Llámenlo "X" | OneFootball

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Stats Perform

·14 de agosto de 2020

Llámenlo "X"

Imagen del artículo:Llámenlo "X"

Llámenlo "X". Palo, fracaso, bajonazo, decepción, batacazo. Pónganle el calificativo que prefieran. Eso es lo que hay que aplicarle al Atlético de Madrid. A los jugadores y al entrenador. Y no por no haber pasado a las semifinales de una Champions en la que todo Dios les ha dado como favorito sin abrir la boca, sino por la manera de caer. El Atleti no apareció, no compitió y estuvo a años luz del mínimo exigible cuando uno llega a estas instancias. El Atleti estuvo irreconocible y se fue para casa de la peor manera: siendo un equipo melifluo, medroso y superado. Todo lo que suele hacer, lo hizo su rival. El Leipzig, que no es el Milán de Sacchi ni por el forro, hizo lo que el Atleti solía hacer en las grandes batallas: presionar, morder, asfixiar, competir y pelear cada balón dividido como si no hubiera mañana. Upamecano, por cierto, tuvo de hijo a Costa toda la noche. ¿Y el Atleti, qué hizo? Pues más allá del decoroso partido de Carrasco y Joao Félix, el resto se dedicó a mirar, contemplar, poner cara de empate a cero y levantar un monumento a la impotencia. Esa es la realidad. ¿Duele? Naturalmente. Pero no hay que esconderla. Lo único que servía era ganar. Y se perdió. Apenas dos juagdores dieron la talla. Al resto le quedó grande la camiseta y aún más grande el escudo. El equipo hizo lo imposible por perder y lo consiguió. Si dieron todo, si esto era lo que tenían, si eso era lo que realmente tenían en las entrañas y en las piernas, sólo lo saben ellos.


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¿Y ahora, qué? Pues ahora lo de siempre. Titulares grandilocuentes, histeria colectiva, profetas que auguran fin de ciclo - ¿cuantas veces han anunciado ya el fin de ciclo del Cholo?- y gentes a las que les encanta el olor a atlético quemado por la mañana. Consumado el fracaso y servida la carnaza, los buitres ahora devorarán la carroña. Nadie del Atleti había dicho que iban a ganar la Champions, ni que eran favoritos a nada. Eso se lo inventaron los que ahora disfrutarán, como un marrano en la charca, disparando contra Simeone. Ahora los valientes van a pegarle como si fuera una piñata. Se esperaba y se sabía. Felicidades. Hoy muchos son es el hombre mágico del país feliz de la casa de la gominola en la calle de la piruleta. Enhorabuena. Cuando la porquería se desparrama, unos corren y otros se quedan. Cuando el Madrid pierde, se le pega a Florentino. Cuando el Barça pierde, se le pega a Messi. Y cuando el Atleti la caga, pues leña al Cholo hasta que hable inglés. Ayer puso la cara, para que se la partieran, cuando sus futbolistas no ganaron ni un sólo duelo en 90 minutos. ¿Hay que ser más ambicioso? Sí. ¿Hay que pedir más? Claro. ¿Se equivocó Simeone? Naturalmente. Si te comen la merienda en disputa, si no vas a muerte en cada duelo ¿qué esperabas? Lo que te llevaste. Poco te pasó.

¿Culpables? ¿Racanería? ¿Facturitas al Cholo? Risas enlatadas. Miren, hay jugadores que ya no pueden estar ahí un minuto más. El vestuario lo sabe. Hay inercias que ya no se sostienen un minuto más. Y ahora hay que tomar decisiones. La pregunta es ¿se pueden tomar? Pues igual no, porque miren, no hay un euro en la caja. Así que habrá que tener algo de paciencia, cabeza fría y trabajar con lo que hay. ¿La realidad? Miren, gustará más o menos, pero Diego Padre Simeone casi siempre tiene razón. Por más que moleste a muchos, este era un año de transición. Ni esta es una plantilla mala, ni es la mejor del mundo mundial, como nos venden cada verano. La realidad del Atleti es ser tercero. Lo demás, el que quiera hacerse trampas al solitario, adelante. Pero que no se olvide algo. Cada vez que este equipo se cree más de lo que es, cada vez que cae en la trampa de creerse como el Madrid o el Barça, le pasa lo que le pasa. ¿Saben por qué? Muy sencillo, porque está a años luz de ese nivel. Y las veces que se ha acercado, ha sido desde la humildad, el trabajo y el sudor. Eso no se compra con dinero.

Llevo años, cada vez de manera más solitaria, explicando que el gran error de este club, equipo, entrenador y jugadores es haberse separado de lo que fue y de lo que debe ser, creyéndose que es el Madrid o el Barcelona. Me quedaré sólo, que siempre es mejor que estar mal acompañado. ¿Se equivoca el Atleti gastándose un dineral en fichajes? Sí. ¿Se equivoca el Atleti en comprar jugadores que no encajan en la filosofía del cholismo? Sí. ¿Es normal que quede por delante de 17 equipos en España? Es su deber. ¿Esta plantilla era tan buena como nos vendieron? Ahí está la realidad. Uno, respetando el descomunal trabajo del club, del equipo y del cuerpo técnico durante estos ocho años, que ha sido excelente, tiene claro el techo y el suelo de este equipo. El Atleti es fuerte, feo y formal. Es un equipo que defiende, rasca, pega, contragolpea y compite. Es un equipo de hombres y jamás será un equipo de hombres. Y cuando se aleja de eso, cuando traiciona su identidad, se convierte en un engendro irreconocible de figuritas de mazapán. En algo que no es el Atleti. Vayamos al hueso. Aquí hay dos futuros. Uno con Simeone y otro sin Simeone. Hagan juego. Hay quien está convencido de que, sin Simeone, esto mejorará. Adelante. Mi postura, más allá de mi profesión, entronca con mi bufanda, y es diáfana: A llorar, al Carmen y con Simeone, al fin del mundo.

Rubén Uría