POSTA DEPORTES
·16 de diciembre de 2024
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Guadalupe, Nuevo León. La final de la Liga MX entre América y Monterrey no solo enfrentó a dos grandes de la liga, sino que reavivó un mito que persigue al conjunto regiomontano desde hace más de ocho años. Esta es la historia de la maldición de Miguel Samudio, una leyenda que parece haber marcado el destino de Rayados en el Estadio BBVA, el que fue testigo de varias finales perdidas que siguen siendo un doloroso recuerdo para la afición.
¿Cuándo se originó la maldición?
La historia de esta maldición comenzó en la Liguilla del Clausura 2016, durante las semifinales entre Monterrey y América. En un partido de alta tensión, el árbitro sancionó un penal polémico a favor de los locales, señalando una mano de Miguel Samudio dentro del área. Fue entonces cuando el defensor paraguayo, arrodillado y mirando al cielo, pronunció una frase que muchos aficionados todavía recuerdan: 'Hay un Dios, hay un Dios'. Sin embargo, Samudio no solo dejó esa imagen en la memoria colectiva, sino que más tarde fue expulsado por una dura entrada, dejando a las Águilas con solo nueve hombres en el campo.
A pesar de la ventaja numérica, Rayados no pudo concretar su victoria, y aunque ganó el partido, ese encuentro fue el inicio de una cadena de finales perdidas que sembraron el mito de la 'maldición de Samudio'. Los aficionados comenzaron a ver la frase de Samudio como un presagio negativo para el futuro de Monterrey en su propia casa, el Estadio BBVA.
¿Las finales perdidas: El legado de la maldición?
Después de esa fatídica noche de 2016, Rayados vivió una serie de derrotas en finales que parecían reforzar la leyenda de la maldición de Samudio. La primera de ellas llegó en el Clausura 2016, cuando el equipo llegó a la final contra Pachuca. A pesar de tener todo en sus manos, Edwin Cardona falló un penal crucial que costó el campeonato a Monterrey.
Al año siguiente, en el Apertura 2017, Rayados volvió a la final, esta vez contra Tigres. Sin embargo, nuevamente el destino les fue esquivo: Avilés Hurtado falló un penal decisivo y el equipo perdió la oportunidad de alzar el título.
La maldición también alcanzó al equipo femenil, donde las Rayadas vivieron dos finales consecutivas perdidas. En el Clausura 2018 y 2019, el equipo cayó ante el Club Tigres, ambas veces en tanda de penales, lo que sumó aún más mística a la leyenda del Estadio BBVA.
Con cinco finales perdidas en su propio estadio, la maldición de Samudio se consolidó como parte de la mitología del club regiomontano, convirtiéndose en un tema recurrente de conversación entre los aficionados.
En el Apertura 2019, en una final contra el América, el equipo regiomontano logró conquistar el título, aunque de manera curiosa, no en el Estadio BBVA, sino en el Estadio Azteca. La final se resolvió por medio de una tanda de penales, un hecho que muchos vieron como la ruptura definitiva de la maldición, aunque el Estadio BBVA seguía siendo el escenario de los pesares para los Rayados.
La maldición sigue vigente
Sin embargo, en el Apertura 2024, la sombra de la maldición regresó para atormentar a Monterrey. El equipo se enfrentó nuevamente al América en la final de la Liga MX, esta vez en casa, en el Estadio BBVA. A pesar de un empate 1-1 en el juego de vuelta, el marcador global favoreció a las Águilas, quienes lograron un 2-3 que dejó a los regiomontanos una vez más con las manos vacías.
El mito de la maldición de Samudio sigue viva, y con la reciente derrota ante el América, parece que el destino de Monterrey en casa continúa estando marcado por la sombra de aquel incidente en 2016.