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·8 de mayo de 2023

Los Japan Bhoys del Celtic campeón

Imagen del artículo:Los Japan Bhoys del Celtic campeón

Melón con jamón, dulce con salado, una fruta con un embutido; una relación que a priori nadie pensaría que resultaría exitosa. Y, sin embargo, ahí está, triunfando todos los veranos en cada chiringuito y casa de España. Hay veces que las relaciones más inesperadas dan los mejores resultados. Con el Celtic de Glasgow y los futbolistas japoneses pasa algo parecido. Un equipo escocés interesándose por un país completamente distinto y a casi 10.000 kilómetros de distancia. Una relación extraña pero fructífera para el Celtic y para los jugadores nipones que quieren desembarcar en Europa y labrarse un futuro como jugadores de élite.

Hasta ahora, en la historia del club católico de Glasgow, ya había dos precedentes de jugadores nipones que defendieron la camiseta del equipo. El primero y más famoso fue Shunsuke Nakamura, centrocampista con clase, experto en los lanzamientos de faltas y que luego tuvo un breve paso por el fútbol español, cuando jugó una temporada en el Espanyol. Su compatriota Koki Mizuno llegó a Escocia en 2008 y estuvo dos campañas en la escuadra de los ‘Bhoys‘, compartiendo vestuario un año con Nakamura. Pero, a pesar de que estos pioneros han quedado en el recuerdo, el momento clave de este vínculo no llegó hasta hace dos años, gracias a Ange Postecoglu, entrenador greco-australiano que llegaba a los ‘Hoops‘ desde el Yokohama Marinos japonés, donde había logrado levantar el título liguero. Con la llegada del técnico ‘aussie’ se buscaron perfiles de jugadores que él conociera y que fueran económicamente asequibles para el conjunto de la Premiership, y ahí surgió la opción del mercado japonés.


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El país del sol naciente tuvo un despertar futbolístico muy tardío; hasta la aparición de Hideoshi Nakata en los años 90, nunca había tenido un gran referente futbolístico. Luego, a mediados de la segunda década del siglo, aparecieron otros jugadores con nivel como Shinji Kagawa, Shinji Okazaki o Keisuke Honda, que en el Mundial de Sudáfrica mostraron al planeta que, en el archipiélago asiático, sabían tratar el balón con una destreza envidiable. El futbolista japonés es como un buen plato de sashimi: no sirve cualquier atún, tiene que ser el mejor, haber estado conservado en un lugar adecuado, y solo sacarlo a relucir en el instante apropiado. Entra muy bien por los ojos, pero una vez lo pruebas, se te queda el cuerpo con ganas de más, de mucho más. Eso ocurre con los jugadores japoneses, que no se precipitan para salir de su país a la primera ocasión que tienen, sino que esperan pacientes a estar formados del todo, y entonces, cuando ya creen estar preparados, aprovechan la oportunidad más idónea para asaltar el viejo continente.

Desde el inicio del proyecto de Postecoglu, que acaba de sumar un nueva liga escocesa, han llegado al Celtic seis jugadores japoneses. El principal fichaje proveniente del país nipón fue Kyogo Furuhashi, en 2021

Desde el inicio del proyecto de Postecoglu, que acaba de sumar un nueva liga escocesa, el undécimo título de la entidad en doce años, han llegado al Celtic seis jugadores japoneses. El principal fichaje proveniente del país nipón fue Kyogo Furuhashi, delantero centro que llegó el pasado verano de 2021 proveniente del Vissel Kobe por 5,4 millones de euros. El ariete japonés compartía vestuario con Andrés Iniesta antes de dar el salto a Europa, y el propio centrocampista español dijo en una entrevista que Furuhashi estaba listo para dar el salto en cualquier momento. Tras él también aterrizaron Reo Hatate y Yosuke Ideguchi, aunque este último salió cedido a Japón nuevamente en busca de minutos. Este pasado verano llegaron otros tres jugadores nipones: Daizen Maeda, Yuki Kobayashi y Tomoki Iwata. En 2021, el club estuvo a punto de fichar a otro, Kaoru Mitoma, pero al final este se decantó por el Brighton and Hove Albion inglés.

Este creciente interés por el mercado japonés ha supuesto un enorme impacto económico para el club católico, ya que de rebote lo ha convertido en uno de los más populares del país asiático. Eso ha obligado al club a comenzar a realizar campañas publicitarias destinadas únicamente al país del sol naciente, e incluso ha tenido que habilitar su web en japonés para ayudar a su nuevo público. El conjunto, además, firmó el pasado invierno a un jugador surcoreano, Hyeon-gyu Oh. Veremos si resulta otra mezcla ganadora, como el melón con jamón, o si, por el contrario, acaba siendo una mala idea, como esos restaurantes fusión que se pusieron de moda hace algunos años.



Fotografía de Getty Images.

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