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·3 de abril de 2020
La trágica historia por la que Carlos Caszely desafió a Pinochet en plena dictadura

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·3 de abril de 2020
Corría el año 1974, Chile tenía casi un año desde que el país era controlado por la Junta de Gobierno, la cual era integrada por las Fuerzas Armadas teniendo a la cabeza al general Augusto Pinochet.
La dictadura chilena hasta el día de hoy es descrita como una de las más sangrietas de Sudamérica. Por eso que enfrentar a Pinochet o a alguno de sus secuaces, no era recomendable. Todo quien se atreviera a desafiar a la Junta, terminaba fusilado, detenido, torturado, o en el peor de los casos... desaparecido.
Por eso es que la historia chilena con el pasar de los años fue develando terroríficas historias, puesto que el tiempo fue el único encargado de sanar heridas que dejó el maltrato y abuso de poder.
Sin embargo en años intensos y donde la vida de cualquiera pendía de un hilo, Carlos Caszely se atrevió a estar frente a frente a Augusto Pinochet y negarle el saludo. Un deshaire que trascendió por años en la prensa chilena y el mundo del deporte, puesto que el "Chino" era sabido y activo participante del derrocado Salvador Allende y su gobierno de Unidad Popular.
La negación de saludo se dio en el edificio Portales, donde los regentes del país decidieron despedir a la Selección chilena que jugaría el Mundial de Alemania. Esto, ya que el Palacio de La Moneda se encontraba destruido por el bombardeo que terminó con la vida de Allende.
Y cuando Augusto Pinochet se disponía a saludar a Caszely, éste no respondió a la extensión de la mano cerrando los ojos, por lo que el dictador sólo pasó por delante sin estrechar palmas.
Una clara afrenta del delantero que militaba en ese entonces en el Levante de España, pero que tenía una gran razón para ni siquiera mirar a los ojos sin odio a uno de los responsables de los cientos de muertos que dejó la dictadura.
Lo que pocos sabían por ese entonces, es que la madre de Carlos Caszely un día fue secuestrada por el régimen, la detuvieron y torturaron por varias horas. Olga Garrido, la progenitora del Chino fue parte de la propaganda del "NO", franja en la que relató todo lo que sufrió ese día, donde posteriormente apareció en un sitio eriazo, a cuadras del sector donde se construiría el Estadio Monumental.
“Yo fui secuestrada de mi hogar y llevada a un lugar desconocido, con la vista vendada, donde fui torturada y vejada brutalmente, fueron tantas, que ni siquiera las conté todas” contó a viva voz, y para todo Chile.
Es más, en el libro "Cambio de Juego", el goleador de La Roja recuerda:
“Me bajo del aeropuerto y veo a mi madre, pero no como era. La veo triste, la veo introvertida. Le digo algo te pasa. No. Algo te pasa. Mi viejo tenía una cara muy triste. Mi hermana lloraba. Y yo: algo pasó. No, en la casa te cuento. Llegamos a la casa y ella me dice acompáñame a la habitación. Yo ya estaba con algo aquí en la garganta. Se sienta en la cama y me dice: estuve detenida. ¿Por qué? ¿Chocaste el auto? No, me llevaron detenida y me torturaron. Ya poh mamá, con eso no se juega. Se abre la blusa y me muestra sus pechos con quemaduras. Y ahí nos abrazamos y nos pusimos a llorar los dos. A llorar como niños”.
Un crudo relato de lo que vivió la familia Caszely-Garrido, por la que su hijo enfrentó al responsable cara a cara, cerrando los ojos, tal como lo hizo por muchos años la justicia con los abusos que se dieron en toda la dictadura militar.