La mejoría con el 4-3-3 | OneFootball

Durante los primeros meses de temporada, el sistema táctico empleado por Ronald Koeman parecía inamovible. El 4-2-3-1 era una seña de identidad del técnico neerlandés que parecía no estar dispuesto a variar. Durante gran parte de su trayectoria como entrenador había empleado este sistema, mientras que en Barcelona muchos no habían visto algo diferente al 4-3-3 de manera tan continuada, excepto para determinados encuentros.

Los malos resultados llegaron, y con ello, el momento de poner en duda el 4-2-3-1. El sistema no estaba favoreciendo para que los extremos fuesen profundos y diesen amplitud. El gran rendimiento de Ansu Fati partiendo desde banda izquierda y el buen arranque de Coutinho durante las primeras semanas tapó ciertas carencias que tenía el sistema, donde era imposible encontrar sitio a Griezmann y estábamos viendo la peor versión de Messi en años. El doble pivote compuesto por Busquets y De Jong tampoco estaba en sintonía y sufría mucho en fase defensiva por su mala colocación previa a las pérdidas. Además, la línea defensiva, sobre todo por las bajas, no paraba de cometer errores que costaban partidos.

La transición hacia el 4-3-3 vino precedida por una prueba durante las fechas navideñas del 3-4-2-1, sistema con el cual el equipo consiguió recuperar cierta consistencia defensiva gracias a la inclusión de tres centrales. Ante el Valladolid fue un éxito, pero contra el Eibar en casa un error individual volvió a alejar al Barça de la lucha por la Liga.

Cambio al 4-3-3

Con el año nuevo volvió el sistema táctico tan característico del Barça durante los últimos tiempos. La transición fue en parte menor gracias a Pedri y sus características que le permiten jugar tan bien entre líneas. El joven canario estaba habitualmente jugando en la línea de mediapuntas, pero durante los últimos partidos ha sido situado en el carril del 8 que solía ocupar Andrés Iniesta. Posición donde se desenvuelve igual de bien y en la cual ha conseguido solidificar aún más esa sociedad que está construyendo junto a Leo Messi.

Otro que se ha visto beneficiado ha sido Frenkie de Jong. El neerlandés era, a priori, uno de los futbolistas a los que más favorecía el doble pivote, pero en la práctica ha quedado demostrado que no es así. Como interior abrió la lata y decidió con un gol el primer encuentro con este sistema ante el Huesca, que ganó el Barça por la mínima (0-1) pero donde dejaron grandes sensaciones.

En la noche de reyes aparecieron Messi y Pedri para hacer efectiva su alianza en un gran escenario como San Mamés. El argentino anotó dos goles –uno tras asistencia de Pedri- y volvió a ser él mismo jugando como falso nueve. El Barça ganó 2-3 y volvió a dejar grandes minutos de juego.

Ante el Granada se afianzó definitivamente el 4-3-3, ganando en Los Cármenes por 0-4 en un partido donde destacaron Messi y Antoine Griezmann. El francés volvió a marcar tras estar unas cuantas semanas sin hacerlo, y lo hizo por partida doble y partiendo desde el extremo izquierdo, demostrando que su anclaje al sistema puede ser posible.

Finalmente, para remontarnos al último partido solo hay que echar la vista atrás hasta el pasado miércoles, cuando el FC Barcelona venció en los penaltis de la Supercopa de España a la Real Sociedad para conseguir acceder a la final. El conjunto de Koeman compitió sin Messi de tú a tú ante un equipo txurdiurdin que tuvo la victoria a su alcance, pero se encontró con un estelar Marc-André ter Stegen.

Hoy ante el Athletic Club, el Barça buscará continuar con su buena racha de resultados con el 4-3-3 y conseguir el primer título de la temporada.