Los rasgos psicóticos del CTA | OneFootball

Los rasgos psicóticos del CTA | OneFootball

In partnership with

Yahoo sports
Icon: La Galerna

La Galerna

·3 de febrero de 2025

Los rasgos psicóticos del CTA

Imagen del artículo:Los rasgos psicóticos del CTA

Señor Juez:

Es difícil meterse en la mente de un criminal. Lo hemos visto en cientos de novelas y películas. A veces en entrevistas a jueces o a psicólogos. La mente humana y sus oscuras circunvoluciones, sus zonas prohibidas bajo las siete llaves de la consciencia. Rascar en el subconsciente de un delincuente es como tratar de abrir un coco con una cucharilla. El crimen está enterrado en lo más profundo de su condición humana, interiorizado de una manera que es indistinguible de su personalidad.


OneFootball Videos


Todos sabemos que un adicto siempre piensa que "puede dejarlo cuando quiera", que en lo más profundo de su adicción está convencido de que tiene la capacidad y la voluntad intactas.

Si pensamos en esos entramados delictivos donde aparecen cárteles del narcotráfico, la DEA, la CIA, los gobiernos... Para llegar a ser un líder de un cártel de la droga no solo hay que ser cruel y despótico. Hay que tener liderazgo, jerarquía y cualidades empresariales notables. Sin organización, sin un cuadro de ejecutivos de confianza, no podrían retornar y disolver en la economía formal las (inconcebibles) cantidades de dinero que mueven; sin una logística semejante a la de un ejército (barcos, aviones, submarinos) no conseguirían que su negocio prosperase. Hay muchas bocas que tapar. Funcionarios de aduanas de los dos lados de las fronteras, agentes de aduanas, empresas de transporte, sicarios (por supuesto), pero también abogados, políticos, contables, financieros... La podredumbre puede afectar a sectores muy significativos de un país, que puede llegar a estar tan penetrado por las mafias que lo que llamamos "el sistema" es indistinguible de ellas.

Imagen del artículo:Los rasgos psicóticos del CTA

Y llegamos al CTA. Para no caer en el verbo fácil y sucumbir a la indignación que estos días masticamos tortuosamente los madridistas, he recurrido a hacer unas cuantas preguntas a una de las Inteligencias Artificiales disponibles en la red.

He preguntado si existe un nombre para un trastorno psicológico de un delincuente, que, aun sabiendo que está bajo sospecha, no puede evitar seguir delinquiendo.

Sorpresa: el trastorno existe. Específicamente, uno de los diagnósticos más comunes en este contexto (el de la psicología, no el del CTA) es el "trastorno de control de los impulsos" o también la psicopatía.

La podredumbre puede afectar a sectores muy significativos de un país, que puede llegar a estar tan penetrado por las mafias que lo que llamamos "el sistema" es indistinguible de ellas

En el primero, el individuo tiene dificultad para resistir impulsos, deseos o tentaciones que pueden ser perjudiciales para sí mismos o para los demás. Estoy seguro de que a nadie le gustaría estar a diario bajo el escrutinio de RMTV por el resultado de su trabajo, o que supone un stress casi insoportable estar a cargo de las realizaciones televisivas editorializantes, siendo empleado más o menos importante de la empresa que cobra por editar las imágenes del VAR o de las retransmisiones de los partidos.

El criminal es optimista por naturaleza. Siempre piensa que otros se han librado de la cárcel o del escarnio público y que él puede ser uno más de los que salen indemnes cuando el castillo de naipes se derrumbe, particularmente si tiene vínculos con la política (sinónimo de corrupción en nuestros días) o con el poder. Nadie se visualiza entre rejas. Los más aguerridos guardan en un rincón de su mente una inscripción en piedra ("no me cogeréis vivo", pero eso sólo aplica a los criminales del inframundo, el de la violencia. Los de cuello blanco, o para el caso, los de camisa negra y corbata color berenjena o bien jersey de cuello de cisne debajo de una chaqueta (automáticamente me viene la imagen de Ray Liotta en "Goodfellas"), siempre se libraron de las consecuencias de sus desmanes. ¿Porqué iba a ser diferente en 2025?

Imagen del artículo:Los rasgos psicóticos del CTA

Regreso al diálogo con la IA. La psicopatía se reconoce por el comportamiento de los individuos que, aun siendo conscientes de las consecuencias de sus actos, no sienten remordimiento o miedo a ser detenidos. Carecen de empatía (con aquellos a los que están causando un daño), tienden a ser manipuladores y suelen tener un patrón de comportamiento antisocial, caracterizado por el desprecio y violación de los derechos de los demás, ignorando las normas, actuando de forma impulsiva sin pensar en las consecuencias legales o sociales.

Estos trastornos pueden coexistir o manifestarse de formas complejas. El comportamiento delictivo puede ser un síntoma de una combinación de factores psicológicos, ambientales e incluso genéticos.

La insistencia o reiteración de estos comportamientos indican trastornos en la personalidad, adicciones a sustancias o a comportamientos que causan una recompensa inmediata en forma de dopamina ante un logro conseguido de manera fraudulenta, que si no tiene consecuencias generará un efecto incontrolable de repetición, ignorando las consecuencias. Esta conducta repetida puede ser vista como una incapacidad de controlar impulsos, falta de consideración y respeto a la autoridad o la ley.

El criminal es optimista por naturaleza. Los de cuello blanco, o para el caso, los de camisa negra y corbata color berenjena o bien jersey de cuello de cisne debajo de una chaqueta, siempre se libraron de las consecuencias de sus desmanes. ¿Porqué iba a ser diferente en 2025?

Recordemos: cuando alguien utiliza su posición de poder o autoridad para cometer delitos o corromper a otros, estamos hablando de corrupción, de abuso de poder (utilizar la autoridad de manera ilegítima para propósitos personales o contrarios a la legalidad), tráfico de influencias (obtener ilegalmente beneficios personales o de terceros usando la influencia en virtud del cargo), cohecho (dar o recibir algo valioso para influir en la acción de un tercero para conseguir un objetivo ilícito) y por último, de Crimen Organizado (si existe una estructura amplia involucrada en lo anterior la persona que dirige parte o la organización en la que hace uso de su cargo para perpetrar o facilitar la comisión de ilícitos penales).

Imagen del artículo:Los rasgos psicóticos del CTA

Todo lo anterior suena bastante solemne y tendemos a justificar que el fútbol es la cosa más importante dentro de las cosas menos importantes de nuestra vida si aplicásemos la lógica de la pirámide de Maslow, y que por tanto, semejantes palabras sólo aplican a otros órdenes de la vida más serios. Sin embargo, el fútbol es un negocio planetario. Un negocio en el que, ante la perspectiva del ocaso de los combustibles fósiles y la agenda 2030, las astronómicas fortunas de Oriente Medio han puesto interés y manejan cifras mareantes en sus planes de negocio de corto plazo. No es sólo un espectáculo, una afición atávica. Es el negocio del siglo XXI y siguientes, en la era de la información y del entretenimiento.

Dinero. Mucho mucho dinero. Nadie quiere abandonar este circo. Por eso existe un "trastorno de control de los impulsos" y una contumacia incomprensible, porque se está librando una guerra y están dispuestos a todo.

El fútbol es dinero. Mucho mucho dinero. Nadie quiere abandonar este circo. Por eso existe un "trastorno de control de los impulsos" y una contumacia incomprensible, porque se está librando una guerra y están dispuestos a todo

Pero hay un miembro del selecto club del fútbol profesional muy molesto, y es el miembro que más aporta a la caja común del fútbol. Molesto porque ha descubierto que las ligas perdidas en Tenerife no lo fueron en buena lid. Molesto porque los errores en los clásicos que siempre favorecían al eterno rival no eran fortuitos. Molesto porque en diez años un equipo legendario ha ganado más Champions Leagues que Ligas españolas. Molesto porque han pasado 718 días (and counting) desde que se destapó el caso Negreira y no ha habido consecuencias para un club y para una institución que adulteraron la competición durante casi dos décadas. Molesto porque se adjudicaron a dedo los contratos del VAR y de las retransmisiones televisivas a empresas con claros conflictos de intereses por su relación con el FCB. Molesto porque las mismas personas que alimentaron el antimadridismo, acusándonos de paranoia cuando todo eso estaba sucediendo bajo su vigilancia, son los mismos que siguen designando y pagando salarios de ejecutivo a los jueces de la competición. Tenemos todo el derecho a estar molestos.

Imagen del artículo:Los rasgos psicóticos del CTA

Señor Juez, se siguen produciendo situaciones inexplicables con premeditada reiteración, conductas delirantes e irracionales que confirman que algo putrefacto impregna de un hedor insoportable cada jornada de fútbol. Campañas mediáticas siempre orquestadas contra el mismo club, ese que se siente molesto, en las que se señala a jóvenes deportistas como provocadores, inventando todo tipo de historias denigrantes sobre ellos, imputándoles horribles delitos sin materialidad, pero que van minando el ánimo y polarizando la opinión pública.

El sistema, Señor Juez, está ignorando que personas relacionadas en primer grado de parentesco profesional con Negreira siguen manejando presupuestos enormes, designando árbitros, manipulando imágenes a la vista de todo el mundo. Y sí, sólo es el fútbol. Casi todo es más importante que el fútbol, pero las motivaciones para cometer delitos son las mismas que en cualquier otro negocio: el dinero. Esto no va de emociones o forofismo. Es el dinero. Todo es por dinero. ¿Por qué no es público el patrimonio de los dirigentes del fútbol o de los árbitros? Son funcionarios públicos por delegación, ¿no deberían estar sujetos a una ley de transparencia? Queremos saber.

El caso Negreira es la punta del iceberg y todo el mundo lo intuye. Negreira nunca estuvo solo. Negreira es la pieza más débil, una pieza más de una organización diseñada y perfeccionada durante décadas para manipular la competición en beneficio de quien pueda o quiera pagarla

El caso Negreira es la punta del iceberg y todo el mundo lo intuye. Al igual que en los cárteles, un chiringuito de influencias y corrupción en el fútbol no es el malvado Negreira engañando (pobres) a los ejecutivos del FCB. Hay más. Hay mucho más. Se necesita una organización donde cooperan: el que paga y exige resultados, el que designa al autor material y tiene plena potestad sobre su futuro y sobre sus ingresos (el dinero, una vez más), el autor con sus colaboradores, el que los lleva en coche y se asegura de que han entendido el mensaje, el que manipula los medios empleados a conveniencia (VAR, Retransmisión, FDJ automático) desde la ficción de la neutralidad de la tecnología, los que influyen en la opinión pública para blanquear el bochorno y construir un relato donde los perjudicados son los culpables (narradores, periodistas, tertulianos, personajes de redes sociales, todos ellos también obtienen beneficios económicos más o menos directos). Seguro que si pensamos un poco podemos añadir más cooperadores necesarios, como el que se asegura de que el delito prescriba modificando las leyes. No es difícil reconocerlos, Señor Juez. Negreira nunca estuvo solo. Negreira es la pieza más débil, un personaje de opereta, un abuelete al que el Alzheimer librará de la cárcel, una pieza más de una organización diseñada y perfeccionada durante décadas para manipular la competición en beneficio de quien pueda o quiera pagarla.

Getty Images

Ver detalles de la publicación