Madrid-Barcelona.com
·5 de octubre de 2022
La UEFA ajusta cuentas con el Barça por la Superliga

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·5 de octubre de 2022
El arbitraje de Slavko Vincic perjudicó claramente al Barcelona en el partido de Champions League que anoche le enfrentó al Inter en el estadio Giuseppe Meazza. Se anuncian protestas y quejas formales ante la UEFA. Es perder el tiempo.
En Milán no sucedió nada que pueda alarmar a la UEFA. Al contrario. Las decisiones arbitrales perjudicando al Barça son bien recibidas. Por tanto, no tiene sentido recurrir a la propia UEFA para quejarse.
El Barça es el club que más llena en Europa, el de mayor capacidad de convocatoria, el que más aficionados atrae a su estadio. También es uno de los grandes históricos. Ha ganado cinco Champions League. Debería ser suficiente para ser tratado con respeto. Pero la UEFA, que reclama "respect" a todos, no tiene ningún interés en respetar al Barça.
Pero también es el club de los aficionados que silban el himno de la UEFA, el club de los aficionados que muestran pancartas señalando a la UEFA como una mafia. Y, fundamentalmente, es el club que con más interés apoya las tesis golpistas de Florentino Pérez en su rebelión y sedición contra las leyes establecidas en el fútbol a través del proyecto de la Supercopa.
Se veía venir. Solo faltaba esperar a que llegara la ocasión propicia. Nasser Al-Khelaïffi, presidente del PSG y hombre fuerte de la UEFA en la defensa de sus intereses contra los clubes rebeldes, ya lanzó hace unos días una carga de profundidad contra el Barça y su magia financiera de las palancas. No gusta que el Barça pueda curar sus heridas y volver a ser el que fue.
Y Aleksander Ceferin no veía el momento para darle un escarmiento al Barça. No se trata de que el árbitro Slavko Vincic saliera predispuesto a perjudicar al Barça. Pero Vincic, como el resto de árbitros, sabe que equivocarse contra el Barça no genera consecuencias. Incluso puede recibir felicitaciones de los de arriba.
Lo de Milán es el resultado del seguidismo de Joan Laporta hacia los proyectos suicidas de Florentino Pérez contra la UEFA. Ni siquiera el presidente del Barça lidera el movimiento rebelde. Solo ejerce de comparsa, sin ningún beneficio y asumiendo riesgos como el del arbitraje de anoche. Son las consecuencias de un error de gestión, otro más, situando al Barça en el centro de la diana de la UEFA.
El cambio de criterio del arbitro de anoche, según se tratara de un equipo o de otro, se suma al penalti de libro cometido por Davies sobre Dembélé en el Bayern-Barça. Los dos arbitrajes marcan una tendencia y dejan al descubierto lo que le espera al Barça en las competiciones europeas mientras siga mostrando su predisposición a apoyar la sedición de Florentino Pérez contra las normas establecidas por todos los clubes.
Es más, a Ceferín le molesta la presencia del Barça en la Champions League. Su ideario íntimo no puede ser más claro: "Si no quieren jugar la Champions, ¿por qué se inscriben en ella y se la toman tan en serio?".
Aleksander Ceferin, el presidente de la UEFA que tiene enfilado al Barça, es esloveno. ¿De dónde es el árbitro Slavko Vincic que pitó el Inter-Barça? De Eslovenia. Como diría Schuster, "no hace falta decir nada más".