroso, como Messi.

Al 4-3-3 del Atlético le faltaría una pata en el tridente ofensivo, ese extremo puro, y en la plantilla actual hay donde elegir. En el 4-3-3 son necesarios extremos con uno contra uno, desborde y que a poder ser maneje ambas piernas. Y ahí se me vienen a la cabeza Vitolo y sobre todo el actual Carrasco. Ese extremo en el Barca del mejor Suárez era Neymar, pero el Neymar futbolísticamente más maduro, exactamente como esta ahora Carrasco. Este sistema es ideal para sacar mucho rendimiento al talento de Carrasco. Y Lemar, si finalmente se queda, hay que recuperarlo para la causa. El mayor déficit del francés son sus perdidas en zonas peligrosas, y muchas de ellas en salida de balón. En un 4-3-3, pegado a la banda y más alejado de área propia, disminuye el daño tras perdida y facilita que se sienta más liberado.

En la zona medular, los volantes tienen que tener ida y vuelta, y ahí el Cholo también tiene donde elegir. Koke, Saúl, Thomas, Marcos Llorente. Jugadores box to box, con piernas para subir y bajar, y que tienen disparo lejano y llegada por segundo línea para aportar esos goles necesarios que con el 4-4-2 de las últimas temporadas no han llegado en gran medida. Incluso en ciertos partidos atascados, que van a ser muchos, Joao Félix puede ser el Iniesta del Atlético, el conector del juego con los tres de arriba. Y los laterales, claves en el juego colchonero, seguirían siendo muy importantes. El gran juego interior de Joao Félix o Carrasco facilita la incursión ofensiva por fuera de los laterales. Ese intercambio de pasillos entre extremos y laterales propiciara el error defensivo del rival.

Con todo esto yo no pretendo que Simeone abandone el 4-4-2, sino que aumente su variedad de respuestas y que el 4-4-2 no sea su sistema fijo, sino un sistema más. El Atlético ha dado tantos pasos hacia adelante, que salvo ante contados rivales, es quien lleva el control de la mayoría de partidos. Y para desatascar esos partidos a tu favor es más fácil hacerlo con un 4-3-3 que con un 4-4-2. Mientras que en el otro bando, es más fácil de hacerlo con un 4-4-2 que con un 4-3-3. Su crecimiento, su plantilla, el fútbol actual y el planteamiento de la mayoría de rivales en España le empuja a utilizar más el 4-3-3, pero lo mejor para el Atlético siempre será lo que decida Simeone, el mejor entrenador posible para el Atlético. Pero quizás, Luis Suárez tiene la llave del 4-3-3 en el Atlético de Madrid.

Imagen destacada vía: Atlético de Madrid

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