Mundo Levante UD
·18 de octubre de 2024
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Había un capítulo de la mítica serie de publicistas en Nueva York, Mad Men, donde Donald Draper, director creativo, se reunía con una asociación antitabaco para realizar una campaña y todos los allí reunidos reconocían ser fumadores. Años 60. Todos reían al reconocerlo. Todos querían acabar con la masiva presencia del tabaco y las tabacaleras en la vida de los americanos, pero también reconocían que ellos mismos eran adictos consumidores. Había honestidad y autenticidad.
- Szczęsny, portero del FC Barcelona, fumando un cigarro -
Hoy, en 2024, los guardianes de la moralidad buscan acabar con todo. Quieren convertir a las nuevas generaciones en vulnerables y débiles que se asustan por ver fumar a un portero de fútbol profesional. Piensan que, para proteger a los más pequeños, hay que infantilizar a toda una sociedad que es libre y decide lo que hacer con su vida, y que solo debe explicaciones al que le paga y a los seres queridos que él considera.
Todo apunta a que Szczęsny podrá debutar el domingo contra el Sevilla. Se encuentra en perfecto estado de forma y simplemente no ha tenido la suerte de otros futbolistas de haber nacido en aquella época en la que las tabacaleras bañaban con un print la moto de nuestro piloto favorito, las vallas publicitarias del estadio de nuestro equipo, o donde, el considerado por muchos como mejor de la historia - Alfredo Di Stéfano - publicitaba Lucky Strike.
Todo nació a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX. Las tabacaleras invertían millonadas en patrocinar equipos y deportistas. Les salía rentable el utilizarlos para vincular el tabaco con el estilo de vida saludable. Lucky Strike insistía en que, “para evitar comer dulces, los hombres fumasen de su tabaco”. La estrategia funcionaba tanto y tan bien que Camel llegó a untar en billetes al golfista Gene Sarazen para que afirmase la gran chorrada celebre de que “fumaba Camel para mantenerse en forma y relajado”.
- Jim Litke mascando tabaco -
Es mítica la imagen de los jugadores de beisbol mascando tabaco en el terreno de juego. El tabaco llegó a ser visto, gracias a sus patrocinios deportivos, como algo cercano a un suplemento deportivo. Suena a exageración, pero es así. La fuerza de la publicidad. Nunca nadie consiguió demostrar beneficios derivados de su consumo en deportistas: ni aumento de fuerza muscular, ni de la resistencia máxima, ni de cualquier otro parámetro que influencie al rendimiento físico. Pero, lo cierto, es que en el baseball todavía no ha desaparecido el uso de la nicotina a través de ese tabaco de mascar que, justifican ellos, les mantiene la boca húmeda durante los partidos y, además, al escupirlo en los guantes ablanda su cuero y favorece la captura de la pelota.
En España y en el fútbol, era habitual ver a grandes entrenadores comoLuis Aragonés o al exlevantinista Johan Cruyff con un cigarro en el banquillo para celebrar el gol anotado, reflexionar sobre cómo deshacer el empate o suavizar el sabor de la derrota. Por no hablar de las estrellas de los equipos que, en la mismísima ciudad deportiva, bien podría ser Buñol, se fumaban encima nada más salir de la ducha y a ojos de propios, prensa y extraños. Como olvidar a un poco escueto Christian Riganò en su época del Levante UD, que no se ocultaba de los focos como fumador habitual e incluso ofrecía a sus compañeros. Por no hablar de Jérémy Mathieu, otro habitual del pitillo en la boca.
Y, para sorpresa mía propia,la nicotina es utilizada entre muchos futbolistas de élite, todavía en la actualidad, para prevenir la sequedad bocal y concentrarse antes de los partidos. Los snus, están prohibidos en la Unión Europea y se acostumbran a comprar en Suecia y Noruega, como únicas excepciones. Jamie Vardy reconoció utilizarlo y se cree que también lo consumía Karim Benzema durante su etapa en el Real Madrid, a juzgar por el color azul que lucía su lengua a menudo.
La publicidad de tabacaleras tuvo un último esplendor a finales del siglo XX. Se podría decir que su luz brilló con más fuerza justo antes de apagarse. Como Aduriz y su último gol como profesional que fue de chilena, o la última gran temporada como balón de oro de Karim Benzema antes de marcharse a Oriente Medio. Y esa luz brilló en España con el patrocinio de RJ Reynolds al mítico mundial de España del 82', compartiendo protagonismo con Naranjito. Después, ya en la década de los 90, la mayoría de los países comenzaron a aprobar medidas contra su consumo y su publicidad. Y eso significó el principio del fin.
El definitivo final de esta fructífera relación para las marcas de cigarrillos, en lo referido al fútbol, comenzó en el inicio de la década de los 2000.La UEFA prohibió en 2004 a jugadores y entrenadores fumar en los banquillos. Dejando a míticos, como Carletto Ancelotti, huérfanos de nicotina y adictos compulsivos a empinar un paquete de chicles de menta durante los noventa minutos. El técnico italiano llegaba a fumarse una cajetilla por partido en el banquillo de San Siro.
Al año siguiente, ya en 2005, fue cuando definitivamente se prohibió la publicidad de cigarrillos en el fútbol.Y en 2010, para el Mundial de Sudáfrica, la FIFA introdujo por primera vez, una política de instalaciones libres de humo. Durante la siguiente década, algunos equipos españoles se animaron a prohibir fumar en sus estadios. Siendo el Camp Nou el pionero y actualmente acompañado de Mestalla, Balaídos, José Zorrilla y Montilivi, entre otros muchos entre los que también se incluye el Ciutat de Valencia.
La persecución al consumo de tabaco ha dado sus frutos, el consumo general ha disminuido y entre las nuevas generaciones el porcentaje de fumadores es cada vez menor. Pensar en los niños y su estilo de vida saludable es siempre un acierto. Pero, en la misma línea editorial del inicio del artículo, a los adalides de la moralidad que inflan a palos al nuevo portero del Fútbol Club Barcelona por fumar y reconocerlo sin vergüenza, les recomendaría y, de hecho, les recomiendo, que revisen más a menudo la palabra del que predicó la moralidad ejemplar y defendió aquello de: “quién esté libre de pecado, que arroje la primera piedra”.