Las chicas son guerreras | OneFootball

Buenos días, amigos galernautas. Hoy es una mañana complicada para el sarcasmo, la denuncia, la ironía, la mofa y escarnio; ingredientes imprescindibles para la confección en la lumbre de un buen portanálisis tradicional, ahumado y a fuego lento. Hoy sólo nos llegan malos humos desde Las Rozas, una nebulosa, más política que deportiva, que amenaza a todos los hacedores de bromas y chanzas al respecto con zambullirnos en el Hades para siempre. Al pasar la barca me dijo el barquero, las niñas bonitas no pagan dinero. No vemos a Caronte tarareando esto hoy en día. A Rubiales, luchador de Motril, de paseíllo a la Audiencia Nacional y aun a 200 metros de Jenni, sí.

El caso es que lo del fútbol femenino, como bien titula el diario As, ya se alza como conflicto interminable. Permítannos añadir, oh popes de la ortodoxia política, cierto aire monolítico al asunto. Cualquier matiz, observación, sugerencia o incluso opinión puede abrir la veda a la cacería de turno, señalamientos de Fonsi Lolailo en redes incluidos, donde machirulo y/o misógino es lo más suave que puede escucharse. Que se le pregunten a Carvajal.

Así es el huracán, totum revolutum, que amenaza con dejar la Real Federación Española como un solar y ahí, queridos amigos galernautas, estamos todos de acuerdo. Tienen razón las chicas en revertir el sistema, en tanto que este es el verdadero problema, un embolado que efectivamente tiene pocos visos de arreglo si vas intercambiando un gañán por otro en las casposas estructuras directivas de Las Rozas o si sientas en el trono del Rey Vilda a quien hace dos días era la callada princesa desconocida en la corte. Ya lo decían los rockeros de Coz en otra Movida, la de los 80, Las chicas son guerreras.

Este es el fondo. Y bienvenido sean huevada y pico para acabar con el califato federativo de Rubi (pero también de Villar) rancio, casposo, vergonzante y corrupto. Si renunciar a representar a España es el mejor camino para alcanzar los objetivos que se pretenden merece otro debate. El ritmo de exigencia es tal que no será extraño una convocatoria que incluya a Cuca Gamarra y María Jesús Montero como arietes de La Roja. Esa es otra historia. Y se debe respeto a quien no opina como la mayoría. La madridista Athenea, diosa griega de la sabiduría, se arriesga a ser arrojada al inframundo de la corrección política de nuestros días al afirmar que no piensa renunciar a la llamada de la selección, en tanto que parte de las demandas del equipo “han sido atendidas”. Es una opinión. No debe extrañarle a nadie. Confiamos en que no haya faltas al respecto.

Decía Ortega y Gasset (que no son dos, sino uno) que la masa es el juicio de los incompetentes.  El balompié patrio está lleno de ellos. Bienvenidas, chicas.

En esta tesitura, casi agradecemos al diario de Godó, grande de España, que vuelva a maridar su primera plana de confianza. Hernández y Madrid, así bien gordo, en el titular, siempre funcionan. Con tanto follón y tanto partido extemporáneo en Tiflis resulta que vuelve la Liga. El Betis visita la zona cero del PitorreoGate arbitral y dice Xavi que Vitor “Tócame” Roque viene en enero porque se lo dice Deco, que es un exjugador reconvertido a agente de futbolistas que pasa por director deportivo, y no una empresa de jardinería y decoración.

Y también vuelven a las canchas los muchachos de Chus Mateo, a la sombra del coloso Tavares (todavía) con el picante del retorno del Facu Campazzo y el intríngulis —vamos a llamarlo así— de ver a ese presunto madridista recientemente aplaudido en el Palacio de los Deportes llamado Willy en la autopista de Mirotic. Esperemos que, al contrario que a Karabatic, no tenga que ir a juicio cuando le manden a tomar viento con contrato diferido.

La Supercopa de basket se antoja como un gran aperitivo antes de recibir mañana a la Erreala en el Santiago Bernabéu.

El Real Madrid femenino marcó ayer el camino ganando 0-2 en Valencia.

“Jarro de agua fría en el Puchades” dice en pequeñito Superdeporte (Jojojojo).

¡Hala Madrid!, amigos galernautas.