Balonazos
·22 de marzo de 2025
La Selección Vinotinto en la Eliminatoria Conmebol: El día después de Perú

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·22 de marzo de 2025
Por Luis Vilches.- La mañana del miércoles 26 de marzo, saldrá el sol y el planeta girará. El Metro de Caracas amanecerá abarrotado y las calles de Lima con tráfico. En las noticias internacionales habrá más capítulos de la guerra comercial entre Estados Unidos y sus aliados de Occidente. Un arancel más un arancel menos. El venezolano promedio revisara el precio del dólar y lamentara su subida. Por su parte la popularidad de Dina Boluarte seguirá en picada, cuando falta un año y monedas para la elección presidencial. Mientras el mundo estará pendiente del próximo avance de la inteligencia artificial, el acontecimiento más relevante para los futboleros será el resultado entre la selección Vinotinto y Perú. El que pierda le dice adiós -virtualmente- al próximo Mundial.
El término “final” se usa con cierta ligereza, como el niño que llama el lobo. “Competición última y decisiva de un campeonato o de un concurso”, es la definición que le da la RAE a esa palabra. Después del choque ante Perú quedan cuatro partidos, o diría el cuerpo técnico criollo: “cuatro finales”. Lo cierto es que ante la Bicolor sí viene el lobo. Todo lo que no sea romper la racha negativa de nueve juegos (una vuelta completa) en el Premundial sin ganar será el fin de la fe. Ahí el corazón dejará de latir.
Del primer tramo de la eliminatoria se rescataba la solidez de una selección que venía de ser colista en la ruta a Rusia 2018 y Catar 2022. Las jornadas 3 y 4 insuflaron las esperanzas a nivel de los satélites. Reponerse de un gol en contra en Brasil y hacerlo con un gol de antología de Eduard Bello, fue acompañado por una contundente victoria ante una de nuestras bestias negras: Chile. Luego del 3-0 ante la Roja parecía que era hora de pedir cita en una embajada de Estados Unidos y pedir la visa. Eran otros tiempos, donde nuestro gentilicio y la tinta en la piel no nos condenaba a ser parte del Tren de Aragua.
Poco a poco ese rendimiento se apagó. A nivel de juego, la Copa América dejó mucho que desear, pero la euforia de los resultados confundió a todos. A los críticos como Jovan Pulgarín fueron catalogados “haters”, que no tenían fe y no sentían los colores. Lo que arrancó bien nunca dio un paso hacia adelante, más bien se pasmó y dio señales de retrocesos. Contra las cuerdas le toca rescatar la mejor versión o lamentarse por perder la oportunidad de ir a un Mundial con cupos extras.
Si es una derrota, no vale ni calculadora ni el Álgebra de Baldor. Refugiarse en que las matemáticas aunque den un rayito de luz es lo más parecido a la alegría de tísico. No vale la pena ser mercader de falsas esperanzas. El deporte debe servir para desahogarnos, no pare repetir la frustración que genera la política. Entonces vamos a plantear el escenario donde se le gana a Perú y luego a Bolivia, algo que de local es un DEBER sumar de a tres. Así en mayúscula. Si no puedes imponerte, ante el respeto que se le tiene que tener a esas selecciones y su mayor tradición futbolística, incluidas sus Copas América ganadas, no mereces ser parte de una cita ecuménica.
El gran rival de la Vinotinto es El Alto. El partido de la selección Venezuela empieza a las 8 PM, pero nuestras esperanzas se empiezan a jugarse desde las 4:00 PM, cuando Bolivia reciba a Uruguay. Una victoria de la Verde nos dejaría sin chances de cerrar esta doble fecha en puestos de repechajes. Más sencillos, si el combinado nacional gana y los del altiplano empatan la cosa queda así: Venezuela en puestos de repechaje con 15 puntos y Bolivia 14.
Parece una tontería, pero como una vez dijo Sergio Markarián de la salida del “Maestro” Tabárez, el calendario también juega. La fecha 15 enfrenta a Venezuela con Bolivia. Seamos optimista y ponemos otro triunfo, pero se pierde en Montevideo y la Verde se hace fuerte ante Chile. Llegamos a septiembre en repechaje con 18 puntos y Bolivia 17 unidades. En ese cierre visitamos a Argentina y los del altiplano a Colombia. Marquemos la X en la casilla de derrota para ambos.
Llegamos al cierre. Un clásico. Venezuela recibe a Colombia y Brasil sube a El Alto. Antes de enfrentar a Perú, saliendo de este ejercicio de especulación, el diferencial de goles de Bolivia es -16 y de la Vinotinto -5, prácticamente un punto virtual. En pocas palabras si somos menos erráticos que Bolivia, podemos ir al repechaje perdiendo ante los cafeteros, si los bolivianos no le ganan a la selección de Brasil. Con solo 18 puntos, los mismos que hizo Richard Páez rumbo a Alemania 2006. Menos que César Farías para Sudáfrica 2010 (22 unidades, seis de ellos con Páez) y Brasil 2014 (20 unidades y dos partidos menos).
Bajo este escenario no parece descabellado. Que Uruguay y Brasil repitan la fórmula de Paraguay, que empató y pudo ganarlo en El Alto. Venezuela cumplir con un requisito mínimo que es vencer en casa a Perú y Bolivia. Como aquella canción de Caramelos de Cianuro: “Y ahora es lo mismo, pero distinto. Estamos todos con la Vinotinto”. Se tiene la técnica, pero falta tratar la esférica de una forma distinta. Dejar de lado el pesimismo, pero también subir los niveles de atención, porque cada inicio de segundo tiempo es una calamidad.
El tema es que el miércoles 26 amanecerá. Si la Vinotinto gana, la llama se mantendrá viva. Pero si pierde… Pueden venir un largo invierno. En un país donde las sanciones petroleras vuelven a entrar en conversación y el flujo de dólares es menor. La oferta del béisbol con una Serie del Caribe en casa y un Mundial en el horizonte, sin contar la promesa desde el Estado de una medalla de oro en esta disciplina en Los Ángeles 2028. Los mecenas del poder público pueden destinar más dinero al bate y pelota, para mejorar la imagen de la marca país. Sin contar con una liga de baloncesto que se organizó, tiene variedad de transmisiones y a nivel de selecciones clasificaron a la Americup.
Suena alarmista, pero el fútbol no solo compite por la atención, sino también por los recursos del sector privado y público. En este Premundial desde la Federación han dado las condiciones a Fernando Batista. Si falla, será un fracaso del “Bocha”, pero también de la FVF, que habrá pagado caro el Pekerman-Gate y su solución de emergencia. Ese es el oxímoron de la Selección Vinotinto, debe mantenerse fría en medio de este candelero.
Si queremos que corear el “Que viva, que viva, la Vinotinto”, la noticia esa mañana del 26 marzo tiene que ser que ganó en Maturín. Buscar forzar entrar a repechaje y cuando llegue ese momento ligar tener efectivos sanos y estar iluminados. El día después de Perú todo seguirá exactamente igual, solo cambiará nuestro estado de ánimo y si nuestro maltratado gentilicio tendrá una bandera que levantar, como símbolo de orgullo nacional, entre tanto oprobio.