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·19 de agosto de 2024

Las 3 batallas épicas de Javier Aguirre contra Estados Unidos

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Ciudad de México.- El momento ha llegado una vez más para Javier Aguirre. El experimentado director técnico mexicano se prepara para enfrentar a la mayor rivalidad que tiene la Selección Mexicana en la actualidad: Estados Unidos. El próximo enfrentamiento entre el Tri y el equipo de las barras y las estrellas está programado para octubre en Guadalajara, y aunque podría etiquetarse como un partido amistoso, la realidad es que no existen amistosos entre estos dos colosos del fútbol de la Concacaf.

A lo largo de su carrera, Aguirre ha sido protagonista de algunos de los encuentros más memorables entre México y Estados Unidos, partidos que han dejado una huella imborrable en la historia del fútbol de la región. Desde derrotas que sirvieron como lecciones amargas hasta victorias aplastantes que devolvieron el orgullo nacional, el 'Vasco' ha vivido en carne propia la intensidad y la pasión que rodean este clásico continental.


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A continuación, repasamos las tres batallas más emblemáticas entre México y Estados Unidos bajo el mando de Javier Aguirre, encuentros que no solo definieron su carrera como entrenador sino que también marcaron el rumbo del fútbol mexicano en las últimas décadas.

1. La herida del Mundial 2002: El sueño del quinto partido se conviertió en pesadilla

El Mundial de Corea-Japón 2002 representaba una oportunidad dorada para que México rompiera la maldición del quinto partido fuera de casa. Con un desempeño sólido en la fase de grupos, donde el Tri clasificó como líder del Grupo G por encima de potencias como Italia, Croacia y Ecuador, las expectativas estaban por las nubes. El sorteo de los Octavos de Final pareció sonreírle a México al emparejarlo con Estados Unidos, un rival que muchos consideraron 'a modo' para avanzar a la siguiente fase.

Sin embargo, el fútbol tiene su propio guion, y aquel 17 de junio de 2002 en Jeonju, Corea del Sur, las cosas no salieron como se esperaba. Desde el inicio del encuentro, Estados Unidos mostró un nivel de juego y temple que sorprendió a propios y extraños. Apenas a los 8 minutos, Brian McBride abrió el marcador, poniendo en evidencia las falencias defensivas del Tri. México intentó reaccionar, pero se encontró con un rival bien plantado y con ideas claras.

La estocada final llegó al minuto 65, cuando Landon Donovan, quien se convertiría en uno de los mayores verdugos de México, anotó el segundo gol para Estados Unidos. La desesperación se apoderó del equipo mexicano, culminando con la expulsión de Rafael Márquez en los minutos finales tras una dura entrada, poniendo el broche de oro a una tarde para el olvido.

Años después, Javier Aguirre reconocería una serie de errores en la alineación y el planteamiento táctico de aquel partido, asumiendo la responsabilidad por una de las derrotas más dolorosas en la historia del fútbol mexicano. Este encuentro no solo truncó el sueño del quinto partido, sino que también sirvió como una lección amarga sobre subestimar a un rival en constante crecimiento.

2. El Renacer en el Azteca: El Debut Salvavidas de Aguirre en 2001

En el 2001, la Selección Mexicana se encontraba al borde del abismo en su camino hacia el Mundial de Corea-Japón 2002. Tras una serie de resultados negativos bajo la dirección de Enrique Meza, el Tri estaba en una posición precaria en las eliminatorias, y la clasificación parecía escaparse de las manos. Fue en este contexto de crisis que Javier Aguirre tomó las riendas del equipo, con la misión casi imposible de revertir la situación.

El desafío no podía ser más grande: su debut como entrenador sería contra Estados Unidos en el imponente Estadio Azteca. Una derrota prácticamente sellaría la eliminación de México del Mundial, aumentando la presión sobre el 'Vasco' y sus jugadores.

El partido fue intenso y lleno de nerviosismo, pero México logró imponerse gracias a un gol tempranero de Jared Borgetti al minuto 15, quien aprovechó un centro perfecto para enviar el balón al fondo de la red. A partir de ahí, el Tri supo manejar el partido, resistiendo los embates de Estados Unidos y asegurando una victoria vital.

Este triunfo no solo revitalizó la confianza del equipo y la afición, sino que también sentó las bases para una exitosa campaña de clasificación que culminaría con México asegurando su boleto al Mundial 2002. El debut de Aguirre contra Estados Unidos en el Azteca es recordado como el punto de inflexión que salvó al fútbol mexicano de una de sus peores crisis.

3. La Venganza Dorada: La Aplastante Victoria en la Final de la Copa Oro 2009

Para el 2009, México llevaba casi una década sin poder vencer a Estados Unidos en territorio ajeno, una racha que pesaba en el orgullo nacional y que urgía ser revertida. Javier Aguirre, quien había regresado al banquillo del Tri para encauzar el camino hacia el Mundial de Sudáfrica 2010, vio en la Final de la Copa Oro una oportunidad perfecta para reivindicar al equipo y devolverle la supremacía en la región.

El escenario fue el Estadio Giants de Nueva Jersey, donde ambos equipos se dieron cita el 26 de julio de 2009 para disputar el título regional. México presentó una plantilla joven y talentosa, destacando la presencia de Carlos Vela y Giovani dos Santos, quienes cuatro años antes habían conquistado el Mundial Sub-17 y ahora buscaban brillar con la selección mayor.

El primer tiempo fue reñido y terminó sin goles, pero todo cambió en la segunda mitad. Al minuto 56, Gerardo Torrado abrió el marcador con un penalti ejecutado con frialdad, desatando la euforia de los aficionados mexicanos. Este gol fue el detonante de una avalancha ofensiva imparable.

Solo seis minutos después, Giovani dos Santos marcó un golazo tras una jugada individual espectacular, en la que dejó atrás a varios defensores antes de definir con precisión. Carlos Vela se unió a la fiesta al minuto 67, aprovechando un contragolpe letal para poner el 3-0 en el marcador. La goleada se completó con tantos de José Antonio 'Gringo' Castro al 78 y Guillermo Franco al 89, sellando un histórico 5-0 que quedó grabado en la memoria colectiva.

Esta contundente victoria no solo rompió la mala racha contra Estados Unidos fuera de casa, sino que también sirvió como un impulso anímico enorme para el equipo de Aguirre, que continuó con paso firme hacia la clasificación al Mundial 2010. El dominio exhibido en aquella final consolidó a una nueva generación de futbolistas mexicanos y reafirmó la rivalidad más intensa de la Concacaf.

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