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Daniel Cadena Jordan·24 de agosto de 2019
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Daniel Cadena Jordan·24 de agosto de 2019
Jugar en casa jamás había sido dicho de forma tan ambigua.
Son 125 los días que llegaron y se fueron desde que Gareth Bale jugó por última vez en el Santiago Bernabéu, un lugar que lo ha aclamado y condenado en la misma proporción, donde ha vivido sus mejores y peores momentos por igual.
El presente verano también ha sido un gran reflejo de esta dualidad en la relación Madrid-Bale, donde pasó de prácticamente estar ido, a ser el garante del primer resultado de la temporada 2019/20.
Lo cierto, es que volverá a pisar la casa de los merengues, donde no ha anotado desde el pasado mes de marzo, coincidencialmente en el re-estreno de Zidane en el banquillo del Madrid.
Ante el Pucela, Bale va a querer sacarse la espina enterrada, e intentar volver ser la principal figura de un equipo que, cuando nota su presencia en el campo, cambia de actitud. La larga y atareada historia del Madrid de Bale está por escribir otro capítulo más.
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