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El Barça volvió a fallar en Champions

Ya no es una cosa de fútbol, que también. La cabeza en este tipo de competiciones es clave si quieres ser aspirante o favorito. Tener mentalidad ganadora es vital, y el Barça lleva años sin ser ese equipo temible y dominador en Europa. Desde que ganó en la 14/15, tan solo una semifinal en 7 temporadas.

El estilo en el Camp Nou, negociar se puede. Ayer en el Giuseppe Meazza, el Barça se convirtió en un equipo muy previsible y, ante un Inter que supo hacer su partido a la perfección, la solución era otra. Dembélé fue un constante intento sin éxito, y pese a la jugada del gol de Pedri, que acabó siendo anulado, el francés no tuvo la precisión necesaria para encontrar el espacio en la defensa interista. Ni Raphinha ni Lewandowski tuvieron la influencia que se les presuponía, y el ataque del Barça tuvo más impacto cuando Ansu Fati entró en el terreno de juego.

No existió dinamismo

En el mediocampo, no fue el día ni de Busquets ni de Gavi. En la poca aportación ofensiva del Barça, tan solo Pedri fue un factor diferencial y brilló sobre un Barça inoperante y plano. Gavi se preocupó más de los elementos fuera del aspecto deportivo, y Busquets estuvo incómodo a la hora de encontrar los espacios.

Defensivamente, el Barça estuvo largo y en transiciones fue un equipo al que le costó recuperar. En el gol del Inter, la zaga blaugrana se plantó muy descolocada en área propia, y el Inter encontró bien las combinaciones hasta que Calhanoglu mandó el cuero a la red.

Aspectos tácticos que, en noches grandes como estas, se han de pulir. Son 3 partidos, 3 finales en las que el Barça tendrá que dar lo mejor de sí y sacar resultados positivos si quiere acceder a los octavos de final.