Revista La Liga
·6 de noviembre de 2024
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Al hablar de la situación que vive en su club la gran estrella de la Selección Colombia, debemos entender que hay dos miradas sobre James Rodríguez. Una es la perspectiva de nosotros, los colombianos, y otra es la de Íñigo Pérez, el director técnico del Rayo Vallecano.
«Yo me escudo en que los resultados son los que son. Yo estoy ganando y soportando la campaña. Si a mí me dicen que estoy de último y no utilizo los recursos que tengo para mejorar, entendería las críticas por no usar a James como titular. Pero estoy entre los diez primeros equipos de LaLiga, peleando por clasificar a torneos internacionales, mirando hacia arriba y no hacia el descenso». Algo así dirá el joven entrenador del club de Vallecas.
La otra mirada es la nuestra. Nos parece absurdo y ridículo que un jugador tan bueno como James no sea tenido en cuenta en una plantilla modesta. Vemos lo que él ha logrado en su carrera y lo que sigue haciendo en la Selección Colombia, y nos es difícil entender que no sea titular en un equipo chico como el Rayo.
Pero los datos son contundentes. Las Palmas, que es el menos peor de los tres equipos parcialmente descendidos en esta liga española, tiene nueve unidades. Por debajo están el Real Valladolid, con ocho, y Valencia, que sorprendentemente es último, con siete. Rayo Vallecano, con 16 unidades, prácticamente los duplica en puntos, y eso que tiene un partido pendiente por jugar.
En la temporada anterior, fue el peor de los equipos que no descendieron en LaLiga, ocupando el puesto 17 con 38 puntos en la misma cantidad de partidos. Ya lleva casi la mitad de ese puntaje en apenas once partidos. La campaña es muy buena y respalda las decisiones de la entrenador.
Íñigo Pérez está muerto de la risa. Con un club modesto, este técnico se ve lejos del descenso, y su tarea es mantener la categoría. Recordemos la última imagen de Falcao García en el Rayo Vallecano: la celebración en su despedida porque no bajaron a la segunda división.
Parte del problema es que hay jugadores que no saben ser suplentes, y James es uno de ellos. Un futbolista de sus condiciones y su personalidad no puede estar contento siendo suplente, sobre todo en un equipo chico. No en vano, ya se está diciendo que él está buscando su salida. «Si no voy a jugar acá, pues me voy», debe estar pensando. A los 33 años lo menos que busca es un club donde esté contento con el rol que le dan.