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El Nueve y Medio

·20 de agosto de 2020

La Spezia, el único campeón sin corona del Calcio

Imagen del artículo:La Spezia, el único campeón sin corona del Calcio

Mediados de 1944, el mundo seguía sufriendo los estragos de la guerra más devastadora de la historia. Los aliados seguían avanzando y liberando territorios de manos del eje, mientras Alemania se debilitaba poco a poco, e Italia había perdido el dominio de la totalidad de su territorio.

Los días de Benito Mussolini como mandamás del gobierno italiano estaban contados, y la sangre corría incesantemente a través de decenas de campos de batalla en el país de la bota, pero el futbol no paró… y al cierre de temporada, Italia estaba en busca de su nuevo campeón.


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Las tropas estadounidenses habían ocupado parte del sur de Italia meses atrás, por lo que la FIGC decidió que las distintas regiones de esa parte del país, tendrían campeonatos locales, mientras de la región de la Toscana hacia el norte, jugarían el Campionato Alta Italia.

La organización de la temporada 1944 en el Calcio tampoco se llevaría a cabo de la misma manera; cada región tendría su propia liga local, y los mejor clasificados pasarían a un play-off interregional, del cual saldría el ganador del Scudetto.

El Genoa, de la región de Liguria, que en ese entonces era el club más ganador del Calcio con nueve Scudettos, participaría en un durísimo grupo con equipos como Juventus y Torino, representantes de la región de Piamonte, mientras que la región de Lombardía tenía representantes como el Ambrosiana-Inter (que un año después pasó a llamarse Internazionale) y el Milan.

El Torino FIAT (que después cambió su nombre a Torino FC) era el gran favorito para llevarse el torneo, pues llegaba en calidad de campeón de Serie A en la temporada 1942-1943, en la fase primaria de aquel histórico equipo que enamoró a toda Europa y cuyo paso solo pudo ser cortado por un terrible accidente aéreo en la Catedral de Superga, a las afueras de Turín.

Poco figuraba un discreto club del sur de Liguria, que no comenzó la temporada en la zona que le tocaba, sino eliminándose entre los equipos de la Emilia-Romagna. El Spezia Calcio, un equipo que hasta entonces contaba con escasas participaciones en Serie A, y que más bien era protagonista de categorías inferiores, disputó el torneo tras haber terminado sexto en Serie B durante la temporada 1942-1943.

Así comenzó su andar en el Grupo D de la región vecina, en la que terminó primero con 13 puntos, superando a Suzzarra, Fidentina, Parma y Busseto. Los bianconeri sorprendieron con saldo de cinco victorias, tres empates y cero derrotas. El siguiente paso era enfrentar las semifinales regionales, en donde compartió grupo con Suzzara, Carpi y Modena.

Nuevamente el Spezia se convirtió en la sensación con cinco victorias y solamente una derrota, para un total de diez puntos con el que dominaron el sector a placer, y seis de ventaja sobre sus más cercanos competidores.

Ahora vendría la final regional, contra el Bologna, nada menos que el equipo predilecto de Benito Mussolini, y que tres años antes había levantado el Scudetto. Todo parecía indicar que la suerte estaba echada y el Spezia terminaría la temporada siendo un mero animador, pero con dos victorias de 2-0, las águilas se convirtieron en campeones regionales y clasificaron al último grupo, en donde se enfrentarían a los vencedores de las otras regiones.

Spezia, Torino FIAT y Venezia disputarían el título del futbol italiano, en una serie de tres partidos. Las cosas no comenzaron de la mejor manera para los bianconeri, que empataron ante Venezia, lo cual les obligaba a vencer al poderoso Torino de Silvio Piola, máximo anotador en la historia del futbol italiano (hasta hoy) en un segundo partido cargado de dramatismo y emociones, que se jugaría el 17 de julio de 1944.

El Spezia necesitaba la victoria para no depender del resultado del Torino ante Venezia, que se jugaría cuatro días después y salió al campo en calidad de víctima, pero logró abrir el marcador al minuto 17, con tanto de Angelini. El toro respondió con tanto de Piola al minuto 31, y todo parecía indicar que las cosas se inclinarían en favor del cuadro granata.

En el último suspiro del primer tiempo, Angelini volvió a poner en ventaja a las águilas, y el marcador no se movió más. Tras el pitido final, los bianconeri se proclamaron campeones de Italia, de manera sorpresiva pero merecida, marcando un hito en la historia del Calcio.

Pero dicho título no tuvo valor real para la FIGC por lo que quedó en un tema anecdótico, y fue hasta el 2002, casi 60 años después, que el futbol italiano le hizo justicia a una historia de heroísmo y ambición deportiva, cuando otorgó al Spezia Calcio el título honorífico del futbol italiano.

Fue así como en uno de los momentos más oscuros en la historia de la humanidad, un pequeño club de segunda división logró vencer al equipo de “Il Duce” en la final regional, y después, dar cuenta de “Il Grande Torino” en la final nacional, y asegurarse un título que si bien no tiene valor oficial ante la Federación Italiana, tiene un invaluable simbolismo en el futbol italiano, pues el balón no dejó de rodar por las canchas de un país devastado por la guerra, y sirvió tal vez como el único escaparate para miles de personas que habían perdido la esperanza…

Y ahora este club ligur acaba de regresar a la máxima categoría del futbol italiano después de 95 años si no tomamos en cuenta la refundación que tuvieron en 2008 gracias a Gabriele Volpi, el dueño del todopoderoso Pro Recco, que domina a placer la Serie A1 de Waterpolo, y que era dueño del equipo de la ciudad croata que aún extraña Italia, el Fiume, ahora Rijeka. No les costó gran trabajo regresar a la Serie B después de caer a la quinta división por la bancarrota.

Si vemos el róster de todo el equipo, hay un nombre que nos salta a la vista: Sveinn Aron Guðjohnsen. Es la continuación de la máxima dinastía islandesa de futbol: los Guðjohnsen, iniciada por su abuelo Arnór, y continuada por el mejor jugador que ha dado Islandia al futbol, Eidur, con las camisetas del Chelsea y el Barcelona. Ahí no queda ese legado: le siguen sus hermanos Andri (19) que sigue creciendo en Valdebebas, mientras que Dani Tristan (12 años) optó por el Swansea.

Así las cosas, La Spezia por primera vez lucirá lo Scudetto ganado póstumamente en la Serie A, mientras que el joven Sveinn Aron tendrá una palestra envidiable para seguir engrandeciendo al futbol islandés.

Recomendación musical

De La Spezia también es un músico que siempre se asocia con el patriotismo italiano: Savlatore ‘Toto’ Cutugno. Los amantes del Eurovisión lo recordarán por haber ganado la edición de 1990 con la canción Insieme 1992. Calificó por haber ganado el prestigioso Festival de San Remo. Eso fue un justo premio, después de haber quedado seis veces en segundo lugar. Hubo una vez que quedó en quinto lugar (1983), con una canción llamada L’italiano, pero la historia se encargó de poner las cosas en su lugar, y ahora es un hit internacional. Escúchalo.

Columna escrita en colaboración con Francisco Quinzaños y Toto Münstermann

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