La sanción deja en shock al Barça Femenino: Pere Romeu no lo puede creer | OneFootball

El clásico entre el Barça Femenino y el Real Madrid ha dejado huella. Un enfrentamiento que estaba marcado por la rivalidad y que terminó con una amarga derrota para el equipo de Pere Romeu.

Después de 18 victorias consecutivas en estos duelos, el Barça Femenino sufrió su primera derrota contra el eterno rival, algo que dejó a todos sorprendidos. Sin embargo, lo que ha generado más controversia no fue solo el resultado, sino la polémica arbitral que acompañó al encuentro.

Un error que cambió el curso del partido

El gol de Jana Fernández, que llegó en el minuto 80 del encuentro, fue una oportunidad de oro para el Barça. Hubiera significado el empate y, posiblemente, un giro completo en el desenlace del clásico. Sin embargo, el tanto no subió al marcador debido a un fuera de juego señalado a Graham Hansen, algo que, según muchos, no tenía justificación.

El Barça pierde su primer partido contra el Real Madrid | @FCBfemeni

Tras revisar las imágenes, se concluyó que la decisión de las árbitras fue equivocada. Este error arbitral cambió el rumbo del partido y evidenció la falta de VAR en la Liga F, impidiendo corregir decisiones clave.

La sanción a un miembro del staff técnico

Además de la polémica por el gol anulado, la árbitra incluyó en el acta la expulsión de Oriol Casares por protestar.

Según se reflejó en el documento, Casares habría gritado: "¡Es un fuera de juego de 8 metros! ¡Te has cargado el partido!". Estas palabras, que muchos compartieron en sus propios pensamientos. Esto ha provocado sanción de dos partidos para el entrenador de porteros.

La sanción no ha caído nada bien en el seno del Barça Femenino. La afición considera que las palabras de Casares no solo son justificables, sino que reflejan el sentir generalizado tras un fallo que les perjudicó gravemente. Esta medida solo ha incrementado la frustración del equipo.

Las declaraciones de Alexia Putellas y Pere Romeu

Al finalizar el partido, Alexia Putellas, capitana del Barça, no dudó en dar la cara ante la derrota. La jugadora aseguró que no había fuera de juego, pero, a pesar de ello, destacó que no podían limitarse solo a esa jugada. Reconoció que el equipo podría haber tenido un mejor desempeño a lo largo del partido, pero el sabor amargo del error arbitral seguía pesando.

Por su parte, Pere Romeu, entrenador del equipo, también se mostró visiblemente afectado por la decisión. Romeu subrayó que, de haberse validado el gol, el partido habría cambiado por completo. La sensación de injusticia era palpable entre los miembros del equipo técnico, jugadores y aficionados.