La Galerna
·7 de septiembre de 2024
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·7 de septiembre de 2024
Buenos días, queridos amigos.
Continúa el parón por el apasionante torneo de la Neisionslí, gracias al cual podemos seguir disfrutando de lo que Maketo Lari definió en su día con acierto como “fútbol de seLESIONES”. El parón en mitad de la cuasipretemporada cierra para el Madrid con lesiones de diversa consideración de Mendy, Tchouaméni, Militão, Ceballos, Jacobo y anoche Güler, que se unen a las de Camavinga y Bellingham. Una auténtica plaga. Bien es cierto que casi la mitad sucedieron con sus clubes y no con los combinados nacionales, pero eso entra dentro de lo normal, de lo aceptable o admisible.
Lo que no ayuda a la salud de los futbolistas es sobrecargar un calendario con torneos absurdos para que unas federaciones de dudosa honorabilidad se llenen los bolsillos. Para que no se diga que solo hablamos de los nuestros, Oyarzábal y Fermín también serán bajas sensibles para sus respectivos equipos, pero aquí nadie dice nada, nadie se queja de esta usurpación de jugadores (y de espectáculo para el aficionado) que roza lo delictivo. La prensa está a sus cosas, a inventar falsas polémicas con Vinícius, a manipular fotos y declaraciones de Carvajal para azuzar un mal ambiente que no existe, o a ocultar lo que no quieren que el espectador lea, que, por otro lado, responde exactamente a lo que quieren los que manejan el cotarro y ponen la pasta.
Sorprende la diversidad en las portadas, algo muy habitual de estos parones cuando el interés informativo decae: Roglic, Haaland, Flick y la interminable lista de futuribles del Barça. Pero aún más sorprende que se hiciera tanto hincapié en su día y se creara tanta polémica artificial alrededor del fútbol femenino y la ausencia del Real Madrid en la Liga F para, llegada la hora de verdad, ¿qué, buscamos qué lugar ocupa el fútbol femenino para esa prensa madrileña tan preocupada en su día por la escandalosa ausencia del Real Madrid en la élite?
Ayer comenzó la Liga F y lo hizo con una contundente victoria del Real Madrid por 0-5 en su visita al Espanyol. Pero, por más que sacamos la lupa, no encontramos la mención por ningún lado. Esa es la importancia real que le da este diario a la competición, por mucho que en su día el periódico y las radios del mismo grupo empresarial llenaran páginas y horas con la vergüenza que suponía que el Real Madrid careciera de una sección femenina en el club compitiendo al máximo nivel.
Al menos la lupa nos ha ayudado a encontrar en la portada del diario Marca una referencia (mínima, eso sí) a la apabullante victoria de Carolina Weir y sus compañeras en la Ciudad Deportiva Dani Jarque. Las letras tienen menos tamaño que las de los titulares de Roglic y los bronces paralímpicos, pero al menos es algo.
Ya nos contarán ustedes a cuento de qué viene una portada entera dedicada al noruego Erling Haaland, el “amigo” de Cucurella, según la canción de los aficionados del Chelsea. El parón de seLESIONES resulta tan soporífero que la gente tiene que inventar cosas para entretenernos, como aquella que circuló durante la Eurocopa que decía que Cucurella era una palabra que podía valer casi para cualquier cosa: un helado de cucurella, un brote de cucurella, un tipo de pizza, una excusa por llegar tarde… Así que se nos ha ocurrido utilizar al simpático lateral izquierdo que bebe paella y come Estrella (¿o era al revés?) para animar este portanálisis infumable. De hecho, hemos comprobado que Cucurella sirve como título para un montón de películas:
Sexo, cucurellas y cintas de vídeo
Cucurella fiction
La cucurella de Schindler
Cucurellas al borde de un ataque de nervios
No es país para cucurellas
Estamos tan aburridos sin partidos del Real Madrid que podríamos seguir durante horas:
El sentido de la cucurella
La vida secreta de las cucurellas
Sin cucurella en el frente
Cucurella en el cuerpo
Con cucurellas y a lo loco, que también podría ser Con faldas y a lo cucurella.
El juego nos resulta mucho más entretenido que leer a qué dedica sus portadas la prensa cataculé.
Cucurella confidential. No, no suena tan bien. Quizás sea porque Cucurella sirve para objetos alegres o temas positivos, pero no para asuntos turbios. Veamos otro ejemplo, así, tomado al azar:
“Se confirma la inhabilitación del presidente de la Federación Española de Fútbol por dos años tras la operación Cucurella”.
Regular, no suena muy allá. Otro:
“Varios presidentes de primera protestan por la situación financiera de sus clubes tras la firma del acuerdo con el fondo Cucurella”.
Poco serio, no vemos que encaje demasiado. ¿Seguimos?
“Laporta reconoce en rueda de prensa que le faltan 60 cucurellas para cumplir con las reglas del límite salarial”.
Nah, la prensa está a otras cucurellas, digoooo, cosas.
Kimmich y Tah para 2025. Notición. ¿Y por qué no Cucurella?, nos preguntamos.
Pasad un buen día y no os lesionéis por culpa de un tropezón con la cucurella que el niño haya podido dejar por el pasillo de casa.
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