Los 700 días de una leyenda: así fue el paso de Maradona por el Barça | OneFootball

Lionel Messi no fue la primera superestrella argentina que vistió la camiseta del FC Barcelona. Cuando Leo tenía apenas cinco años y no había la mínima sospecha de que iba a convertirse en el mejor jugador de la historia, Diego Armando Maradona aterrizó en España para convertirse en blaugrana. La pelea por el 'Pelusa', quien ya era un ídolo del fútbol, no fue sencilla para el Barça, pero terminó llegando al viejo continente para asegurarle a su nombre un puesto entre los futbolistas más importantes de la historia.

La muerte de Maradona a sus 60 años ha revuelto al mundo del deporte y ha dejado un gran vacío en los corazones de los fanáticos del fútbol. El argentino pisó fuerte y su legado irá de generación en generación, como lo ha hecho hasta ahora. En concreto, su paso por el Barcelona, por dos temporadas, fue una etapa muy importante para el de Lanús, pero también para el club.

En el verano de 1982, el Barcelona oficializó el fichaje de Diego Armando Maradona. La intención de los blaugranas de ficharle tuvo su inicio años antes, mediante la figura del entonces vicepresidente del club, Nicolaus Casaus. De hecho, uno de los primeros viajes del mandatario fue a su país de origen, Argentina, y siempre demostró sus ganas de llevar al mejor jugador de la época al Camp Nou.

Fue la amistad entre Casaus y Maradona lo que le abrió el camino al Barça para ficharle, pero no fue una tarea sencilla. Primero, con 17 años, el club pensó que no debían apostar por él. Después, fueron las demandas financieras y muchas reticencias por parte de la Federación Argentina de Fútbol (que no quería verle partir a Europa). Tras mucha insistencia y persistencia, después de la Copa del Mundo de 1982, celebrada en España, Diego se convirtió en jugador del Barcelona.

El club pagó 1.200 millones de pesetas (7.2 millones de euros) y se convirtió en un traspaso récord para la época. De ese dinero, dos tercios fueron para Argentina Juniors y el otro tercio a Boca, aproximadamente. Su debut oficial se produjo en septiembre de 1982, ante el Valencia, en la derrota 2-1 del cuadro azulgrana. Esa misma noche se estrenó como goleador. Su crecimiento fue a pasos de gigantes. En los primeros 13 enfrentamientos, marcó seis tantos y ya enamoraba a todo el Camp Nou, menos a su entrenador, Udo Lattek, con quien mantenía, si se quiere, una relación un poco distante.

Una enfermedad truncó su desarrollo

Su primera temporada como blaugrana fue muy ilusionante y se perfilaba convertirse en uno de los grandes del Barça, pero se vio truncada en diciembre de 1982, cuando le diagnosticaron hepatitis. Su ausencia en el terreno de juego le costó la eliminación al Barça de la Copa de Europa, lo que posteriormente ocasionó la destitución del entrenador, Lattek, a quien habían reemplazado por el argentino que había guiado a su selección hacia el éxito del Mundial de 1978, César Luis Menotti, 'El Flaco'.

Diego reapareció con la elástica blaugrana el  12 de marzo de 1983 ante el Betis, el mismo día en el que Menotti se estrenaba como entrenador del Barça. Sin embargo, para desgracia de Maradona, el mal comienzo de temporada de los azulgrana en Liga condicionó el resto del año, en que el terminaron en la cuarta posición. A pesar de ello, el argentino terminó con 11 goles en 20 encuentros.

El papel de Maradona con Menotti fue espectacular y sumamente relevante. El argentino era uno de los 'fijos' de su entrenador y clave en todos los partidos, pero una lesión volvió a condicionar su paso por la Ciudad Condal. Estuvo fuera por unos cuantos meses, hasta enero de 1984, con su futuro en el aire. Al final de su etapa como culé, registró 38 goles en 58 partidos oficiales. Ganó una Copa del Rey, la Copa de la Liga y la Supercopa de 1983.

Una salida lamentable

Maradona terminó su etapa en el Barcelona triste y desilusionado por su vida en España y  con la Junta Directiva azulgrana y vio el cambio de destino a Italia, para vestir la camiseta del Napoli, como una excelente oportunidad de renovarse como futbolista, salir del punto muerto que vivía su carrera y obtener más ingresos. Y vaya que lo consiguió.

Sin embargo, a pesar de lo polémica que pudo llegar a ser su salida, se convirtió en uno de los protagonistas de la estadía de Leo Messi en el Camp Nou y, durante todos los años, apoyó y motivó a 'su sucesor' a dar lo mejor de sí con la camiseta del Barcelona.