La Galerna
·2 de septiembre de 2024
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Llevamos solo cuatro jornadas de liga y vemos un panorama igual o peor que el del año pasado. Además de ofrecer un mal juego del Real Madrid, sigue aparentando ser una competición amañada. Un mar lleno de mugre, como mencionaban en Real Madrid TV. La llegada del fuera de juego semiautomático, lejos de aclarar, parece que es una herramienta más para ser usada a discreción de unos pocos. La verdad, hablar de La Liga que debe jugar el Real Madrid es muy poco inspirador.
Venimos de unas fechas en la que hemos podido ver evocadores mares sobre los que caían atardeceres, noches de superluna que iluminaba como un sol, campos agostados con la cosecha recién terminada, ríos que fluían alegremente con toda la vida que les rodea, pero es llegar el fin de agosto y del verano y… ¡vaya, vaya!
Pienso en La Liga y solo se me ocurre escribir sobre vulgaridades al más puro estilo de Torrente. Quizá es porque recientemente vi que se está preparando una sexta entrega o tal vez sea porque es el paradigma español de lo cutre y lo zafio (dicho desde el cariño que le tengo), o tal vez sea porque el personaje de José Luis Torrente me recuerda en algo a Tebas. No lo sé. Pero, en concreto, tras ver el comportamiento de ciertos árbitros en estas jornadas y con el recuerdo de lo vivido en temporadas precedentes, rememoro constantemente un momento preciso de la segunda de la saga, la de Misión en Marbella.
En aquella escena, al inicio de la película, Torrente andaba espiando a una señora cuyo marido sospechaba que tenía un amante. El affaire resultó ser algo más truculento, pues el personaje de Cristina Tárrega lo que hacía en realidad era dedicarse a sacarse un dinerillo extra trabajando en una casa de citas, dicho finamente. Torrente lo descubrió, aprovechó para sacarse un servicio gratuito y terminó por contarle al marido la realidad, el cual, devastado por la noticia, acabó preguntándose cómo podía ser posible que ella hiciera todo eso que le contaba, si al pobre de él prácticamente ni le tocaba. Entonces, Torrente, justo antes de que a aquel hombre le diera un síncope, le sugirió que tal vez debería empezar a pensar en pagarle a su mujer. Así seguro que le trataría con el mismo esmero. Y ahí es donde quiero ir.
Visto que no es posible limpiar todo aquello que se ensució con los pagos a Negreira y ve tú a saber a cuántos más, quizá la solución sería asumirlo y pasar por el aro. Pagar también. No sólo el Madrid, todos los equipos. Pagar ingentes cantidades de dinero a los árbitros de forma trasparente para convertirles en gente inmensamente rica. De esta manera les haríamos inmunes al soborno y a la extorsión ante posibles ascensos y descensos. Y así, por fin, veríamos los partidos limpios de sospecha y dejarían de generarnos tanta mala sangre como hacen ahora, independientemente de si el Madrid juega bien o mal.
Quizá se debería pagar ingentes cantidades de dinero a los árbitros de forma trasparente para convertirles en gente inmensamente rica. De esta manera les haríamos inmunes al soborno y a la extorsión ante posibles ascensos y descensos
Ya siento partir de una escena tan burda y pretender que Torrente pueda ser la fuente de inspiración para solventar cualquier problema. Pero, a veces, para poder pelear en igualdad de condiciones es necesario rebajarse al mismo nivel del oponente. Con la diferencia de que esto se haría con luz y taquígrafos, para que todo el mundo se diera cuenta del cenagal en el que se ha convertido la competición nacional. Si no, mucho me temo que nos tocará seguir esperando sentados a que la justicia se pronuncie sobre las múltiples causas que hay abiertas y sobre las que, seguro, están por llegar.
Mientras tanto, tocará esperar. Cada uno es libre de hacerlo como quiera. Pero en este caso, por favor, no toméis como referencia a Torrente, que ya sabéis lo que sugería para aliviar las esperas en las largas noches de guardia. Dedicaos a leer, ver cine, escuchar música o, simplemente, seguid disfrutando de la Champions, aunque que con este nuevo formato no sé yo si se estarán cargando lo poco bueno que nos quedaba.
Por último, os pido que no os toméis muy en serio este artículo y que, pase lo que pase, sigáis apoyando al Real Madrid. Seguro que mejorará en su juego y que tendrá toda la suerte que se merece en este nuevo curso 24/25. ¡Hala Madrid!
Getty Images.